Salud y género

Mujeremprendedora ‘sienta’ en esta ocasión a cuatro pesos pesados con nombre de mujer del sector sanitario andaluz. La presencia femenina en el mismo, los factores que determinan el por qué las mujeres tienen peor salud física y mental que los hombres o los recursos actuales para la práctica de la atención en salud reproductiva y sexual son algunos de los temas del coloquio de este mes con grandes dosis de salud en clave de género
 
Participantes:
Ana Delgado Sánchez
Profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Experta en Género y Salud.
 
Rocío Hernández Soto
Subdirectora médica del Hospital de la Mujer del Virgen del Rocío de Sevilla
 
Pilar Serrano
Directora gerente de la Clínica Sagrado Corazón de Sevilla
 
Montserrat Masferrer Sola
Responsable de la Unidad de Menopausia y Antiedad de Clínicas Ginemed
 
 
Cuatro agendas cargaditas de consultas médicas, quirófanos, reuniones, clases,… pero por fin llegan a la ‘mesa’ de Mujeremprendedora en el Hotel Casas de la Judería de Sevilla. Lo hacen con una puntualidad extrema y con la alegría de reencontrarse con caras del ‘gremio’ a las que hacía tiempo no tenían enfrente. Llegan con datos, con un currículum profesional avala a cada una de ellas, y con mucha opinión deseada de ser vertida. Son las opiniones de Pilar Serrano, directora gerente de la Clínica Sagrado Corazón de Sevilla; Ana Delgado, profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública y experta en género y salud; Rocío Hernández, subdirectora médica del Hospital de la Mujer del Virgen del Rocío de Sevilla; y Montserrat Masferrer, responsable de la Unidad de Menopausia y Antiedad de Clínicas Ginemed. Dicho y hecho arranca la charla.
 
