Pina López-Gay, 'la joven sevillana de la cola de caballo', dirigente política y sindical
Josefina López López-Gay, más conocida como Pina López Gay, nació en Sevilla y murió en su ciudad natal. Fue una dirigente política y sindical española. Dirigió la Joven Guardia Roja en los años finales de la dictadura franquista y los iniciales de la democracia. Fue apodada la rosa roja de la transición. La Enciclopedia de Andalucía, de Editorial Anel, la presenta así: Realizó su primeros estudios en esta ciudad, en cuya Universidad cursó posteriormente la carrera de Filosofía y Letras, rama de Historia de América.
En aquellos años de estudiante (del 1971 al 1976) comenzó su actividad política, integrándose en las Juventudes Universitarias Rojas (J.U.R.) movimiento enmarcado en el antiguo P.C.I. que posteriormente se convertiría en el Partido del Trabajo, momento en el cual la J.U.R. pasó a llamarse Joven Guardia Roja. A principios de 1976, después de haber sido delegada de la Facultad de Filosofía y Le tras de la Universidad de Sevilla, del departamento de Historia de América y del Distrito Universitario, Pina López Gay fué nombrada secretario de organización central de la J.G.R. y seis meses después designada para el cargo de Secretaria General de esta organización, puesto en el que fue reelegida en 1978. Paralelamente a este cargo Pina López Gay era miembro del comité ejecutivo y del central del P.T.E. (Partido del Trabajo de España). Por este partido se presentó como diputada por Madrid en las elecciones generales de 1979, en las cuales no salió elegida.
Como escribiría Ignacio Camacho, «A principios de los años 80 abandonó la militancia y poco a poco pasó, como otros antiguos líderes radicales -Eladio García Castro, José Sanromá, Paca Sauquillo-, a la órbita institucional, aunque nunca llegó a afiliarse de nuevo, ni siquiera cuando, en 1985, fue designada vicepresidenta de la Comisión para el V Centenario, como mano derecha de Luis Yáñez. Licenciada en Antropología e Historia de América, López-Gay trabajó intensamente en los preparativos del 92. Desde su puesto ejecutivo en la Comisión, tuvo parte importante en el alumbramiento de la Casa de América, el Instituto Cervantes y la Cumbre Iberoamericana de Sevilla-92. Incluso llegó a presidir la Comisión del V Centenario durante el breve periodo en que su titular, Luis Yáñez, la abandonó para presentarse, sin éxito, a la Alcaldía de Sevilla en 1991. En ese periodo, la Pina revolucionaria quedó atrás para dar paso a una eficiente ejecutiva, plenamente integrada -incluso estéticamente- en su nuevo papel institucional. La joven de la cola de caballo se transformó en una atractiva mujer madura enfundada en elegantes trajes sastre, activa diplomática cultural al servicio del proyecto felipista, eficaz gestora de los trabajos del V Centenario que dirigía políticamente Luis Yáñez, el hombre que la captó para su entorno a partir de los veraneos que ambos compartían en la localidad sevillana de Coria del Río. En los últimos años, una vez liquidada la organización de los actos del 92, Pina López Gay eligió la vida privada junto a su marido, el empresario filosocialista Ignacio García de Cortázar, y su familia. La Junta de Andalucía la tentó varias veces, la última cuando el presidente Chaves buscaba mujeres para cumplir su promesa de paridad sexual en los cargos públicos. Pero Pina dijo que no, y se dedicó a luchar contra una enfermedad que ya le acechaba» y que la llevó a la muerte cuando tenía sólo 50 años.