Un total de 117 mujeres víctimas de violencia de género aprenden habilidades para gestionar situaciones de riesgo
Hablar con una voz segura y potente, pero sin gritar, practicar movimientos de esquivas o usar correctamente la distancia ante el agresor son destrezas útiles para afrontar una situación de riesgo por violencia. Y constituyen una parte importante de los contenidos de los cursos que por segundo año consecutivo desarrolla la Secretaría General de la Igualdad destinados a mujeres víctimas de violencia de género para el aprendizaje de técnicas de autoprotección.
A lo largo de este año está programada una serie de 11 cursos en otras tantas localidades de las cuatro provincias, seleccionadas en función del número de denuncias presentadas. En el primer semestre ya tuvieron lugar 8 cursos en las localidades de Arteixo, Ribeira, Vilalba, O Barco, Verín, Cangas, Moaña y Ponteareas, a los que asistieron un total de 117 mujeres. Por provincias, la participación está encabezada por Pontevedra con 48 beneficiarias, seguida de A Coruña con 29, Ourense con 25 y Lugo con 15 participantes. Los tres cursos restantes están programados para el próximo mes de septiembre en Ames y Monforte y en el mes de octubre en Vigo.
Los contenidos didácticos están orientados a la adquisición de destrezas que proporcionen a las mujeres una mayor habilidad para gestionar positivamente las situaciones de riesgo por violencia y, consecuentemente, tengan una percepción de mayor seguridad personal.
La iniciativa, que se celebra por segundo año consecutivo, organizada por la Secretaría General de la Igualdad en colaboración con el Sindicato Unificado de Policía, está ofreciendo resultados muy positivos, tanto cuantitativa como cualitativamente, ya que las participantes se involucran activamente y valoran su nueva capacidad para afrontar situaciones de violencia tras la participación en el curso. El pasado año celebraronse siete cursos, con asistencia de 80 mujeres.
Policías especialistas en la custodia de mujeres con órdenes de protección
Los agentes de policía que imparten las sesiones son especialistas en violencia de género, que desempeñan su trabajo en unidades policiales vinculadas la esta problemática y en tareas de custodia de las mujeres con órdenes de protección.
Cada curso tiene una duración de 12 horas, divididas en sesiones teóricas y prácticas, consistentes en analizar la tipología de los comportamientos violentos que se producen y los escenarios más frecuentes de estos, entre los que el más habitual es el domicilio. A partir de ese análisis, las mujeres aprenden destrezas básicas para gestionar con habilidad la situación sorteando el riesgo, mediante la combinación de técnicas de seguridad estática y dinámica.
Según la valoración de Alejandro Gómez, agente de policía coordinador de los cursos, “estas destrezas son determinantes y pueden marcar la diferencia entre zafarse del riesgo o sucumbir a él”.
Contenidos prácticos
Técnicas para practicar esquivas totales o parciales, el uso correcto de la distancia ante una agresión, los movimientos precisos para un desplazamiento eficaz, el comportamiento recomendable se hay menores presentes o el uso de la voz son algunas de las destrezas que se ejercitan en los cursos. La voz es un factor decisivo para contener la violencia del agresor. Las mujeres aprenden la importancia de emplear palabras cortas y contundentes, con un tono de voz seguro y potente, pero sin gritar, tratando de ganar tiempo y buscar una salida al escenario de violencia.