Renovarse o morir en el sector editorial
CLARA C. SCRIBÁ
El Día del Libro solía ser la inauguración de la temporada en la que el sector editorial hacía su agosto. Desde el Sant Jordi a otros eventos vinculados al libro como La Noche de los Libros en Madrid o ferias en distintas ciudades de España.
Los grandes lanzamientos del sector se realizan entre marzo y junio para poder aprovechar la euforia colectiva. Un número tan alto de ventas de libros en tan poco tiempo solo se da ahora, en primavera (desde el 23 de abril hasta la Feria de Libro de Madrid, que solía tener lugar en junio), y en Navidad.
Quien no quiera darse cuenta de que los hábitos de consumo de literatura en España están cambiando y no sea capaz de adaptarse, estará cavando su tumba. Cada vez hay más gente que escribe y menos que lee, aunque eso no significa que la literatura vaya a extinguirse: ¿Piensas que los guiones de las series de Netflix y compañía se escriben solos?
Hablar con el librero está pasando de moda, excepto si es a través de un mensaje directo de Instagram. Ahora, si quiero saber qué obra leer, puedo seguir a una persona que reseñe libros por afición en una red social o incluso crearme una idea con distintas reseñas sobre un título en concreto en una plataforma. No necesito ni salir de mi casa, algo muy a la orden del día. Y no solo puedo elegir mi próxima lectura desde el sofá, es que si está en versión digital, no tendré ni que esperar a que me lo traiga el mensajero.
Igual que están cambiando los hábitos de lectura, también lo hacen los de escritura. ¿Pensabais que lo de ir todos a la universidad, formarnos y ser cultos no iba a traer consecuencias? Una de ellas es que puedes acabar con tres títulos universitarios limpiando suelos para subsistir, y otra es que cada vez más personas han desarrollado las capacidades y el deseo de escribir un libro.
Personas que en un principio no tenían ni siquiera ese sueño y que ahora están convencidas de que sí pueden escribir un libro. ¿Por qué no? Aunque haya que cumplir con una serie de requisitos mínimos, no hay ningún problema en que tú, lector (persona que se considera normal, con su trabajo, sus hijos, que no bebe alcohol entre semana y que se acuesta antes de las once), escriba un libro.
Porque la idea del escritor bohemio ya huele a rancio. Sí, hace un siglo, ser escritor estaba reservado a muy pocos: gente con una estabilidad económica y de una clase social alta que podía permitirse el lujo de dedicar tiempo a la escritura y que, además, tenía el nivel cultural adecuado para ello.
A mi buzón de correo de Letropía llegan mensajes de escritores de distinta índole: los que han escrito unos poemas y quieren opinión, los que querrían escribir un libro y no saben por dónde empezar, los que han escrito ya varias novelas y quieren que les corrija la última, noveles que sueñan con que les publique su libro un sello importante, los que han publicado con editoriales y ya no quieren volver a hacerlo…
Cada vez son más y con orígenes y situaciones distintas, porque sí, la escritura se ha democratizado. Y como siempre, un americano se ha dado cuenta mucho antes que los españoles. Bienvenido, Mr. Bezos. Amazon, que comenzó su multimillonario negocio vendiendo libros digitales, ha sido de los primeros en crear un servicio práctico y universal de impresión y distribución de libros bajo demanda para escritores que deciden autopublicarse.
Esa es la realidad: el sector editorial está cambiando porque la vida ha cambiado. Continuar perpetuando el sistema de hace siglos con unos hábitos de lectura y unos escritores distintos está perdiendo el sentido y dejando de ser rentable. Sin embargo, he de confesar que no tengo la solución. El tiempo nos irá indicando cómo enderezar el timón hacia la ruta adecuada.
Pero Clara, ¿hay libros autopublicados buenos?
¿Por qué no? ¿Crees que todos los libros que se publican en editoriales son buenísimos? Hay de todo, igual que en el mundo de la autopublicación.
Cuando recibo un manuscrito que siento que merece mucho la pena y me eligen para corregirlo, me hace mucha ilusión. También cuando un profesional quiere escribir un libro con mi ayuda y tiene una buena idea.
En este día del libro, quiero recomendarte algunos títulos que no vas a encontrar en las librerías y que no tienen miles de euros detrás dedicados a su escritura, a su edición ni a su promoción. ¿Eso significa que no pueden entusiasmarte? No lo creo.
- La cura de todo, Hector Roldán – Novela futurista sobre una pastilla que lo cura todo, pero el lector descubrirá que lo que enferma al mundo no son realmente los virus.
- Felizmente divorciada, Esther Jaurrieta – Una novela de autoficción sobre el proceso de divorcio, muy divertida al estilo Bridget Jones.
- La duda, Paul Yuki – Una novela sobre espionaje y aventura, con un tinte histórico sobre las tensas relaciones entre Oriente Medio y EE. UU.
- Maldito Gorri, Itziar Sistiaga – Esta novela está basada en la vida real de un marino vasco que ha vivido aventuras recorriendo el mundo, siempre con la eterna duda de por qué lo abandonó su padre. Sin saberlo, acaba repitiendo su historia.
- Cómo crear happy dormilones, Mercedes García Masó – La guía que necesita cualquier madre o padre que no duerme por las noches. Descanso asegurado para toda la familia.
- La respuesta consciente, Estela Quesada – Los líderes de hoy en día necesitan mindfulness, y en este libro Estela Quesada te enseñará a la senda del liderazgo liderazgo responsable.
- Escribe la historia de tu marca, Luisa Acelas – Una guía para aplicar el storytelling a tu marca en toda tu comunicación, conectar con tus clientes potenciales y vender más. ¿Sabías que tienes una historia que contar?
Y si te preguntas si hay otras formas de autopublicar un libro sin tener que recurrir a Amazon, sí, las hay, pero esa es otra historia.