África Oriental: el desarrollo no equivale a igualdad de género

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, junto con la entidad TradeMark, ha estudiado cómo la integración regional y el aperturismo comercial han afectado al empleo de las mujeres en Kenia, Tanzania, Uganda, Ruanda y Burundi.

Todos estos países han experimentado altas tasas de crecimiento, excepto Burundi, que enfrenta una grave crisis política y socioeconómica. Sin embargo, la desigualdad entre géneros no ha disminuido. Por ejemplo, Kenia y Tanzania, que poseen dos de las economías más fuertes de la región, presenta altos niveles de desigualdad, de acuerdo con el índice del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

La conclusión, según Kiyuti, es que “la igualdad de género no es el resultado natural del proceso de desarrollo y resulta necesario promover de manera proactiva políticas de género”.

Además, aunque se ha producido un transvase de la agricultura hacia los servicios y, en menor medida, hacia la industria, este cambio no ha sido demasiado pronunciado y mucho menos para las mujeres: más del 70 % continúan trabajando en el sector agrícola en todos los países de la región. También resultan preocupantes el empleo autónomo y el doméstico no remunerado, dos formas vulnerables que afectan a más del 80 % de las mujeres en las naciones de la región.

Desde la creación de la Comunidad, la alfabetización y la tasa de escolarización ha crecido en la región, y las mujeres se han beneficiado de este progreso. Sin embargo, el acceso a educación secundaria y universitaria continúa siendo limitado, especialmente para el segmento femenino.

La introducción de la igualdad en cuanto a derechos de propiedad no ha servido para reducir la brecha en este ámbito: solo el 51 % de las mujeres son propietarias en Burundi, un 35 % en Kenia y Uganda y un 46 % en Ruanda.

Además, las mujeres tienen más dificultades para acceder a recursos financieros, como créditos o préstamos, y ejercen un mayor porcentaje de los cuidados no remunerados que los hombres, lo que limita su movilidad, así como el acceso a recursos e información. “Crear asociaciones es indispensable para cerrar las brechas de información que obstaculizan la participación de las mujeres en el comercio”, indicó Lisa Karanja, directora superior de competitividad empresarial de TradeMark en África Oriental, y añadió que están colaborando con instituciones pública y privadas para crear plataformas digitales y centros de información físicos para facilitar el acceso de las mujeres.

¿Cómo promover la igualdad de género?

A la cabeza de las recomendaciones, se encuentra la necesidad de estrechar la brecha de género incorporando a las mujeres a la educación secundaria y terciaria, y de fomentar su formación para que puedan acceder a empleos más cualificados.  También se pone el énfasis en crear un sistema regional de créditos que apoye a las empresarias en la Comunidad para que sean capaces de emprender sus propios proyectos.

Para hacer frente a la carga de los cuidados domésticos, los países deben implantar programas educativos o servicios asequibles para niños, de tal manera que las mujeres puedan abandonar sus hogares para incorporarse al mercado laboral y las personas encargadas de los pequeños reciban una remuneración por su trabajo.

Asimismo, se sugiere la formación de una plataforma para intercambiar información sobre prácticas que puedan resultar positivas para favorecer la igualdad de género en la región, así como para supervisar los progresos alcanzados en esta materia.

Fuente: ONU

Foto: UNCTAD/Adam Kane

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