Puestos de Alta Dirección: Competencias sin Género

Cada vez es más frecuente encontrarnos con organizaciones españolas interesadas en establecer un sistema de evaluación de sus empleados. Un sistema lo más desarrollado y objetivo posible que permita a todos los niveles cumplir con tres criterios: medir, desarrollar y potenciar determinadas habilidades o competencias de los empleados.

IMG_5044 2El objetivo de este interés se relaciona con la necesidad de poder identificar las habilidades comunes y claves entre las personas que ocupan determinados puestos y que son exitosas en su desempeño profesional.

En este sentido, nos encontramos actualmente con un creciente número de organizaciones que contactan con empresas consultoras de recursos humanos y que nos solicitan la realización de proyectos vinculados con la identificación, definición, análisis y descripción de los comportamientos o conductas comunes.

Esta necesidad  de encontrar alineamientos comportamentales y competenciales es más fuerte y evidente cuando hablamos de puestos de alta dirección, ya que son posiciones estratégicas en las organizaciones. Es muy común encontrarnos con empresas que nos solicitan poder identificar las habilidades o competencias que debe tener un “buen líder”.

Para poder trabajar en este proceso de identificación utilizamos una metodología muy clara, concreta y participativa, donde mediante una sesión grupal con los miembros del Comité de Dirección, lanzamos una serie de preguntas abiertas a partir de las  cuales se establecen o identifican estas competencias: ¿Qué comportamientos observables debe tener un buen líder en esta organización?, ¿Qué no debe hacer un buen líder?…

Curiosamente, los resultados suelen ser concluyentes y comunes en casi todas las organizaciones con independencia de variables como el tamaño de la empresa o su sector de pertenencia. Comúnmente estas habilidades se relacionan con un tipo de comportamiento relacionado con: orientación a resultados, visión global de negocio, organización y planificación, desarrollo de personas, toma de decisiones y resolución de problemas, análisis y comprensión.

Estas seis competencias son reiterativas y coincidentes cuando hablamos de Dirección en las distintas compañías. Únicamente pueden variar  la definición exacta en algún matiz que se otorgue o alguna conducta concreta que se describa, y estas diferencias vienen ya vinculadas  a la tipología de empresa (pudiéndose ser familiar o multinacional) o al sector al que pertenezca. No existe ninguna mención o vinculación en ningún caso de estas competencias a ningún género concreto.

En este sentido, actualmente las competencias vinculadas y relacionadas con “potenciar el desarrollo profesional y personal del empleado” cobran mayor importancia en las empresas multinacionales, donde es habitual encontrar instaurado un sistema estructurado de reuniones de evaluación, seguimiento y desarrollo del empleado, siendo las habilidades o competencias vinculadas con la consecución y orientación a resultados concretos las que están más presentes en las empresas familiares.

Estas habilidades pueden ser evaluadas y, por supuesto, desarrolladas mediante planes concretos de intervención y capacitación, con independencia del género al que pertenezca el ocupante.

Si esto es así, si existe una coincidencia en las competencias que debe tener un buen líder y éstas no se asocian a un género concreto, existen una serie de preguntas en los proyectos que se realizan con grupos de directivos  que parecen no tener contestación y que expongo a continuación: ¿Por qué en el tejido empresarial español siguen siendo la mayoría de los puestos directivos ocupados por hombres?, ¿hay un cambio real y evidente derivado de los planes de igualdad que implantan las empresas o es un puro trámite?, ¿es algo solo cultural solo asociado a un momento concreto de la historia española?, ¿seguiremos estando presentes en los comités de dirección en puestos asociados a recursos humanos y marketing o llegará un momento en que podamos acceder de forma aplastante a puestos de dirección financiera, de producción, de logística…?

Estamos en un proceso de transformación de la empresa familiar española, interesada por la profesionalización y la mejora organizativa y el desarrollo de las personas que la conforman, donde posiblemente se produzca una evolución y puedan tener mayor importancia las competencias vinculadas a fomentar y potenciar el desarrollo en el líder y capacitación en los colaboradores.

Victoria Benlloch

Directora Nacional División Consultoría. Adecco

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