
Una red colombiana que defiende los derechos de las mujeres desplazadas, Premio Nansen de ACNUR

El grupo colombiano de defensa de los derechos de las mujeres “Red Mariposas de Alas Nuevas Construyendo Futuro” ha resultado ganador del ganador de la edición de 2014 del Premio Nansen para los Refugiados de ACNUR cuyos miembros arriesgan sus vidas para ayudar a las supervivientes del desplazamiento forzado y abusos sexuales.
Ubicada en la ciudad de Buenaventura, en la costa pacífica de Colombia, y formada por voluntarias, la Red Mariposas ha ayudado hasta ahora a más de 1.000 mujeres y sus familias.
Colombia se sitúa en el segundo puesto mundial, sólo por detrás de Siria, en relación al número de desplazados internos. En ningún otro lugar del país como en Buenaventura se siente de forma tan fuerte la devastación, fruto de cinco décadas de conflicto. Esta ciudad portuaria industrial tiene uno de los mayores índices de violencia y desplazamiento debido a la escalada de rivalidad entre grupos armados ilegales, de los que las mujeres a menudo se convierten en objetivo. Los grupos violan a mujeres y niños para demostrar su poder y fuerza y, a menudo, practican la tortura, la violación o el asesinato como venganza.
“Estas mujeres realizan un trabajo extraordinario en un contexto extremadamente difícil”, declaró el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres. “Cada día ellas tratan de curar las heridas de las mujeres y niños de Buenaventura y, para ello, ponen en riesgo sus propias vidas. Su valentía va más allá de las palabras”.
El Alto Comisionado António Guterres afirmó que “la situación en Buenaventura ilustra el impacto devastador del conflicto en las familias y hasta qué punto resulta esencial el trabajo de Mariposas”.
“En su batalla por ganar nuevos territorios, los grupos armados ilegales en Buenaventura tratan de destruir el tejido social de las comunidades. Violan a los más vulnerables mediante agresiones sexuales, secuestros y asesinatos. Las voluntarias de Mariposas acogen a las personas desplazadas y víctimas de abusos bajo sus alas y las ayudan a rehacer sus vidas y reivindicar sus derechos”, añade.
Dotadas de unos recursos extremadamente limitados, estas mujeres desempeñan su labor a pie, en autobús o en bicicleta. Tomando las máximas precauciones posibles, recorren los barrios más peligrosos para ayudar a las mujeres a acceder a atención médica y denunciar los delitos. Este trabajo dentro de las propias comunidades es el que les permite llegar a las mujeres más vulnerables, pero al mismo tiempo también entraña peligro y amenazas de los grupos armados ilegales.
El anuncio coincide con la publicación de un informe especial que lleva por título, Buenaventura, Colombia: Realidades Brutales, publicado por el Consejo Noruego para Refugiados y que muestra que la violencia sexual es una práctica sistemática y generalizada en el conflicto armado colombiano.