Mujeremprendedora: Según datos del «Informe de Salud y Género 2007-2008» las mujeres son mayoría en el sistema sanitario, con más del 70% del personal total, y en torno al 80% en el caso de Enfermería, pero ocupan en mucha menor medida que los hombres puestos de alta responsabilidad en la estructura sanitaria, además de liderar, con el 65%, el ranking de contratos de menos de 36 horas. Con estos datos, ¿qué valoración realizáis de la presencia de la mujer en el sector sanitario?
Rocío Hernández: Opino que son datos reales y que son extrapolables a hospitales como al que pertenezco, el Virgen del Rocío de Sevilla donde de los 7.101 trabajadores con los que cuenta, 2.902 son hombres, un 28%. Qué ocurre, que en la división de Enfermería, el grupo más numeroso, tan sólo el 14% son varones; en cambio, en la división médica el 70% son hombres. En cuanto al equipo directivo, que salió hace apenas un año, en este se ha apostado por la paridad porque si bien tanto el director médico como el director de enfermería son hombres, en las subdirecciones médicas somos dos hombres y dos mujeres.
Pilar Serrano: Efectivamente en el sector sanitario el volumen de mujeres en las últimas convocatorias de médicos de las plazas MIR es muy importante. Ahora bien, a la hora de cargos de responsabilidad, y no sólo hablamos de cargos directivos sino también de jefes de servicio y responsables de unidad, la pérdida de la presencia femenina es constatable. Si bien es cierto que esto empieza a cambiar desde el momento en el que la mujer empieza a asumir cada vez más rol y por ende más responsabilidades, lo cierto es que a día de hoy no creo que el número de mujeres de jefes de servicio llegue al 20%. En mi caso he de decir que en los cargos directivos, siempre he intentado que en mis equipo hubiera paridad pero no sólo por decir que tengo paridad sino porque he tenido la oportunidad de trabajar tanto en el sector público y privado con directivos mujeres y hombres y lo cierto es que me siento gratamente satisfecha con la labor de las mujeres directivas. Es más, tuve la suerte de recibir el premio Clara Campoamor por mi apuesta por la igualdad y ésa es una de las cosas que más me enorgullecen de mi carrera porque esta es una lucha que tenemos que liderar los que tenemos puestos de responsabilidad, que debemos ayudar a que esta discriminación de género en los puestos de responsabilidad sea cada vez menor. Pero es un esfuerzo que tenemos que hacer en todos los sectores, no sólo en el sanitario evidentemente.
Montserrat Masferrer: A mi me toca ser el abogado del diablo. Porque yo me pregunto al no ver a estas mujeres en los Consejos de Administración si no será que no están porque no han querido, al menos porque hasta ahora no han empezado a querer. La mayoría de estos cargos son oposiciones y si como bien dice Pilar estamos tan o más preparadas que ellos, ¿no puede ser que no hayamos querido llegar donde ellos? Porque nuestros intereses eran distintos, porque nuestra forma de pensar fuera diferente, … me refiero a las mujeres de nuestra generación porque hoy el planteamiento es completamente distinto. Yo no creo que sea un problema de discriminación por sexos, creo que es un problema de falta de interés por nuestra parte, sinceramente. Hoy las mujeres más jóvenes tienen un punto de vista completamente diferente.
Pilar: Sólo te diré Montse que en mi caso y desde mi experiencia, siempre hasta ahora, salvo rarísimas excepciones, que he ofertado un puesto de jefe de servicio o de director de unidad o algún cargo directiva a una mujer nunca me lo ha rechazado. Se juega demasiado con eso de que la mujer no está porque no quiere y hay que tener mucho cuidado con ello porque no es verdad.
Ana Delgado: Disiento de manera considerable con las palabras de Montserrat porque aunque en el fondo podría haber algo de eso, me parece que el hecho de que muchas mujeres no hayan querido acceder al poder no es independiente de que el poder está pensado para los hombres y por los hombres. Ese poder tiene un mecanismo sutil que hace que a las mujeres les cueste más trabajo acercar al poder. En el sector sanitario, los datos dicen que en Andalucía el 68% del personal sanitario son mujeres pero dicho así no significa nada porque hay que ver dónde están. Efectivamente en enfermería y en auxiliar de enfermería son el 80% pero luego es muy interesante el hecho de que aunque tan sólo el 14% de los enfermeros son hombres, estos ya ocupan más del 40% de las direcciones de enfermería en los hospitales públicos de Andalucía. Es decir que los hombres se incorporan a una profesión e inmediatamente empiezan a acceder a los puestos de poder y esto es un fenómeno que no tiene que ver con el hecho de que las mujeres no quieran. Con respecto a las nuevas generaciones, sabemos que en el MIR se incorporan ya más de 70% de mujeres por lo que ahora lo que se está produciendo es lo que se conoce como segregación horizontal. Las mujeres se concentran en determinadas especialidades y los hombres en otras, y este es un patrón igual en todos los países desarrollados. Esto quiere decir que de algún modo está pasando algo que además es común en todos los países de nuestra cultura y que tiene que ver con la segregación de las mujeres. A mi lo que me parece importante es que hay que seguir avanzando en esta dirección porque cuando las cosas se dejan al paso del tiempo los cambios no se producen. Hacen falta políticas activas porque la violencia del sistema hace que sean sólo los hombres los que siguen llegando al poder.
Pilar Serrano: Siempre hemos argumentado que la mujer no quiere y en mi opinión no es así. Habrá casos pero esos casos pueden darse tanto en hombres como en mujeres. Mi experiencia es que no se oferta, no hay una apuesta de decir que una sociedad para que se desarrolle tiene que ser paritaria en todos los sentidos. La igualdad efectiva de la que tanto hablamos, bajo mi humilde opinión y en el campo que yo controlo no es una realidad. Hay que trabajar desde la seriedad y el compromiso y desde la idea de que somos iguales en todos los sentidos.
 
