Sólo el 30% de las mujeres profesionales están casadas o viven en pareja
Así lo afirma un estudio titulado ‘Trayectorias Personales y Profesionales de Mujeres con Estudios Tradicionalmente Masculinos’, realizado por el Instituto de la Mujer y el Centro de Investigación y Documentación Educativa (CIDE). Dividido en dos grandes apartados: la formación profesional y la formación universitaria, no sólo analiza el periodo de estudios, sino también las dificultades en la incorporación al trabajo, las barreras a las que se enfrentan en estas ocupaciones tradicionalmente masculinas y como concilian la vida laboral y familiar.La metodología del estudio se ha basado en reuniones y grupos de trabajo, investigaciones cualitativas y entrevistas en profundidad.De acuerdo con las conclusiones del libro, los estudios de formación profesional como electrónica, mecánica o fontanería son en los que existe una mayor presión y discriminación hacia la mujer y donde mayores dificultades tienen para la incorporación laboral, dada la sobrevaloración de la fuerza física.Dentro de los estudios universitarios con mayor presencia de hombres, el porcentaje de mujeres en carreras técnicas, como Informática, Caminos, Agronomía o Telecomunicaciones, es considerablemente superior que aquellas que optan por ramas de formación profesional como las mencionadas. Profesionales sin familia De la investigación llevada a cabo por el Instituto de la Mujer se desprende que las mujeres de menos de 30 años, que acaban de comenzar su trayectoria profesional, están cambiando la situación establecida. A lo largo de su etapa de estudiantes han luchado por una igualdad que no quieren perder ahora que han accedido al mundo laboral.Las mujeres de esta generación, independientemente de su profesión, se mantienen solteras y sin hijos cada vez más tiempo para prolongar su formación y ser así más competitivas en un mercado de trabajo precario y exigente, en el que es difícil entrar y en el que la baja por maternidad puede ser un impedimento para la renovación de los contratos. Solamente el 30,2% de estas mujeres están casadas o viven en pareja y la cuestión de la familia o los hijos apenas aparece en su discurso de forma espontánea.A estas mujeres no les importa que su trabajo les obligue a viajar constantemente. De hecho lo consideran un «aliciente» en su vida profesional. Para ellas lo importante no es la promoción en la empresa ni el ascenso en el escalafón jerárquico, sino la satisfacción que aporta el trabajo realizado y el disfrutar de un ambiente laboral con buenas relaciones sociales.Hombres y mujeres ante el cambioSegún el estudio, si hay algo en lo que las mujeres están de acuerdo es en acabar con las diferencias en las tareas del hogar: aspiran a estar en absoluta igualdad laboral con sus parejas y su expectativa es que el varón participe en las tareas domésticas en las mismas condiciones que ellas.Este estudio también pone de relieve que entre la gente joven, tanto de sexo femenino como masculino, ya no se valora al hombre que no colabora. Actualmente las mujeres esperan que una relación de pareja estable no interceda en su carrera profesional porque les suponga una dedicación especial.Al mismo tiempo se está produciendo un cambio en los hombres, cada vez más orientados a la familia y a las tareas de la casa. No obstante, estas últimas no son atractivas ni para unos ni para otras, pero ambos asumen la necesidad de compartirlas.Por otro lado, las mujeres están de acuerdo con las acciones positivas ante la desigualdad de oportunidades que aún persiste y que se pone de manifiesto, sobre todo, en puestos directivos o en el mayor índice de paro.

