¿Duele más la cabeza en verano?

 

El dolor de cabeza, con la migraña como principal causa, motiva el 2% de las consultas a urgencias, el 15% de las consultas al médico de familia y el 23% a los servicios de Neurología del país. La alteración de las rutinas diarias y los contrastes que vivimos en verano agravan la dolencia.

girl-504315_1280El aumento de las temperaturas no incide en el empeoramiento de los ataques de migrañas u otro tipo de cefaleas, sino son más bien los cambios de hábitos que llevamos a cabo durante las vacaciones los que pueden afectar a nuestro organismo, especialmente a nuestra cabeza.

La época estival irrumpe de lleno en nuestras rutinas. La alteración de éstas es especialmente sensible para el 15% de la población que sufre migraña habitualmente, ya que retrasar o modificar comidas, la ingesta de bebidas frías y helados, la falta de descanso o los problemas para conciliar el sueño en verano, son algunas de las causas que provocan episodios de cefaleas durante esta estación del año. Además, las largas horas de viaje, y sobre todo, el tránsito del estrés laboral a la relajación de las vacaciones pueden suscitar de igual modo este tipo de patología.

El Dr. Robert Belvís, neurólogo especialista en dolores de cabeza y director del nuevo posgrado de cefaleas de la UOC, aclara: “Es cierto que el calor puede vasodilatar las arterias craneales, pero no se ha relacionado con el empeoramiento de la migraña o cualquier tipo de cefalea en ningún estudio”. De hecho, según el experto, también jefe clínico del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Dexeus en Barcelona, “en las consultas de Neurología o Urgencias no se observa ningún incremento de casos por dolor de cabeza”.

Por lo tanto, si el verano propicia el dolor de cabeza es por su carácter vacacional. De ahí que los buenos hábitos y los cuidados sean fundamentales para evitar cefaleas indeseadas durante las vacaciones. El doctor Belvís recomienda evitar la exposición prolongada al sol en las horas clave y contar con la protección adecuada como gafas de sol, gorros y sombrillas así como ropa clara y ligera; respetar los horarios; seguir una dieta equilibrada manteniendo en la manera de lo posible la habitual, evitando los excesos y no saltarnos ninguna comida; procurar no pasar del estrés laboral a una relajación y falta de actividad total; beber abundantes líquidos para sobrellevar el calor veraniego.

No hay indicios directos y concluyentes de que los factores meteorológicos incrementen el riesgo de padecer cefaleas. Tan sólo la fuerza del viento ha estado cerca de relacionarse con la migraña en dos estudios pero sin llegar a constatarse. De igual modo, aunque un 68% de los pacientes neurológicos atribuya su empeoramiento a los cambios atmosféricos bruscos, ningún factor atmosférico ha demostrado su responsabilidad en las 12 investigaciones que se han llevado a cabo en este campo. “Las hipótesis más recientes sostienen que tal vez no sean los factores meteorológicos los que empeoran la migraña ante cambios del tiempo, sino partículas de bacterias transportadas en el aire o su carga electromagnética”, aclara el doctor Belvís. Diferentes estudios (Italia, Estados Unidos, países nórdicos…) divergen en asociar la migraña a distintas estaciones del año. Únicamente en Noruega se ha estudiado una mayor incidencia de la migraña en su verano ártico, el cual presenta condiciones inexistentes en nuestro entorno, sobre todo a nivel lumínico y de radiación ultravioleta.

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