Aprender a aprender

Gloria BellidoGloria Bellido

Cuando nos paramos a pensar sobre los grandes genios del Renacimiento como Leonardo Da Vinci, nos damos cuenta, no sin cierta envidia y admiración, que prácticamente abarcaban ellos solos casi todo el conocimiento de su época.
 
Los humanistas sabían tanto de ciencia como de otras disciplinas, arte, literatura o filosofía y además eran expertos en la mayoría de esos ámbitos.
 
Hoy en día, plantearse que una sola persona pueda especializarse en más de un ámbito del saber parece ya una idea imposible. El conocimiento sobre el mundo avanza y sigue creciendo a un ritmo cada vez mayor y nadie, por mucho afán de conocimiento que tenga, puede abarcar todo el saber.
 
Pero tampoco parece necesario que nadie lo haga…
 
¿Cuántas veces habremos oído que actualmente estamos en la era de la información?
 
Eso supone que tenemos una ingente cantidad de medios para llegar a conocer noticias de todo el mundo y el conocimiento nuevo que se descubre se va publicando periódicamente para todo aquel que esté interesado.
 
La televisión, la radio, la prensa escrita y ahora Internet nos ofrecen miles de oportunidades para informarnos sobre cualquier tema que queramos.
 
Las noticias y el conocimiento están al alcance de nuestra mano y para acceder a ello parece que basta teclear una referencia en Google y de repente saldrán miles y miles de páginas de información.
 
No estoy despreciando el valor de tener una buena cultura general de base, pero me da la impresión de que saber cosas de memoria cada vez tiene menos valor. El conocimiento no está ya dentro de nuestras cabezas sino fuera y la capacidad de buscar la información que necesitamos, saber interpretarla y usarla para el fin deseado, es fundamental.
 
Y es cierto que si no tenemos ciertos conocimientos de base no podremos analizar la nueva información que encontremos, pero creo que la formación actual se centra demasiado en esos conocimientos de base y, sin embargo, poco se enseña a aprender por nuestra cuenta, cuando eso es lo que deberemos hacer durante toda nuestra vida.
 
Estar rodeados de información no sirve absolutamente de nada si no tenemos la capacidad y la motivación para acceder a ella.
 
Y adquirir esto no es una tarea nada fácil. Ser una persona inquieta que se interesa por conocer el mundo que le rodea, saber qué buscar y dónde buscar, aprender a discernir entre la información necesaria y la superflua y utilizar lo encontrado para solucionar los problemas que se nos planteen. Sin esas capacidades ningún profesional podrá alcanzar hoy en día sus objetivos.
 
Por lo tanto, ese debe ser nuestro siguiente paso en la era de la información.

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