
No sólo alimentos, también dignidad
Bolivia: bajo la modalidad de cupones por trabajo, mujeres de 18 comunidades indígenas guaraníes del Chaco tarijeño tienen la oportunidad de alimentar a sus familias y de elegir la canasta básica de productos para llevar a casa. Con su trabajo y esfuerzo combatieron los efectos de la sequía y su lucha está dando frutos en sendos huertos comunales.
Nutrición y dignidad es lo que estas mujeres llevarán a casa hoy, día de canje de cupones por alimentos en la ciudad de Yacuiba. Tres comercios de la ciudad canjean por alimentos los cupones que el PMA decidió entregar a estas mujeres para que escojan los alimentos con los cuales alimentar a sus hijos, en vez de darles una canasta de productos. La fila es grande y las ansias lo son aún más. “Yo vengo y escojo lo que quiero llevar a mi hogar. Nos tratan bien, son amables” cuenta doña María Ruth Cerezo de la comunidad Pachal Bajo quien, al igual que la gran mayoría, nunca antes había tenido la oportunidad de comprar en un almacén grande de la ciudad, pues cuando mucho lo habían hecho sólo en el mercado campesino.
“Escojo alimentos que se comen todos los días: arroz, harina, aceite y fideo…pero también cosas que nunca antes podía comprar: leche, avena y pescado en lata” narra mientras llena su canasta con otros productos más. “A mis hijos les gusta el corned beef y la sardina”, dice en alusión a la carne y al pescado enlatados. “Porque casi no comemos carne, sólo alguna vez en días especiales”.
Con las manos llenas
Pamelita, dueña del almacén del mismo nombre, atiende esmerada y personalmente a las mujeres guaraníes que han llegado a la ciudad a canjear sus cupones. Una nota de canje refleja lo que cada familia elige y la cantidad de cupones que canjea. A veces, dos o más mujeres reúnen sus cupones para canjear granos o cereales por quintales, lo cual resulta más económico que por kilos. Luego, al llegar a su comunidad, se reparten el producto. Del mismo modo, abordan una misma movilidad para compartir gastos de traslado y así economizar. “A veces esperamos harto rato para ser atendidas”, menciona una mujer en la larga fila que se extiende del almacén hacia la calle, “pero me gusta venir a comprar, esperamos este día por horas porque volvemos con las manos llenas”, concluye.
Un recurso para dignificar
Aun si los hombres del hogar fueron quienes pusieron su mano de obra en los trabajos comunales, son las mujeres quienes reciben los cupones y quienes suelen canjearlos. Darles el control de ese recurso las hace sentir importantes y dignifica su rol dentro de la familia y de la comunidad.
El capitán grande del pueblo guaraní, Mburuvicha (líder en guaraní) Jorge Mendoza, avala la entrega de cupones a las mujeres. “Eso está bien, porque se les devuelve su dignidad” menciona el máximo dirigente de este pueblo indígena. “El pueblo guaraní ha sido despojado de todo, por la acción humana y por la naturaleza: no tenemos tierra, a veces carecemos de agua, ambas cosas fundamentales para la producción. Sin producción no hay alimentos, y sin alimentos no hay dignidad humana”, reflexiona mientras supervisa personalmente la entrega de cupones en la comunidad El Palmar. Con fondos de compensación que reciben por la explotación de los recursos naturales, su institución ha adquirido algunas extensiones de tierra para dotar a las familias y así evitar que éstas tengan que vivir de la caridad de los grandes hacendados. En muchas de esas tierras comunales recientemente adquiridas, las mujeres han construido los huertos que empiezan a florecer. “Los cupones pueden parecer una ayuda humilde, sencilla, pero con ellos se alimenta a las familias y se recupera dignidad” acota el Mburuvicha.
Los cupones por trabajo son una modalidad de reciente implementación en Bolivia por el PMA. En contextos de emergencia están demostrando ser de mayor eficacia y rapidez que la entrega de alimentos, especialmente si se trata de zonas apartadas, donde la logística se hace complicada.