
“Todo son reproches; siento que hago las cosas mal”

Desde hace más de un año tengo una pésima comunicación con mi jefe. Cuando me llama al despacho, solamente me hace recriminaciones, reproches… siento que todo lo hago mal. Al principio me defendía, porque era injusto, pero ahora paso, aunque en el fondo me voy preocupado a casa y cada vez me cuesta más hacer mi trabajo con ilusión. He perdido la confianza en mí mismo. El cuerpo me pide irme, pero no me atrevo. ¿Qué podría hacer? Pedro (Guadalajara)
La situación que planteas suele ocurrir, aunque a ti te está resultando complicada porque hasta te planteas dejar tu trabajo. En las relaciones entre personas existen estilos de comunicación tóxicos que, si se instalan, pueden llevar a una mala comunicación y a un problema de productividad y mal ambiente en el trabajo. Existen cuatro toxinas habituales que provocan relaciones de ese tipo. Son:
1 Acusación: en tu caso, sientes que tu jefe te está reprochando la manera como haces tu trabajo.
2 Estar a la defensiva: respondes porque te parece injusto.
3 Pasotismo o blindaje: hace algún tiempo que ya no te defiendes y optas por no hacer caso.
4 Desprecio: por lo que dices en tu carta, no parece que se haya instalado esta toxina. Si es así, buena noticia, porque es la más tóxica y puede llegar a matar la relación.
Así, pues, los estilos de comunicación que estáis utilizando tu jefe y tú son tóxicos y están impidiendo que vuestra relación sea efectiva.
Para tu tranquilidad, he de decirte que todos incorporamos toxinas en nuestra comunicación en mayor o menor medida: acusamos y nos acusan; nos defendemos; pasamos y pasan de nosotros, despreciamos y sentimos que nos desprecian…
Para dar un primer paso y desarrollarte como persona y profesional, sería útil que, desde la humildad, trataras de identificar la toxina que sueles utilizar más. Después pon en práctica estos antídotos:
✽ Pide explicaciones. Si, por ejemplo, tu jefe te dice: “Este informe está fatal”, pregúntale educadamente: “¿Me puedes, por favor, especificar? ¿Qué necesitaría para que estuviera bien?»
✽ Practica la humildad y asume lo que no has hecho bien. Reconoce también tu aportación y tu esfuerzo para que sean valorados.
✽ Ábrete a una escucha sincera para conocer el punto de vista de tu jefe y entender qué necesita del trabajo que haces sin que te sientas agredido en tu autoestima.
Y ten en cuenta que para que una relación funcione, depende de dos, por lo que convendría que tuvierais una conversación honesta y abierta. Si, aun así, las toxinas permanecieran, os sería muy útil realizar un proceso de coaching.
Artículo de Maite Gómez Checa, Coach Ejecutivo Senior por la Metodología CORAOPS®, acreditada Senior por ICF y AECOP, y socia de ICE Coaching. Publicado originalmente en la revista Psicología práctica num 178.