
El Museo de Bellas Artes de Sevilla expone 36 pinturas de los grandes maestros del paisaje nórdico presentes en el Prado
El consejero de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, presentó la pasada semana en el Museo de Bellas Artes de Sevilla la exposición ‘Rubens, Brueghel, Lorena. El paisaje nórdico en el Prado’, que reúne 36 pinturas de los más destacados maestros de este género que atesora la pinacoteca nacional. La muestra, que está organizada por el Museo del Prado, la Obra Social la Caixa y la Junta, podrá visitarse desde el 14 de marzo hasta el 2 de junio.
Luciano Alonso ha destacado la colaboración de las instituciones en este proyecto y ha incidido, especialmente, en «la importancia que tiene la participación privada para la dinamización de la actividad cultural en la sociedad». Asimismo, se ha referido al papel que los museos desempeñan actualmente, «que han dejado de ser una institución decimonónica, un simple contenedor de obras, para tener una función esencial como fuente de conocimiento y progreso social».
En este sentido, ha anunciado que la Junta diseña un nuevo modelo de gestión de los museos andaluces, «adaptado a la realidad y donde estos centros se conviertan también en oportunidades para el desarrollo cultural, económico y turístico de su entorno».
En este contexto, el Bellas Artes de Sevilla «debe ser por su historia y por el valor de sus fondos el buque de insignia de la cultura en la ciudad y la referencia museística de Andalucía», según Alonso, cuyo cambio de modelo se traducirá en «una mayor autonomía de gestión de sus propios recursos y elevará su actual rango provincial». Para conseguir este objetivo el consejero ha recordado que se requiere el compromiso del Ministerio de Cultura con esta pinacoteca y con su ampliación, «tan necesaria para su proyección de futuro».
‘Rubens, Brueghel, Lorena. El paisaje nórdico en el Prado’ constituye una exposición de gran importancia, tanto por la extraordinaria calidad de las obras que la componen y la categoría de sus autores como por la aproximación que plantea a las diferentes tipologías del paisaje que surgieron a lo largo del siglo XVII en Flandes y Holanda.
La muestra ofrece así una oportunidad excepcional para disfrutar de un recorrido por el evocador mundo del paisaje nórdico apreciando la maestría con la que los pintores representaron montañas, bosques, campiñas, ríos, mares, parajes cubiertos de nieve o canales helados, inmersos en una luz naturalista.
Durante la Edad Moderna, los italianos llamaron ‘nórdicos’ a los pintores de las tierras que estaban más allá de los Alpes y fundamentalmente a los de los Países Bajos. Allí, el contexto social y cultural hizo que, a lo largo del siglo XVII, pintores y coleccionistas se apartaran en gran medida de los temas heroicos propios de la pintura de historia en favor de asuntos cotidianos, pero igualmente aptos para la pintura. Entre ellos estaba el paisaje, que pasó a convertirse en un género pictórico independiente, en el que el asunto representado se relega a un segundo plano y se convierte en pretexto para representar con fidelidad los elementos de la naturaleza.
Obras representativas
Comisariada por Teresa Posada Kubissa, conservadora de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte (hasta 1700) del Museo del Prado, la muestra está compuesta por 36 obras y entre los pintores figuran los más destacados maestros del género. Cabe citar así obras tan representativas como ‘Paisaje alpino’ de Tobias Verhaecht, uno de los maestros de Rubens, y ‘La vida campesina’ y ‘Boda campestre’ de Jan Brueghel el Viejo, además de ‘La Abundancia’ y los ‘Cuatro Elementos’ que pintó en colaboración con Hendrick van Balen o ‘Mercado y lavadero en Flandes’ en colaboración con Joos de Momper el Joven.
También destaca la pintura ‘Paisaje con gitanos’ y ‘Tiro con arco’ de David Teniers o los dramáticos ‘Asedio de Aire-sur-a-Lys’ de Peeter Snayers y ‘Bosque con una laguna’ de Jan Brueghel el Joven y taller.
Las dos tipologías más características del paisaje nórdico -el paisaje de invierno y el paisaje de agua- están representadas con obras tan delicadas como ‘El puerto de Ámsterdam en invierno’ de Hendrick Jacobsz Dubbels o ‘Paisaje con patinadores’ de Joos de Momper el Joven, así como por las pinturas ‘Playa con pescadores’ de Adam Willaerts, que une el paisaje con la escena de género.
Por otro lado, los cuadros ‘Un puerto de mar’ y ‘Paisaje con desembarco de holandeses en tierras de Brasil’ de Jan Peeters aluden a las lejanas tierras a las que las rutas comerciales llevaron a los holandeses.
Paisajes de Rubens
Y, por último, está Rubens, el gran maestro flamenco, cuyos paisajes constituyen la parte más íntima, más personal de su producción. De ellos se expone el soberbio ‘Atalanta y Meleagro cazando el jabalí de Caledonia’, una de las obras cumbres del paisaje nórdico.
La exposición concluye con algunos de los paisajes encargados por el monarca español Felipe IV para decorar el palacio del Buen Retiro de Madrid a Claudio de Lorena y Jan Both, jóvenes pintores nórdicos que iniciaron en Roma el llamado paisaje italianizante que en Holanda contó con numerosos seguidores. Pero el más destacado fue Philips Wouwerman, que se especializó en la representación de cacerías como ‘Parada en la venta’, que adelantan ya el gusto rococó.
Como complemento a la inauguración de la muestra, la comisaria Teresa Posada ofrece el 14 de marzo, a las 19.00, una conferencia sobre ‘La pintura nórdica y el paisaje’. El Museo de Bellas Artes ha organizado también visitas dinamizadas para familias y grupos educativos de primaria, ESO, bachiller y ciclos formativos, así como recorridos guiados para otros grupos y público en general.