Victoria Shocrón, presidenta de la Fundación argentina DISCAR

El premio Reina Sofía de Rehabilitación y de Integración  2010  ha recaído en la Fundación argentina DISCAR, cuya fundadora y presidenta, Victoria Schorón, lo ha recogido de manos de la  Reina. Estos premios son un reconocimiento a la labor continuada llevada a cabo en el campo de la Rehabilitación y de la Integración. Una labor de integración que comenzó hace 25 años con una curiosa anécdota de la fundadora, que nos muestra el lado más humano de la vida.
 
¿Qué le movió a fundar DISCAR?
Esta historia empezó hace unos 25 años, en una playa. Me encontró con un niño con el que no podía comunicarme, pero apenas me puse a hacer música con mi hijo, el niño se sumó al juego. Me di cuenta que podíamos comunicarnos a través del arte, de la música. En un impasse laboral, unos años después, retome lo que había sentido en la playa: comenzaron con talleres en el Centro Cultural San Martín, mientras reuníamos fondos y con lo que recaudamos en 1994 compramos la casa-sede, que ya nos queda chica.
Hoy más de 16 empresas trabajan codo a codo con Discar, en la evaluación de los puestos de trabajo, en la capacitación del empleado con necesidades especiales y de sus compañeros y en el seguimiento del trabajador, tratando de que crezca en su trabajo. Sólo es cuestión de dar una oportunidad.
 
¿Qué supone para Usted y la Fundación Discar el Premio Reina Sofía?
Ha sido un momento único que ha superado todas las expectativas. No sólo por la ayuda económica, que también porque supone un año entero del programa de “Empleo con Apoyo”, además es un honor que un país como España nos reconozca el esfuerzo y la labor. Este premio es para las 37 personas que trabajan con enorme ilusión y gran esfuerzo, puesto que no tenemos apoyo estatal de ningún tipo.
 
Nos puede explicar qué quieres decir con su lema, “Educar la mirada para crecer”
En realidad, fue una idea sacada de un concurso de TV que hicimos hace unos años. A través de las experiencias vividas entre personas discapacitadas y otras que nunca habían tenido contacto alguno con gente con problemas, observamos que se generaban cambios en ambos. Crecían como personas y también como integrantes de una misma sociedad.
¿Qué nos queda por hacer en el mundo de las personas discapacitadas? ¿Qué debemos mejorar?
Es la pregunta del millón… Todo el mundo puede cambiar el mundo. Todos podemos hacer algo por ayudar al prójimo, discapacitado  o no.  Da igual desde que puesto o lugar ocupe en la sociedad. La integración debe ser un compromiso de todos, porque el resultado final nos va a servir a nosotros mismos.
 
¿Considera que la sociedad española está comprometida con esta causa?
Si, rotundamente, si. La sociedad española está mucho más concienciada que la argentina. Además el estado y las empresas están por la labor de ayudar y facilitar la entrada del discapacitado en el mundo laboral. Desde Argentina vamos a seguir de cerca los movimientos que se hagan a este respecto y aplicarnos.
 
¿Cómo ha sido el camino hasta aquí? ¿Cuáles son sus planes de futuro?
Ha sido difícil, pero nunca descorazonador. Nunca he perdido la ilusión por lo que hacía y hago. Si me decían un no, buscaba la fórmula para transformarlo. Pero difícil si, sobretodo cuando no cuentas con recursos económicos ni el apoyo del estado.
 
¿Y el futuro?
Nuestro principal objetivo es conseguir una casa más grande. Esta se nos ha quedado pequeña. En la asociación tenemos diversos talleres, de cocina, de informática, de arte, en la que participan más de 100 alumnos, y ya no cabemos. Lo que nos frena siempre es el aspecto económico, porque el humano lo tenemos bien cubierto.
 
¿Y por ser mujer, lo ha tenido más fácil?
No soy feminista, pero convivo con muchas mujeres que no lo han tenido fácil, por ellas se que por ser mujer muchas de las puertas se nos cierran. Pero en el caso de nuestra labor, no creo que un hombre lo hubiera tenido ni más fácil, ni más difícil. No es cuestión de género, es cuestión de carácter. Y de contar, en mi caso, de un marido y un hijo excepcionales, que me apoyan y anima día a día.
 
Mónica Urgoiti Arístegui

Entrevista. Victoria Shocrón

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