Tecnología, mujeres y STEM

Hace pocas semanas, Telefónica I+D amadrinaba el lanzamiento de «Girls in Tech» en España, una comunidad internacional que busca potenciar la participación de las mujeres en el sector de las tecnologías de la información y la comunicación.
Decía la poetisa Emily Dickinson que ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie. Pues bien, la estatura de las mujeres en el sector TIC se calcula en aproximadamente 9.000 millones de euros al año solo en la Unión Europea. Así lo cree un Estudio de la Comisión Europea de finales de 2013, que asegura que si el número de mujeres en el sector digital alcanzase al de los hombres, el Producto Interior Bruto de la UE crecería en esa proporción.
Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM en su acrónimo anglosajón) que forman parte no del futuro, sino de nuestro presente, están esperando la llegada de Talento femenino para incorporarlo a sus proyectos.
Porque para que las mujeres puedan comprobar su verdadera estatura, es necesario abandonar el banquillo y entrar en escena como anima Sheryl Sandberg (COO de la red social Facebook). Es necesario superar una brecha de género que en el sector tecnológico está muy presente y que se traduce en cifras concretas: de cada 1.000 mujeres licenciadas en la UE, solo 29 lo están en TIC, mientras que el número de hombres es más de tres veces superior. Además, apenas 4 de cada 1.000 mujeres trabajan en este sector y su presencia en puestos directivos es infinitamente menor en comparación con los hombres (solo un 19% de las personas que trabajan en TIC tienen una jefa). A esto se suma el hecho de que en varios países de la UE entre los que se incluye a España, el número de estudiantes matriculados en TIC se ha reducido un 40%, algo incomprensible si tenemos en cuenta que las empresas demandan cada vez más perfiles con ‘eskills’ (competencias digitales).
¿Qué está ocurriendo? Sencillamente que tenemos por delante una serie de frenos culturales y sociales. Desde un punto de vista cultural, nuestra sociedad sigue diferenciando entre actividades propias de chicos y actividades propias de chicas, lo que coarta a todas las que quieren salir de los patrones clásicos para dedicarse a programar, a diseñar robots o a hacer cálculos matemáticos.
Desde un enfoque social, hay dos ideas que me gustaría compartir y que es importante resaltar. La primera es que las mujeres carecemos por lo general de referentes en muchos sectores económicos. No por que no hayan existido, sino porque en ocasiones se presentaba como incómodo incluir a determinadas mujeres que han sido parte importante de la Historia y se priorizaban otras figuras.
La segunda es que el sector tecnológico ha sido tradicionalmente considerado un sector de hombres. Cuando, en los años 90, empecé mi carrera en una multinacional de software americana para incorporarme a su recién creado departamento de marketing y comunicación, el equipo de España y Portugal estaba compuesto por muy pocas mujeres y, las que había, trabajaban como secretarias, o se ocupaban de la atención telefónica o la recepción.
Estudios de la Universidad de Stanford y de la Fundación Kauffman han demostrado que la presencia de mujeres en Comités de Dirección de las empresas da como resultado hasta un 35% más de retorno y un 12% más de beneficios. Sin embargo, determinados perfiles masculinos siguen planteándose si la mujer está capacitada para tomar decisiones empresariales, para ejecutar ágilmente o para dirigir una negociación.
En el siglo XXI, las mujeres con nuestras competencias diferenciadas y saber-hacer, junto con la Tecnología, las Ciencias, la Ingeniería y las Matemáticas deben unirse para impulsar proyectos que generen Innovación.
Marta Díaz Barrera
Asesora de Talento
Fundadora y CEO de Talentoscopio
@MartaDzBarrera
@Talentoscopio_