Un análisis desde la perspectiva de la mujer en puestos de alta dirección

El Consejo Social de la Universidad de Sevilla organizó ayer <?xml:namespace prefix = st1 ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags» />la mesa Redonda sobre “El techo de cristal, un análisis desde la perspectiva de la mujer en puestos de alta dirección y responsabilidad incluido dentro del plan de Actuaciones para el año 2008 y en el capítulo de Foros de Diálogo, cuyo objetivo es fomentar los cauces de comunicación entre la universidad y el entorno social”. El acto, celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla ha estado presidido por María del Mar Moreno, Presidenta del Parlamento Andaluz en la recién concluida legislatura.<?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» />La mesa redonda ha estado formada, además, por María Luisa García, presidenta del Consejo Social de la Universidad de Sevilla y ha contado con la asistencia de mujeres que realizan una destacada labor a nivel social, empresarial y político, como Carmen Martínez, Viceconsejera de Economía y Hacienda; María Luisa Lombardero, Directora General Gerente de Cajasol y Montserrat Luquero, Directora General de HUDSON. El Seminario ha sido moderado por <?xml:namespace prefix = st1 ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags» />la periodista Mar Arteaga.<?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» /> El “Techo de cristal” es un obstáculo invisible en la carrera profesional de las mujeres, y de acceso al poder (a pesar de su presencia manifiesta en casi todos los sectores de la sociedad) difícil de traspasar y que impide el avance y la promoción de la mujer en el mundo laboral. Es invisible porque no existen leyes, ni dispositivos sociales establecidos, ni códigos visibles que impongan a las mujeres semejante limitación, y se construye sobre la base de otros rasgos que por ser invisibles son difíciles de detectar.  La perspectiva de género ha puesto de relieve que ni el incremento vertiginoso en el nivel formativo ni tampoco la participación generalizada de mujeres en el mercado del trabajo ha generado un incremento proporcional en posiciones de poder y puestos laborales con capacidad de decisión. Incluso en el caso de muchas mujeres bien preparadas que han tenido el privilegio de acceder a una profesión con estatus y reconocimiento social, resulta desconcertante observar cómo, en un determinado momento, se estancan y encuentran barreras en la promoción de su carrera.  María Luisa García, presidenta del Consejo Social, explicó las líneas estratégicas del Consejo Social y sus competencias. En ese sentido, la ley otorga a los consejos sociales competencias en tres ámbitos claramente definidos: el económico-financiero, responsable de aprobar los presupuestos y las cuentas con la universidad, en el ámbito académico, con la aprobación de nuevas titulaciones y en la gestión de las relaciones con la sociedad. En este último aspecto se enmarca el foro que hoy tiene lugar y que en pasadas ediciones ha tratado temas tan significativos como la gestión del ciclo integral del agua y la transferencia tecnológica al tejido productivo. La presidenta explicó que “es una realidad que las sociedades más ricas y con mejores indicadores de educación, tienen un directo paralelismo en su nivel de bienestar con la incorporación de la mujer al tejido productivo, como también es obvio que una empresa o un sistema que utiliza sólo el 50% de sus recursos, sean del tipo que sean, humanos, financieros, será más pobre que si utiliza el 100%”, dijo. Por eso, considera de vital importancia para la sociedad lograr una mayor incorporación de la mujer en todos los ámbitos, incluyendo las esferas del poder, como un elemento impulsor del desarrollo y el progreso.  María del Mar Moreno, Presidenta del Consejo Social, explicó “el concepto de techo de cristal, su reconocimiento como patología social, las causas y los dos pilares básicos sobre los que se asientan: la cultural del poder y las responsabilidades familiares. El techo es invisible, pero el choque con él deja lesionadas profesionalmente a muchas mujeres. Comentó que hay que reconocer las causas sobre las que se asienta para poder atajarlas: la cultura del poder y las responsabilidades familiares (suelo pegagoso). Es elocuente el estudio que se ha realizó sobre el Consejo de Ministros. El perfil de la Ministra es separada o divorciada con 0 ó 1 hijo a cargo. El perfil del Ministro es casado con dos o tres hijos. Además analizó las evidencias del techo de cristal en política como el fenómeno de lo que se considera falta de suelo. Carmen Martínez, Viceconsejera de Economía y Hacienda, expuso “El techo de cristal como una cuestión de género que afecta a la economía y al desarrollo social”. Y explicó modelos y estrategias para eliminarlo: estadísticas y presupuestos. “A pesar de los avances logrados para una efectiva igualdad entre hombres y mujeres el techo de cristal sigue siendo una realidad en la Andalucía de hoy”, dijo. “Hay creencias y tabúes en torno a la participación de las mujeres en la actividad económica que deben ser erradicados porque Andalucía no puede permitírselo si quiere crecer y estar entre las economías más competitivas”, añadió. “Desde el Gobierno Andaluz se están acometiendo dos importantes estrategias para eliminarlo: visibilizarlo, haciendo que no sea de cristal y poniendo el principal instrumento político, que es el presupuesto público, al servicio de la igualdad de género”, afirmó.   María Luisa Lombardero, directora General de Cajasol, desarrolló la diferencia entre el techo de cristal versus techo de cemento. El techo de cristal es el conjunto de normas no escritas o cultura de la empresa que impiden a la mujer el acceso a puestos de alta dirección desde los puestos intermedios y el techo de cemento es la autoimposición por elección personal tal como rechazar la promoción a puestos directivos más rígidos y exigentes porque no se encuentra la motivación suficiente, el equilibrio familiar-profesional y la carrera profesional de la pareja. Explicó la situación actual diferenciando cuatro apartados: en primer lugar, el haber de las mujeres donde, por ejemplo, la mujer supone más de la mitad de los licenciados en la Universidad Hispalense (año 2007) y el número de mujeres en la Administración del Estado supera al de los hombres (51%). En segundo lugar, desgranó el debe de las mujeres donde la tasa de ocupación femenina es el 34,7%; en salarios, la mujer cobra el 67% del sueldo que cobran los hombres; y en la dirección general, representan poco más del 0,7%. En tercer lugar, desarrolló lo que dicen las mujeres, según estudios realizados: la escasa representatividad de la mujer española en puestos de dirección; los estilos rígidos de dirección (horarios, modelo masculino), discriminación salarial. Y en cuarto lugar explicó lo que dicen los expertos: “la mujer directiva confían en cooperación, equipo, delegación); implanta una visión humanista de la empresa a través de la inteligencia emocional. Por último comentó que la Ley de Igualdad, que establece una cuota en los consejos de administración de empresas, perjudica a la mujer pues cuestiona que hayan alcanzado el puesto por su valía y ayudaría a normalizar la situación de la mujer. Monserrat Luquero, directora general de HUDSON, explicó durante su intervención que “el universo de mujeres empleadas en empresas disminuye dramáticamente a medida que se incrementa el  nivel de responsabilidad”. En la evolución de la incorporación de la  mujer ha destacado algunos positivos: el crecimiento ha sido lento pero continuo y hay funciones donde el peso de la mujer es similar al del hombre. Como aspectos negativos destacó que pese a un crecimiento continuo el diferencial sigue siendo grande y la evolución sigue siendo lenta. El porcentaje de las mujeres seleccionadas disminuye a medida que aumenta la responsabilidad; sigue existiendo discriminación en algunos sectores o funciones. Entre las conclusiones ha destacado que la incorporación de la mujer a los puestos directivos se va realizando poco a poco, pero sigue condicionada por la interrupción de las carreras profesionales por motivos personales (maternidad, dependencia, ,etc.), desequilibrio en las tareas del hogar; sociedad empresarial machista, entre otros.

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