El 25% de las mujeres trabaja a tiempo parcial, por obligaciones familiares, frente al 3% de hombres

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Adecco y la Fundación Adecco presentan el V Informe del Perfil de la Mujer Trabajadora con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, que se celebrará el próximo 8 de marzo. A pesar de la dilatación de la crisis en el tiempo, cuyo fin se antoja difícil de prever, la mujer ha adoptado desde su comienzo un papel más que activo para salvaguardar la economía doméstica golpeada por la recesión. Otro año más, la tasa de actividad femenina continúa su avance, mientras que la masculina se contrae ante el desánimo extendido entre los hombres parados de larga duración.
 
La principal incorporación de la mujer ha venido por parte de las amas de casa, que han abandonado sus labores domésticas para buscar un empleo en el mercado laboral. Si en 2009 ya avanzamos la incorporación de más de 100.000 amas de casa, en 2010 vuelve a repetirse otra oleada de 170.000 mujeres.
 
La crisis también ha puesto de relieve otro hecho, y es que las mujeres desean trabajos a tiempo completo. Sin embargo, las cifras evidencian otra realidad distinta a su voluntad: 1.910.200 mujeres están ocupadas a tiempo parcial frente a 564.300 hombres, y cerca de un millón de estas mujeres tiene un contrato parcial porque no encuentra otro tipo de contrato, mientras que sólo 184.900 lo hacen porque no quieren trabajar a tiempo completo (9,7% del total).
 
Los datos reflejan que la desigualdad sigue existiendo en el ámbito familiar y laboral. ya que una de cada cuatro mujeres trabaja a tiempo parcial por el cuidado de hijos y otras obligaciones familiares, frente al 3% de los hombres que asegura que trabaja con jornada parcial por estos motivos.
 
Adecco y su Fundación han contribuido a la incorporación de la mujer al mercado laboral, especialmente en estos momentos tan complicados. De hecho, la representación de la mujer entre los trabajadores contratados por Adecco es superior a la del mercado laboral (44,5%), ya que un 46,8% de las personas empleadas por la compañía en 2010 han sido mujeres. La radiografía que presentamos a continuación analiza el perfil de la mujer trabajadora en 2010 que sigue siendo el de una joven española de entre 18 y 30 años, con estudios elementales que desarrolla su carrera profesional en el sector servicios a jornada completa.
 
Jornada parcial, ¿voluntaria para las mujeres?
La jornada parcial siempre ha sido considerada como muy apropiada para las mujeres, por permitir sus horarios conciliar la vida profesional con la personal. Así desde luego lo reflejan los datos ya que mientras 564.300 hombres están ocupados con esta jornada, son 1.910.200 las mujeres.
 
Sin embargo, cabe preguntarse qué porcentaje de éstos trabaja a tiempo parcial por voluntad propia o por otras razones, y los resultados son relevantes. El 56% de los hombres y el 49,8% de las mujeres lo hace porque no han encontrado trabajo a tiempo completo, lo cual demuestra que esta jornada no es la elegida ni por ellos ni por ellas, a pesar de que ellas ocupan el 77,2% del total de estos puestos generados por el mercado.
 
Si nos adentramos en otras de las razones por las que los trabajadores están ocupados a tiempo parcial, observamos que el 25% de las mujeres (462.400)  lo hace por el cuidado de sus hijos, enfermos y por otras obligaciones familiares. Mientras, en el caso de los hombres, sólo el 3% (17.000) asegura que trabaja con jornada parcial por estos motivos.
 
Esta desigualdad se aprecia especialmente entre los trabajadores de 30 a 49 años, entre los que se encuentran 257.100 mujeres trabajando a tiempo parcial por cuidado de hijos o enfermos, frente a los 7.400 hombres. Además, este desfase ya comienza desde las edades más tempranas para trabajar: entre los jóvenes de 16 a 29 años, 21.800 mujeres están ocupadas con esta jornada por esta razón, mientras que ningún varón lo está haciendo.
 
Estos datos siguen confirmando la desigualdad de género que existe tanto en el seno familiar como en el laboral entre hombres y mujeres, y que a pesar de la incorporación masiva al mercado de éstas, cerca de un millón de las casi dos millones ocupadas a tiempo parcial, lo hacen porque no encuentran otro tipo de contrato y sólo 184.900 lo hacen porque no quieren trabajar a tiempo completo (9,7%).
 
De hecho, la diferencia entre los hombres y las mujeres que no quieren trabajar a tiempo completo no es tan abultada como podría parecer: el 9,7% de las mujeres ocupadas a tiempo parcial, frente al 6,5% de los hombres.
 
170.000 amas de casa se incorporan al mercado laboral
 
Otro año más, se repite una tendencia que comenzó a dibujarse al comienzo de la crisis: la tasa de actividad masculina continúa su descenso, mientras que la femenina sigue creciendo.
 
De 2008 a 2010, la tasa entre los hombres ha descendido desde el 69,21% al 67,72%, habiendo aumentado el número de hombres inactivos en 80.100 personas. Este dato contrasta con la evolución de las mujeres en el mercado laboral, las cuales siguen su incorporación masiva, principalmente de las amas de casa.
 
