«Sur Algae». Consuelo Guerra, Mónica Medina y Raquel Velázquez
ALGAS QUE ALIMENTAN
Conocido bajo el nombre comercial Sur Algae, esta joven empresa gaditana se encarga de cultivar y recolectar macroalgas y plantas destinadas al consumo alimenticio
¿Quién le iba decir a estas tres emprendedoras que la curiosidad de un chef las empujaría de la Facultad de Ciencias del Mar de Cádiz al arte del emprendimiento? Ellas son Consuelo Guerra, Mónica Medina y Raquel Velázquez, las promotoras de Innova Vegetalia del Mar, sociedad gaditana que bajo el nombre de Sur Algae, se dedica a las actividades de “extracción, cultivo y manufacturación de macroalgas como alimento para consumo humano y para cosmética”. Son las palabras de una de ellas, Raquel Velázquez, que recuerda cómo se fragua la idea de negocio hace apenas dos años: “Al hermano de una de las socias, cuya profesión es chef, empieza a llegarle macroalgas y productos con base de alga para elaborar recetas e ir introduciéndolas en carta. Su desconocimiento sobre este alimento supuso que se le enviara información sobre algas comestibles y de esta forma se empezó a considerar la idea de extraer la abundancia de algas marinas que crecen de manera natural y darle uso alimenticio”.
Con el tiempo la idea fue modelándose hasta transformarse en un proyecto empresarial asentado sobre la base de diversos estudios que atribuyen a las algas virtudes muy variadas que se manifiestan en su aplicación en medicina, cosmética, talasoterapia, dietética, agricultura, ganadería, e incluso como futuros biocarburantes. “Las algas no sólo son un producto nuevo con el que innovar de forma esporádica en nuestras recetas -explica Raquel-, sino que se trata de un alimento con un alto valor nutricional que debemos tener en cuenta en nuestra dieta general”. Quizá por eso el consumo alimenticio de algas sea hoy por hoy una práctica fuertemente arraigada en países orientales aunque para la mayoría de los europeos pudiera parecer una novedad. Un desconocimiento que sin embargo no les echa atrás a la hora de su consumo: “La población en general sí desconoce sus propiedades nutricionales, pero con lo positivo que nos hemos encontrado es que no ponen ningún reparo en probar el producto y en interesarse en él”.
Por el momento, Raquel y socias se encargarán de traer las algas a nuestras meses y lo harán, según el tiempo estimado, a partir del mes de noviembre, una vez que concluyan el acondicionamiento de la nave, que le ha concedido durante tres años el Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial de San Fernando (Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa), y donde se llevará a cabo la manufacturación y procesado de sus algas, y una vez que cuenten con el registro sanitario para poder empezar a comercializar. Mientras tanto, estas tres licenciadas en Ciencias del Mar están realizando en Barbate (Cádiz) junto con la Cofradía de Pescadores de Barbate un proyecto denominado Estudio de biodiversidad de la flora marina en Barbate, con potencialidad comercial, con el objetivo “de ver qué tipo de especies con interés comercial existen en esas aguas y determinar los sistemas de cultivo”, de forma que puedan aumentar la diversidad de sus productos. Por ahora, entre los productos que la sociedad tiene previsto desarrollar, destacan los frutos frescos -que sólo se comercializará bajo previo pedido del cliente-; en salmuera y salazón; en conserva; deshidratados, en especias y en polvo.
Hasta el momento, y a pesar de su corta carrera, esta empresa ha recibido reconocimientos importantes que han supuesto, además de “una gran ayuda económica, una plataforma de lanzamiento publicitario” que ha ido de la mano de galardones como el Premio XXI, el Premio Uniproyecto de Universia, o el VII Concurso de Emprendedores Universitarios convocado por la EOI y la Fundación Red Andalucía Emprende, entre otros.
Isabel García