Si los padres discrepan, el funcionario decide
El orden de los apellidos de un bebé lo determinará un funcionario del Registro Civil en caso de que los padres no se pongan de acuerdo. Fue lo que acordó ayer la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, que aprobó el proyecto de ley del Registro Civil, por tener competencia legislativa plena, que ahora será remitido al Senado. Pero si ese acuerdo no surge en el momento de la inscripción, y pasados tres días más de plazo para alcanzar un acuerdo, un funcionario del Registro Civil será el que se asigne el orden de los apellidos.
Con este acuerdo se pone fin a una larga discusión entre los grupos parlamentarios. El Gobierno pretendía que fuera el criterio alfabético el que determinara el orden de los apellidos en caso de desacuerdo; el PP apostaba por mantener el del padre siempre en primer lugar; el PNV propuso que el primer apellido fuera el menos frecuente, mientras que ERC e IU optaban por el azar de un sorteo.
Por otro lado se ha acordado que el orden establecido para el primer hijo debe respetarse para los posteriores nacimientos de la misma pareja. Igualmente, los bebés que vivan menos de 24 horas serán registrados, así como los fallecimientos prenatales con posterioridad a los seis meses de gestación.