Inteligencia emocional: ¿en la imaginación o en la realidad?

La podemos decir que estamos en verano y este es un punto del calendario donde el cansancio comienza a aflorar, nos volvemos más irascibles e incluso nuestras emociones comienzan a mostrarse de una manera más irracional… es como que aflojamos el control que llevamos ejerciendo durante todo el largo invierno que nos ha acompañado.

Es buen momento para hablar de emociones y aclarar un concepto muy usado y que no siempre está bien interpretado: la inteligencia emocional. Comenzaré por el principio con estos tres conceptos:

  • La inteligencia está vinculada a la capacidad para escoger las mejores opciones en la búsqueda de una solución.
  • La emoción es la variación profunda pero efímera del ánimo, la cual puede ser agradable o penosa y presentarse junto a cierta conmoción somática y constituye un interés repleto de expectativa con que se participa en algo que está sucediendo.
  • El sentimiento es un estado del ánimo que se produce por causas que lo impresionan, y éstas pueden ser alegres y felices, o dolorosas y tristes. El sentimiento surge como resultado de una emoción que permite que el sujeto sea consciente de su estado anímico.

El laberinto de colores que generan estos tres términos en nuestro comportamiento nos lleva a querer gestionar la confluencia múltiple del efecto de estos elementos. Puede ser esta una de las causas que llevaron en 1990 a Peter Salovey de Harvard y John Mayer de la New Hampshire, a utilizar por primera vez el término de inteligencia emocional. Más tarde, en 1995, fue Daniel Goleman quien lo difundió rápidamente con su libro Inteligencia Emocional y quien nos trasladó que el éxito en la empresa obedecía en un 80% al factor de la inteligencia emocional.

La inteligencia emocional es la capacidad de comprender emociones y conducirlas, las nuestras y las de los otros, de tal manera que podamos utilizarlas para guiar nuestra conducta y nuestros procesos de pensamiento, produciendo mejores resultados.

Para Goleman son las competencias emocionales (capacidades adquiridas basadas en la inteligencia emocional, que dan lugar a un desempeño profesional excelente) los factores que determinan los resultados superiores en el puesto. Cuanto más complejo sea el trabajo, mayor es la importancia de la inteligencia emocional. Y es en la cúpula de la pirámide organizativa, donde la relación entre inteligencia emocional de los líderes y resultados de la empresa es verdaderamente espectacular.

Goleman nos dejó un marco conceptual para desarrollar y trabajar en su obra La práctica de la inteligencia emocional (1999) de la que facilito un resumen:

Competencias personales

  • Autoconciencia: Conciencia emocional, Autoevaluación emocional y Autoconfianza.
  • Autorregulación: Autocontrol, Confiabilidad, Adaptabilidad e Innovación.
  • Motivación: Orientación al logro, Compromiso, Iniciativa y Optimismo.

Competencias sociales

  • Empatía: Comprender a los demás, Desarrollando a los demás, Orientación al servicio, Gestión de la diversidad y Conciencia política.
  • Habilidades sociales: Influencia, Comunicación, Gestión del conflicto, Liderazgo, Construir lazos, Colaboración y cooperación y Habilidades de trabajo en equipo.

Te dejo todos los elementos para introducirte al descubrimiento real de tu gestión emocional y que te lleve al mejor desempeño que puedas obtener en tu puesto de trabajo. Si quieres una guía para conseguirlo puedes contar conmigo.

Ana Herrero

Directora en Andalucía de Montaner & Asociados

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