Y ahora, ¿qué?

Maribel González GómezLlegó casi sin respiración, sacudiendo el paraguas, intentando cerrarlo al mismo tiempo que toqueteaba el móvil, empapada de pies a cabeza, las mejillas encendidas, a parches, los ojos hinchados, vidriosos, la mirada perdida, muy perdida, las manos temblorosas, frías, heladas; buscó en el bolsillo de los vaqueros una servilleta de papel en la que le habían apuntado mi nombre, la sacó sujetando al mismo tiempo la bufanda que nada más entrar se había desenroscado del cuello. Arrastró varias veces los dos pies por el felpudo de la puerta principal, echando al aire un suspiro hondo, un alarido, como queriendo exhalar de un solo golpe la tremenda angustia que la aprisionaba y que la había guiado por los callejones fuera de sí.  Al escuchar sus pasos precipitados y su voz ahogada, me levanté de un brinco arrastrando la silla sin miramientos, abalanzándome hacia la puerta para ver qué pasaba, quién gritaba mi nombre con tanta impaciencia, con tanto dolor. Soy  yo, soy yo, ¿qué te pasa?, ¿te persiguen?, ¿te han hecho daño?, ¿te han pegado?, ¿qué te pasa?, ¿me escuchas?, cálmate por favor, respira hondo, espera, siéntate, vienes totalmente calada, suelta el bolso ahí mismo, a ver ese pelo, no te veo la cara, cálmate, respira hondo, despacito, quítate los zapatos, están chorreando, y los calcetines, espera, que te traigo una toalla, no te muevas, ni te sientes, tienes todo mojado, vente al baño, hay un secador de manos, ¿qué te ha pasado muchacha?, bueno, ahora me cuentas, no me hagas caso y toma aliento, traga saliva, calma, calma, ven, vamos  a secarte esa ropa, y tranquila, que ya estás conmigo, porque, me buscabas a mí, ¿no?, te he escuchado decir mi nombre.

Así empezó todo. El domingo, en el cumpleaños de su niña, estaban tan guapas las dos, radiantes, pletóricas, no paraban de reírse y me miraban, la chica venía y me daba besitos en las manos y me pedía que guardara su nuevo peluche, que no hay nadie, decía, que lo cuide mejor que tú. Yo sonreía, y no paraba de mirar a un lado y a otro, contenta, llena de satisfacción, moviendo las piernas al son de la música, charlando con la abuela, con los tíos, que estaban siempre tan pendientes de mí, que si quieres un refresquito, que este trozo de tarta, que es el más grande, es para ti, que qué bien que había venido para compartir con ellos esos ratitos tan buenos y tan deseados por todos.

Hoy ha venido de nuevo a verme con un ramito de flores lilas y amarillas que le ha traído del campo su prima  para mí. Me miraba con ternura y rabia a la vez. No quiero que te vayas. Sin ti no habría salido de esta. Ella, y miraba a la muñequita que la acompañaba con su osito en brazos, ella tampoco. Has sido la luz para nosotras. El túnel era largo, tenebroso, y parecía no tener salida, pero aquel día estabas tú ahí, y no nos fallaste, y nuestra vida cambió. Sólo sé que lo tuyo es auténtica vocación y lo nuestro era auténtica desesperación. Gracias. Te deseo lo mejor.

Yo, sin querer pensarlo mucho, las abracé, las miré despacio y con orgullo, di un paso hacia atrás, recogí mis cosas y me pregunté: y ahora ¿qué?

Con la excusa de la reducción del sector público local para el cumplimiento de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad financiera, la Reforma de la Administración Local del Gobierno Central hará que desaparezcan los servicios públicos más eficaces para la ciudadanía, por su inmediatez y su cercanía. Las mujeres serán las más perjudicadas y especialmente las que viven en el ámbito rural.

Peligran los Centros Municipales de Información a las Mujeres, que representan un papel fundamental en la atención jurídica para las mujeres víctimas de violencia de género; es en ellos donde

El empleo al que afecta la Reforma de la Administración Local es eminentemente femenino; entre empleos directos e indirectos se pueden perder unos 400.000 puestos de trabajo, en su mayoría ocupados por mujeres. se gestiona su ingreso en las Casas de Acogida de forma inmediata, salvaguardando sus derechos y sus vidas, en algunos casos. Centros que desarrollan múltiples e importantes actividades que fomentan la participación de las mujeres en lo público, favorecen el asociacionismo, y ejercitan una labor por la igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito local.

Esta Reforma pone además en peligro los servicios municipales de salud, urgencias y atención primaria, la atención a personas dependientes, como la ayuda a domicilio, la asistencia de día a mayores, y los servicios educativos municipales de todo tipo.

Por si fuera poco, la Reforma de la Administración Local va a suponer que sobre las mujeres, que somos las que asumimos principalmente las responsabilidades familiares, recaigan aún más las carencias que van a tener los servicios sociales de atención, educación y cuidados, acumulando cada vez más responsabilidades del ámbito doméstico y perdiendo, por tanto, posibilidades de acceso al mercado laboral en igualdad de condiciones con respecto a los hombres, con las consecuencias que todo esto tiene para nosotras de cara a nuestra salud y a las prestaciones que percibimos o podamos percibir en un futuro, como es en nuestra jubilación.

Es por esto por lo que en UGT Andalucía consideramos que el  impacto de género de esta Reforma de la Administración Local es preocupante, y supondrá un retroceso en los avances en derechos sociales conseguidos y, en concreto, en todos los relativos a la Igualdad entre mujeres y hombres, haciendo que las mujeres, casi sin darnos cuenta, terminemos, como antaño, dedicadas exclusivamente a las responsabilidades domésticas,  y viéndonos forzadas a dejar pasar las oportunidades de acceder a un empleo y un salario dignos.

Maribel González Gómez

Secretaria de la Mujer de UGT Andalucía

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