ME.: ¿Qué hace diferente la salud de mujeres y hombres? ¿Es la biología o es el entorno social? ¿Son las diferencias biológicas, la fisiología y las hormonas las que determinan las principales diferencias entre mujeres y hombres? o ¿hasta qué punto la estructura social determina diferencias y desigualdades en la salud?
Ana Delgado: Hasta ahora las diferencias biológicas se habían centrado en la esfera reproductiva. Yo siempre digo que hay diferencias y desigualdades. Las diferencias serían lo biológico, la dotación cromosómica con la que nacemos. Por esa dotación tenemos determinadas características y hasta ahora la medicina lo único que ha hecho ha sido relacionar esas características con el sistema reproductor.  Esto lo que ha hecho ha sido crear una gran cantidad de diferencias en las mujeres que tienen que ver mucho con lo que ahora se conoce de la morbilidad diferencial. En el tema de los fármacos, por ejemplo, hay una cantidad ingente desconocida hasta ahora de diferencias porque en los ensayos clínicos no se había tenido en cuenta la diferencia de género. Por otro lado están las desigualdades, que tienen que ver con la construcción del género. A mi juicio las desigualdades más importantes son la doble jornada en la vida de las mujeres, el tema de los cuidados ya que las mujeres son más del 90% de las cuidadoras de dependientes en España, y la violencia contra las mujeres que produce una gran cantidad de enfermedades no diagnosticadas que llegan a las consultas de atención primaria y que son las que se conocen como pacientes hiperfrecuentadoras.
Rocío Hernández: Si las diferencias biológicas las unimos a las diferencias que ha comentado Ana pues posiblemente todo eso lleve a que sí que la mujer vive más años pero su percepción de salud es mucho peor que la de los hombres. Vemos esas diferencias biológicas más toda la sobrecarga por su condición social de mujer. Lleva a mayores consultas de las mujeres en los médicos de atención primaria.
Pilar Serrano: Se habla mucho que en el plano de la salud de la mujer hay desigualdades injustas o evitables que hacen que haya mayor incidencia de enfermedades agudas en la mujer, de enfermedades crónicas y de discapacidad. Por supuesto que hay una parte que tiene que ver con la biología pero también hay otra parte que tiene mucho que ver con el modo de vida que envuelve a la mujer. La violencia de género por ejemplo, que además no está diagnosticada, la sobrecarga llevada a los hijos y a los padres, la insatisfacción, la presión familiar, el poco tiempo de ocio,… todo esto llega un momento en el que se refleja en la salud. Estoy segura que casi todas las que estamos aquí en algún momento, y siendo unas privilegiadas en este sentido, hemos padecido todo esto.
 
ME.: ¿Cuáles son los principales retos de la salud sexual y reproductiva desde la perspectiva de género?
Montserrat Masferrer: Yo diría que en este sentido estamos en un punto muy regular, tanto a nivel social como a nivel de atención. Las mujeres no están lo suficientemente bien controladas. Aparte de eso durante los años en los que ejercen la maternidad padecen, desciende su capacidad de trabajo, reducen sus horas de sueño, sufren lo que yo llamo el ‘parón’ de la maternidad, llegan tarde a los sitios, a los puestos, porque durante unos años ellas están muy cohibidas, una mujer embarazada por mucho que quiera no puede trabajar al mismo ritmo que una mujer que no lo está.
Ana Delgado: Disiento totalmente de esa afirmación porque creo que como todo dependerá del trabajo a desempeñar. En mi caso, que trabajo sentada, he tenido dos hijos y en ningún momento he visto que mi capacidad haya disminuido.
Pilar Serrano: Tenemos que tener en cuenta que nosotros somos de una generación diferente a la de ahora, que la nuestra tuvo que hacer un esfuerzo importante, que queríamos para nuestros hijos lo que no habíamos tenido… ¿Qué quiero decir con esto? Que porque yo me fuera del trabajo directamente con la bolsa rota a parir y no me pasaba nada no tenemos que utilizar esto para hoy sea igual porque hoy nada es igual, ni todos los trabajos son iguales, ni la sobrecarga es la misma… es decir, no podemos minimizar. Creo que hemos avanzado positivamente en todo lo que significa atención durante todas las etapas de las mujeres, aunque sea verdad que queda un espacio importante por avanzar. Hemos avanzado en todas las medidas de diagnóstico precoz, en los procesos oncológicos, en el control de embarazos, en la anticoncepción en la adolescencia, en una vida sexual más sana, en la atención a la menopausia… hemos dado pasos de gigantes en un sector sanitario que en los últimos años se ha puesto las pilar en todo lo que se refiere a una atención más integral y con mayor prevención y control en este sentido.
Montserrat Masferrer: Lo cierto es que es verdad que tenemos todos los medios, pero aún no se utilizan lo suficiente. Disponemos de muchas más técnicas pero el problema es que no siempre se aplican o no se aplican con igualdad. Ahora mismo tenemos técnicas para diagnosticar 190 formas más de retraso mental, las tenemos y se pueden hacer pero no se aplican.
Ana Delgado: Lo que se sabe hoy de los diagnósticos prenatales es que tú le puedes decir a una señora es que tiene una probabilidad dada. Primero hay que ver la pertinencia de ofrecerle a un paciente determinadas técnicas que tienen un coste-beneficio muy bajo. Desde el punto de vista del sistema sanitario público no se puede ofrecer todo lo que se descubre a la población porque existe el coste de oportunidad. Si tú le das a la población 140 técnicas que tienen una eficacia baja y un coste alto, tienes que quitar de otro sitio porque eso es lo que hace un sistema sanitario publico, ofrecer lo mejor del coste beneficio. De todas maneras creo que los retos fundamentales actuales en salud sexual y reproductiva son los que tienen que ver con la parte de educación sexual, ahí creo que donde está el talón de Aquiles en nuestro país, que sigue siendo muy deficiente, junto con la disposición de los métodos anticonceptivos a la juventud.
Rocío Hernández: El problema es cómo llegar a esos jóvenes porque hasta el momento las ideas lanzadas parece que no logran el éxito deseado. Debemos replantearnos cómo dar esa información a la juventud ya que quizá la forma actual no es la más adecuada.
 
