Teresa Páez, presidenta de Fempes
“LAS MUJERES DEBEMOS SEGUIR EMPODERANDO”
Desde que en enero del pasado año se constituyera la Federación Empresarial de Mujeres para la Economía Social (FEMPES), Teresa Páez ha sido la voz representativa del tejido empresarial femenino de las empresas de Economía Social. Una posición desde la que Teresa reivindica para la mujer el lugar que le corresponde, que no es ni más ni menos que el que se ha ganado con su trabajo y que pasa, cómo no, por una mayor visibilización
¿Por qué nace y por dónde pasan los objetivos de la Federación Empresarial de Mujeres para la Economía Social (FEMPES) que preside?
FEMPES nace fruto de la unión de tres asociaciones empresariales femeninas (Amecoop, Ceres y Amesal) con el objetivo de aglutinar y tener mayor fuerza las mujeres empresarias de la Economía Social. Eran tres asociaciones para las que aunque trabajan cada una con horizontes parecidos, resultaba mucho mejor unirse y tener una sola voz ante la sociedad y antes las administraciones. Nuestro objetivo pasa sobre todo por conseguir que la mujer ocupe el lugar que le corresponde dentro de nuestras empresas y dentro de las mismas organizaciones de la Economía Social, además de seguir trabajando porque todas las mujeres empresarias sigan mejorando su posición tanto a nivel interno como en el propio mercado, fomentando la formación y la innovación.
Las andaluzas, ¿somos emprendedoras o debemos todavía aprender a emprender?
Un dato conocido recientemente que me sorprendió hace referencia a esto. Mientras que la tasa de mujeres empresarias a nivel nacional se sitúa en torno al 18%, las mujeres andaluzas estamos cerca del 30%. Es decir, la cultura emprendedora en Andalucía está muy bien posicionada gracias sobre todo al progreso experimentado desde los noventa hasta hoy que da como resultado una cifra importante de empresarias.
¿Por qué diría que la Economía Social es una buena fórmula para emprender para la mujer?
La Economía Social se diferencia del resto de modelos empresariales en que tiene una forma de hacer distinta, una forma basada en el emprendimiento colectivo. No es un empresario o empresaria el que emprende sino que al menos tienen que ser tres. Esto hace que sea una visión compartida, que el proyecto tenga distintos puntos de vista y que las decisiones y el reparto del trabajo sean colectivos. Y eso a las mujeres nos gusta porque nos gusta trabajar en equipo y porque servimos para ello. Es una fórmula que se adapta muy bien a nuestra forma de trabajar y de ver el mundo empresarial.
¿La Economía Social sigue teniendo la imagen pobre de antaño?
En este sentido creo que hemos mejorado mucho. Había y todavía sigue habiendo confusión basada en la falta de entendimiento de lo que es la Economía Social. A veces se nos ha interpretado como una ONG y nada de eso. Somos empresas que estamos en el mercado, que queremos ser cada vez más competitivas y que además tenemos unos principios y unos valores que están fundamentados en que un socio equivale a un voto, en la generación y en el reparto de la riqueza, en la toma de decisiones conjuntas, en el principio de puertas abiertas, la solidaridad… Una serie de principios y valores que son los que ahora las empresas de corte tradicional quieren implantar en lo que ellos llaman Responsabilidad Social Corporativa y que nosotros venimos haciendo desde hace ya mucho tiempo.
¿Cómo definiría la presencia de la mujer en los puestos de responsabilidad?
Si bien es cierto que hemos avanzado mucho en los últimos años, también lo es que tenemos que seguir avanzando y precisamente ése es uno de los fines de las asociaciones empresariales femeninas y de FEMPES. Las mujeres debemos seguir empoderando, tomando conciencia de nuestras posibilidades y tomar esa conciencia para poder desarrollar todo el potencial que tenemos y que es mucho, aunque a veces no nos lo creamos. A nivel de las organizaciones empresariales hemos avanzado. El problema es que existe una cultura masculina que ahora tiene dejar el espacio para las mujeres y en la que nosotras debemos romper las barreras que nos vayamos encontrando por el camino. Queda mucho por hacer pero eso sí, sin olvidar los avances conseguidos porque el saber que los pasos dados aunque lentos son firmes nos sirve a nosotras en nuestra lucha diaria.
¿Están preparadas las empresas de Economía Social para resistir la crisis?
Yo diría que están más preparadas que las empresas de modelos tradicionales. Y se está demostrando. Y no sólo las empresas de Economía Social, sino también los puestos de trabajo femeninos están demostrando resistir mejor a la crisis porque somos capaces de adaptarnos mejor a todo. Los empresarios del sector de la Economía Social hacemos todo lo posible para adaptarnos al momento económico en cuestión en el que nos encontremos, y desde luego tiene que ser que exista una situación económica muy mal para tomar medidas importantes como pudiera ser una reducción de empleo por ejemplo. Y son pocos, muy pocos, los que cierran sus negocios por hallarse en un entorno de crisis económico. En este aspecto resistimos mucho mejor precisamente porque nos fundamentamos en el hecho de que la empresa es nuestra, los trabajadores somos los empresarios y luchamos para que ninguno nos tengamos que quedar sin su puesto de trabajo.
En estos momentos, ¿por dónde pasan las necesidades de las empresas de Economía Social?
Sobre todo por adaptarnos al nuevo modelo productivo, al fomento de las comunicaciones, a la aplicación de la innovación en las empresas desde todos los puntos de vista, al aprovechamiento de la eficiencia energética. En clave de género uno de los retos fundamentales en estos momentos son las mujeres del mundo rural que por encontrarse en núcleos de población diseminados no se les ha prestado la atención que debiera.
Recientemente FEMPES firmaba con el IAM un convenio para dar respaldo a proyectos de género a desarrollar en el ámbito de la Economía Social andaluza. ¿Podría hablarnos de algunas de las acciones que contempla el convenio?
El convenio con el Instituto Andaluz de la Mujer está basado en dos pilares. El primero tiene como protagonista a los planes de igualdad que nos hemos comprometido a llevar a las empresas. La ley obliga a las empresas de más de 250 trabajadores a implantar estos planes de igualdad, y sin embargo el tejido empresarial de Andalucía no está ni mucho menos formado mayoritariamente por estas empresas. Son pequeñas y medianas empresas a las que en virtud de este convenio llevaremos los planes de igualdad porque al fin y al cabo son los que van a posibilitar que las mujeres sigamos en el mundo laboral mejorando nuestras posiciones. Estamos trabajando para presentar un manual de Plan de Igualdad que ya existía pero que desde FEMPES se está adaptando para poderle dar uso en nuestras empresas y hacer que las empresas mixtas sean sobre todo las que apliquen esos planes de igualdad. El objetivo es lograr que el porcentaje de empresas de la Economía Social que tiene un plan de igualdad sea significativo. El otro pilar del convenio pasa por la sensibilización en temas de género tanto a hombres como a mujeres.
Isabel García