Más de 210.000 nuevas mujeres han activado su búsqueda de empleo durante este año, provocando un nuevo aumento de su tasa de actividad hasta el 52,6%, desde el 51,7% en 2009 y 51,38% en el 2008.
 
En torno al 80% de estas mujeres que se incorporan al mercado laboral son amas de casa que continúan saliendo de sus hogares para buscar un empleo, con el fin de aliviar la propia crisis de su economía doméstica. Si en 2009 fueron más de 100.000 las que tomaron esta decisión, el año pasado fueron unas 170.000 amas de casa. En España, en 2010 han sido 3.921.400 mujeres las que se declaran inactivas por dedicarse a las labores del hogar, 171.600 menos que el año anterior.
 
Que el movimiento de estas mujeres haya sido al mercado laboral se confirma al comprobar que entre las que han dejado de ser inactivas en 2010 (143.100), 119.100 son mujeres de 30 a 50 años y 114.700 son mujeres que no han terminado la educación secundaria.
 
Por el contrario, mientras el número de mujeres activas crece en 2010, el de hombres decrece al desistir de la búsqueda de empleo tras largo tiempo en el paro. En total, se contabilizan 78.300 activos menos en 2010. Llama la atención comprobar que la mayoría de los hombres que abandonan el mercado laboral lo hacen para regresar a los estudios. Así, 64.200 nuevos hombres se han registrado como inactivos por estudios, de los cuales el 90% tiene entre 16 y 29 años.
 
Este dato contrasta con la evolución de las mujeres inactivas por estudios, que si bien el año anterior se incrementaron en 80.600 personas, este año se han reducido en 7.200; precisamente han sido las jóvenes de entre 16 y 29 años las que han dejado de contarse como inactivas por esta causa, en concreto, 5.700 menos que en 2009.
 
Otro de los cambios de tendencia registrados en el último año, es la evolución de los hombres inactivos por labores del hogar. El año pasado en este mismo informe destacábamos que mientras las amas de casa salían masivamente de casa, 42.000 hombres abandonaban el mercado laboral para dedicarse a las labores domésticas. Sin embargo, esta tendencia no se ha repetido en 2010, ya que 24.400 hombres han dejado de registrarse como inactivos por esta razón, y aunque no hayan vuelto al mercado laboral, muchos de ellos han podido atribuir la razón de inactividad a los estudios.
 
El paro entre las mujeres sin estudios cuadriplica el de las universitarias
 
A pesar de la incorporación masiva de la mujer al mercado laboral, la crisis ha impedido que las trabajadoras hayan podido colocarse. En términos netos, en 2010 han sido 6.600 los puestos destruidos ocupados por mujeres, si bien, el impacto ha sido mucho menor que entre los hombres.
 
En el año completo, se destruyeron 237.700 empleos, de los cuales 230.000 pertenecían a mano de obra masculina. Como punto positivo, destacar que la destrucción de empleo se ha frenado en 2010, pues el año anterior fueron 1.200.000 las personas que dejaron de estar ocupadas.
 
Analizando el perfil de la mujer, se aprecia cómo las jóvenes entre 25 y 29 han sido las más afectadas por la destrucción de empleo, ya que perdieron sus puestos casi 80.000 de ellas. Y si se realiza el análisis según el nivel de formación de las ocupadas, se concluye una clara afirmación: a mayor nivel de estudios, mayores oportunidades de empleo. Así, a pesar de la destrucción de empleo neta detallada, más de 108.000 mujeres universitarias encontraron un trabajo en 2010, frente a las 111.000 con educación secundaria o bachillerato que lo perdieron.
 
Esta conclusión se confirma si se analizan los datos de la tasa de paro. El índice de paradas ha aumentado en 2010 hasta el 20,79%, 1,72 décimas más que el año anterior y casi un punto porcentual más que la tasa de paro masculina. Sin embargo, ésta se duplica hasta el 48,37% entre las analfabetas, baja en torno al 28% entre las mujeres con educación primaria y secundaria, se reduce casi a la mitad en el caso de las universitarias (12,63%) y al 3% entre las doctoradas.
 
Otro de los colectivos que la crisis ha sumergido intensamente en el paro es el de parados de larga duración. Salir de esta situación se hace aún más complicado para este grupo, que en dos años se ha triplicado. En 2010, se cuentan ya 2.154.700 personas que llevan más de un año en el paro.
 
En el caso de las mujeres, este incremento ha sido menor, pero igualmente fuerte, del 147,8%, siendo casi un millón las paradas que llevan en esta situación más de un año (975.700). Lo más preocupante es que ya representan casi la mitad de todas las paradas (45,3%), mientras que hace dos años, suponían una de cada cuatro. Además, el desempleo de larga duración ha afectado especialmente a las mujeres de entre 30 y 50 años, ya que del total de este grupo de desempleadas, más de la mitad (526.300) tienen esta edad.
 
En el caso de los hombres, la proporción es similar: el 46,3% del total de los parados es de larga duración, pero su incremento ha sido más rápido que el de las mujeres, pues en 2008, el porcentaje de varones desempleados durante más de un año ascendía a 17,3%, frente al 25,9% de las mujeres.

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