ME.: El sistema sanitario español, ¿está preparado para aplicar el enfoque de género en programas y proyectos de intervención en salud? ¿Qué valoración realizaríais de la estructura sanitaria española?
Pilar Serrano: En mi opinión en España existe un sistema sanitario magnífico, de los mejores del mundo, aunque por supuesto que deficiencias existirán. Es un sector muy flexible, porque además así tiene que ser, porque es un sector en el que la morbilidad es muy cambiante. Se ha avanzado mucho en los últimos años y aunque quedarán retos que nos ayudarán a avanzar, no se puede negar el hecho de que tenemos un sistema sanitario de una calidad y de una cobertura muy potente. Hoy creo que el reto más cercano pasa por algo que ya están demandando los pacientes y que no es más que la medicina preventiva, cada vez más personas van a querer saber qué riesgos tienen de padecer cualquier enfermedad y en este sentido aún nos queda un camino por avanzar.
Ana Delgado: Estoy totalmente de acuerdo y de hecho lo dicen los estudios que comparan sistemas sanitarios, que el nuestro es de los mejores del mundo y no sólo en cobertura sino en cantidad de servicios. Donde si hay un déficit que cumplir es en la formación de los profesionales porque hay muchas cosas no se estudian en las facultades; hay que formar a profesionales para que sepan que hay muchas diferencias entre la salud de una mujer y un hombre. En cuanto al tema de la medicina preventiva, el problema de eso es qué haces con esa información. Lo que hay que hacer es mejorar los niveles medios de salud de la población en general y no de un paciente en particular, qué incremento del beneficio vamos a tener en términos de salud con esas pruebas de medicina preventiva, eso es lo que se cuestiona.
Pilar: En términos de salud pública está claro, el objetivo es la educación sanitaria y la promoción de la vida saludable, donde por cierto también nos queda mucho que andar. Estamos hablando que cada vez la gente quiere saber más, y se ve ya en las embarazadas. Ahora vamos a ir hacia una medicina preventiva, que vaya o no a mejorar la salud pública no lo sé, pero eso es lo que la gente cada vez pide más.
Rocío Hernández: El problema es lo que comentaba antes Ana, que qué se hace con esa información. El Virgen del Rocío tenemos un comité clínico y muchas veces se nos presentan planteamientos que tienen que ver más con la ética que con la medicina. Hay que informar a la población pero desde el razonamiento y la lógica. Y por supuesto que hay que mirar el coste-beneficio. En mi opinión en estos momentos lo que sí podemos hacer es avanzar en el camino que ya hemos empezado a andar, trabajar en la línea en la que ya estamos, formar a nuestros profesionales y sensibilizarlos con este tema.
 
Isabel García

Coloquio. Salud y género
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