
Teruel acogerá el primer simposio de mujeres rurales
Experiencias, dificultades y futuro de las mujeres que viven y trabajan en el medio rural se conjugarán en el I Simposio Nacional de Mujeres Rurales que tendrá lugar en Teruel, los días 18 y 19 de octubre, con motivo de la celebración del Día de las Mujeres Rurales. Al evento, que tendrá lugar en el Palacio de Exposiciones y Congresos, está previsto que asistan unas 300 personas.
El simposio está organizado por el Instituto de la Mujer del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y el Instituto Aragonés de la Mujer.
La celebración de este acto pretende fomentar el diálogo e intercambio de conocimientos y experiencias entre los distintos agentes sociales y políticos implicados en materia de desarrollo rural e igualdad de género.
Se busca crear un lugar de encuentro para analizar la situación actual de las mujeres en el ámbito rural. El debate se centrará no solo en los principales problemas a los que se enfrentan estas mujeres, también se analizarán sus retos y potencialidades.
Esta cita nacional se completará en Teruel con la II Muestra de productos y servicios realizados por empresarias que viven en Aragón y con la celebración del Día Internacional de la Mujer Rural.
La directora del IAM, Pilar Argente, y la directora general de Igualdad de Oportunidades y del Instituto de la Mujer, Carmen Plaza, estuvieron en Teruel junto con el subdelegado del Gobierno, José María Valero, para presentar el programa, con el que se pretende realizar “un análisis completo de la mujer rural”.
Las responsables políticas subrayaron la importancia de la mujer en el medio rural “para frenar la despoblación”, como puso de manifiesto Pilar Argente, en un país donde el 80 por ciento del territorio es rural y en él solo vive el 20 por ciento de la población, como subrayaron en el acto. Carmen Plaza ofreció algunos datos significativos sobre las mujeres en el medio rural: en este ámbito hay el doble de mujeres que de hombres con título universitario y las mujeres solo son mayoría a partir de los 65 años.
Éxodo rural, masculinización y envejecimiento
Según un informe de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), los tres problemas que condicionan el desarrollo rural en nuestro Estado son: el éxodo rural, la masculinización y el envejecimiento. En los últimos tiempos, la crisis económica ha fomentado la vuelta de la población al medio rural. Sin embargo, son más los hombres que las mujeres que vuelven a los pueblos. Los datos del documento, que compara los últimos censos, demuestran que el número de habitantes en núcleos urbanos ha crecido casi un 25 por ciento, mientras que en los rurales apenas un 1,5, aunque ha cambiado la tendencia negativa de comienzos de este siglo, cuando todavía descendía un 1 por ciento el volumen de población. Pero esa población no es joven. Y es sobre todo es masculina.
Los datos que maneja Fademur, muestran que hace poco más de una década los hombres ya empezaban a regresar a los núcleos rurales, que experimentaron un incremento cercano al 1 por ciento de la población masculina, mientras que la femenina descendía en torno al 1,5. De otro lado, la población urbana femenina crecía un 4,89 y la masculina bajaba 0,7.
En el medio rural, el desempleo ha crecido mucho más entre las mujeres que trabajan en el sector primario (agricultura y pesca) y la oferta laboral se sigue dirigiendo mayoritariamente a los hombres. Pero no es el único inconveniente para las mujeres: también lo son la falta de servicios sociales, educación, sanidad y apoyos de distinto tipo.
De hecho, el informe de Fademur señala que el éxodo rural ha sido fundamentalmente protagonizado por las mujeres debido a la “presión social” derivada de la presencia de roles y estereotipos de género más presentes si cabe que en el medio urbano así como la falta de oportunidades, fundamentalmente, para la incorporación y permanencia en el mercado laboral y, por último, ante la falta de servicios e infraestructuras de los municipios de nuestro medio rural. Dicha falta de servicios e infraestructuras, sobre todo, en relación a la atención de personas dependientes, obliga a que la generación adulta, tenga que hacerse cargo de dicha atención (por los roles de género), condicionando la calidad de vida de las personas dependiente y de la población cuidadora: las mujeres rurales, en este caso.
Sin embargo, en la última década este proceso se ha parado. En este sentido, señala Fademur, “esperamos que sea un indicio de un cambio de tendencia y el medio rural sea un destino elegido por las mujeres para desarrollar su proyecto vital”.
Fuente: Amecopress