¿Por qué Laura no es directora general?

Pese a que la brecha entre sexos está estrechándose en la educación empresarial, todavía hay una creciente sensación de que las mujeres no están avanzando lo suficiente en el mundo corporativo y financiero. Las nuevas investigaciones de Marianne Bertrand, profesora de Economía en la University of Chicago Booth School of Business y dos colegas de la Universidad de Harvard, revelan por qué a las mujeres con un MBA no les ha ido tan bien como a los hombres en el mercado laboral. <?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» />De este modo, Bertrand dará a conocer los resultados del informe en una conferencia que se llevará a cabo a partir de las siete de la tarde del próximo martes 3 de marzo en la Fundación del Pino en Madrid.<?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» /> Los investigadores identifican tres razones que explican la enorme y creciente desigualdad salarial entre ambos sexos: diferencias en la formación antes de obtener el MBA; diferencias en cuanto al número de interrupciones profesionales; y diferencias en horas semanales. Estos tres factores determinantes pueden explicar, en su mayoría, la gran diferencia salarial entre ambos sexos en los años posteriores a la realización del MBA.  El trabajo revela la relativa importancia de estas otras explicaciones para explicar la gran diferencia salarial que sigue habiendo entre hombres y mujeres con los mismos estudios superiores en los sectores financieros y empresariales de los EE.UU. Los investigadores estudiaron las carreras de graduados de MBA que obtuvieron el título entre 1990 y 2006 en una importante escuela de negocios de los EE.UU. —la University of Chicago Booth School of Business— y cómo difiere la trayectoria profesional dependiendo del sexo de la persona. Al principio de sus carreras, tanto mujeres como hombres titulados con un MBA perciben prácticamente los mismos ingresos. Estos ingresos pronto se distancian, ya que los hombres adquieren una ventaja de ingresos anuales de 30 puntos cinco años después de terminar el MBA y casi 60, entre los diez y los 16 años siguientes a concluir el MBA. Asimismo, el porcentaje de mujeres con MBA que no trabajan también es considerablemente mayor en la década siguiente a terminar el MBA, con un 13% de ellas que no trabajan en absoluto nueve años después de terminar el MBA, frente al 1% de los hombres. Estos son algunos de los resultados del estudio: – La diferencia en cuanto a notas y a selección de cursos es significativa desde el punto de vista de la estadística, pero no muy grande: las mujeres tienen una puntuación media de 3,25 comparada con el 3,38 de los hombres, y toman media clase menos en finanzas.- Las mujeres interrumpen más veces su carrera y trabajan menos horas. Aproximadamente diez años después de terminar el MBA, la experiencia laboral real de los hombres y las mujeres difiere aproximadamente en seis meses; las mujeres trabajan 52 horas a la semana y los hombres, 58.- La presencia de hijos es el principal factor que explica la menor experiencia laboral, una discontinuidad laboral mayor y un horario laboral más corto en el caso de las mujeres con MBA. Quince años después de terminado el MBA, las mujeres con hijos tienen un déficit de ocho meses en experiencia real post-MBA, en comparación con sus compañeros masculinos, mientras que las féminas sin hijos presentan un déficit de solo un mes y medio.- Las madres parecen elegir los trabajos que son compatibles con la familia y evitar aquellos con largos horarios y mayores posibilidades de crecimiento profesional. Muchas madres con MBA, sobre todo aquellas cuyos cónyuges están bien posicionados, deciden trabajar menos en los años siguientes a tener su primer hijo. – Las mujeres con hijos suelen trabajar un 24% menos de horas semanales que la media de hombres; mientras que las mujeres sin hijos solo trabajan un 3,3% menos de horas. En los últimos años los puestos en los sectores empresariales y financieros han obtenido ingresos excepcionalmente altos y han atraído a talentos extraordinarios. Este desplazamiento de talentos en las tres últimas décadas se refleja también en las elecciones profesionales de los graduados procedentes de las principales instituciones universitarias.  Entre los hombres que se licenciaron en la Universidad de Harvard en torno al año 1970, el 5% de ellos ocupaban puestos en el sector financiero 15 años después, en 1985. Pero entre aquellos que se graduaron en torno al 1990, un 15% estaba trabajando en el sector financiero en 2005, de nuevo 15 años después. Si tenemos en cuenta tanto el sector corporativo como el financiero, el cambio era del 22,1 % al 38,5 en los dos grupos titulados. El incremento para las mujeres también subía considerablemente, de un 11,7% al 22,5, aunque los niveles son inferiores que para los hombres.

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