Viajeras intrépidas

Gloria BellidoGloria Bellido

Casi siempre estoy de acuerdo con la frase de ¡Vive el momento, Carpe Diem! en su sentido original de arraigarse en el presente que depende de uno mismo, pero cuando llegan estas fechas soy sencillamente incapaz de aplicarla. El cielo azul y el fuerte sol me recuerdan constantemente que no es trabajando en una ciudad calurosa, rodeada de aire acondicionado, donde quiero estar. Entonces empiezo a soñar con mercadillos en placitas pintorescas de alguna ciudad lejana, a pensar en atardeceres en la playa, en largas mañanas pasadas durmiendo en la cama…
 
Debo reconocer que lo único que de verdad me motiva estos días es organizar un viaje: elegir el sitio, comprarme una guía del lugar, pensar en todos los detalles, comprobar si mi cámara de fotos todavía funciona…
 
Sin embargo, hay una cosa en la que no puedo dejar de pensar. Echo de menos ser una auténtica viajera.
 
Verán, voy a explicarme: hoy en día casi todo el mundo tiene la oportunidad de viajar. El turismo es algo muy positivo que ha abaratado considerablemente los precios y les da la oportunidad a personas de clase media de visitar lugares que antes sólo estaban disponibles para los más ricos. Además de ser una fuente de trabajo y de riqueza para muchos lugares.
 
Pero eso no me quita la añoranza de los verdaderos viajeros que podían estar durante meses inmersos totalmente en una nueva y desconocida cultura. Ellos no dormían en hoteles ni empezaban el día con un desayuno buffet. Dormían y comían igual que los habitantes del país donde viajaban. Visitaban monumentos sin vallas ni cartelitos de “prohibido hacer fotos”, aprendían de los lugares hablando con sus habitantes y siempre acababan sabiendo algo del idioma. Ésta es, seguramente, una visión muy utópica; ya muy poca gente tiene tiempo y dinero para hacerlo (¡si es que encuentra un lugar que no esté invadido por el turismo!).
 
Sin embargo, opino que sigue siendo importante que, dentro de nuestras limitaciones, intentemos adaptarnos, meternos lo más posible en la cultura y en el lugar que visitemos: probando su comida, hablando con su gente y perdiéndonos de vez en cuando por calles que no están en el recorrido turístico. En realidad, sólo así aprovecharemos todo lo que los nuevos lugares tienen que enseñarnos.
 
Os deseo a todas unas felices y exóticas vacaciones. Desconectemos y descansemos. En septiembre nos volveremos a dar cita en estas páginas. Muchas de nosotras seguirán trabajando para que todos los días podáis tener noticias frescas en nuestra página Web: www.mujeremprendedora.net.
 
Hasta pronto, viajeras intrépidas.

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