Pilar Gómez-Acebo, presidenta de honor de FEDEPE

“MIENTRAS LAS MUJERES SE DIVIDAN ENTRE CUOTAS SÍ Y CUOTAS NO, SEGUIRÁ EL QUE ESTÁ”
A su paso por Sevilla para participar en el I Encuentro Regional de Empresarias de Economía Social organizado por FEMPES, la presidenta de FEDEPE, repasa con Mujeremprendedora los factores para el desarrollo profesional de la mujer directiva, para un liderazgo de éxito, y para la aplicación de los sentimientos a la economía
 
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan las organizaciones empresariales actuales?
Hay de muy distinta índole aunque diría que el reto fundamental pasa por creer desde ellas en las personas. Porque si se creyera en las personas más que en los resultados, se conseguirían mejor estos últimos. El problema es que se cree más en los resultados, una realidad que lo único que consigue es generar mal ambiente, falta de rendimiento, de productividad. Si de verdad creyéramos en las personas, que es lo más complicado pero a la vez lo más satisfactorio, lograríamos tener a las personas involucradas, de modo que desde la exigencia se podría conseguir el máximo rendimiento de las mismas.
 
Un líder, ¿nace o se hace?
Diría que las dos cosas, que un líder nace y se hace. Lo cierto es que todo el mundo tiene unas facetas de liderazgo. Porque el liderazgo en el fondo es aquello que nos hace distintos a los demás y que por ese “ser distinto” atrae a los demás. No hay dos personas iguales, todo el mundo es distinto. Y precisamente identificar ese diferencial es la clave del liderazgo. Pero, ¿cuál es el problema? Que la mayor parte se va a la tumba sin identificar su diferenciación con los demás, habiéndose enfrentando a lo largo de su vida a lo que es igual a los demás, por lo cual es una batalla perdida a priori.
 
¿Cómo se puede saber qué es lo que nos diferencia del resto?
Lo que nos diferencia está siempre en aquello que constituye nuestros puntos fuertes. En aquello que se nos da bien. La clave es tener horas de sí mismo. El que tiene horas de sí mismo y el que triunfa, es el que juega a sí mismo. Cuando uno analiza y reflexiona qué le ha salido bien y qué factores están detrás de aquello que le ha salido bien, encontrará su radical exclusividad. Cada persona combina esos factores de diferente forma. Mirando los logros profesionales y personales es de donde se saca el distintivo de cada uno. Y entiendo por logro no aquello que yo he hecho bien y de lo que me he beneficiado yo, sino aquello que yo he hecho bien y se han beneficiado otros, que es lo que de verdad genera diferenciación.
 
¿Qué modelo de liderazgo es el más adecuado en momentos de incertidumbre como el actual?
Diría que el liderazgo es el mismo. Quizá la clave sea que hay que poner más énfasis en las personas que en los productos y en los resultados que en una época anterior. Simplemente el hecho de producir cuando no había bastaba. Hoy cuando hay exceso de producción por todos lados lo que hay que conseguir es ofrecer algo más allá de lo existente. En estos momentos el modelo de liderazgo debe de estar basado en la exigencia pero exigencia con mano tendida, no exigencia con mano dura. Exigencia con mayúsculas pero con la otra persona. Hay que exigir a tope, hasta el final, pero eso radica también en la forma de exigir. Ya no se trata de trabajar por cantidad sino por calidad, trabajar por exigencia y no por presencia. Ésa es la exigencia que hay que poner en escena en el liderazgo de hoy.
 
Viene hablando desde hace tiempo de la “Economía de los Sentimientos”. ¿Cómo aplicar la economía a los sentimientos?
Se trata de priorizar los intangibles sobre los tangibles. El sentimiento, emociones y voluntades conforman el 90% de cada persona, mientras que tan sólo el 10% lo conforma el componente racional. El saber dónde vibra la persona, dónde siente, dónde palpita… ésa es la clave de actuación, donde hay que priorizar y focalizar cualquier estilo de actuación y, desde ahí, de nuevo exigir. Pero no exigir lo que a mí me da la gana a costa de plegar la voluntad del otro, eso estaría condenado al fracaso. Sin embargo, si veo donde la otra persona tiene ese 90% que le hace por un lado ser distinto y vivir de manera propia lo que hace, priorizaré los sentimientos y ahí estará mi mayor ganancia. Yo gano si de verdad consigo hacer ganar a los demás. Ésa es la clave, dar a ganar es ganar siempre, pero en vez de partir de mí mismo tengo que partir de los demás. Y si con ello ellos ganan, yo ganaré también.
 
¿En esto de los sentimientos las mujeres salimos ganando?
De hecho llevamos generaciones y generaciones trabajando más esa faceta. Es más, creo que curiosamente coincide con la plena incorporación de la mujer al mercado de trabajo y con su subida a los primeros niveles de decisión. Y es que ya estaba toda la parte racional puesta en funcionamiento pero faltaba la parte de las emociones y los sentimientos, que es en la que de alguna manera podemos aportar más las mujeres porque la tenemos más puesta en escena, más entrenada. Si de verdad conseguimos no desplazar lo racional, sino incorporar a eso lo emocional, es donde de verdad podremos las mujeres hacer una aportación significativa a la economía, a la empresa, y a todo el mercado en general.
 
Y sin embargo el acceso de las mujeres a los Consejos de Administración en las sociedades españolas sigue siendo una asignatura pendiente. ¿Existe un rechazo previo a que la mujer pueda estar en el tope? ¿Es un rechazo consciente o inconsciente?
Hay una gran parte inconsciente. De hecho las cifras suben un poco para después volver a caer precisamente porque no se ha hecho consciente la forma de llevar esto a cabo. Lo que han sentido los hombres que ya estaban es que se trataba de una mera lucha por el poder, si están las mujeres no están ellos. Esto lo que produce es que de una forma consciente o inconsciente se defiendan. Si el ascenso de las mujeres a los Consejos de Administración se hiciera no con revanchismo, no quitando la parte existente sino dando a ganar a lo existente, entonces el proceso sería mucho más fácil y generaría muchas menos resistencias. El problema es que se está viviendo el ascenso de la mujer a los como el darles a perder, ellos pierden y nosotras ganamos. Mientras ésa sea la tesis, el sistema no va a funcionar, se va a seguir dando algún paso para delante y varios para atrás. Hay que hacerlo con inteligencia emocional, dándoles a ganar, logrando que se sientan más seguros, más fuertes con la convivencia de las dos partes.
 
En cierta ocasión se manifestó sobre el establecimiento de cuotas afirmando que nadie las quería pero que eran necesarias. ¿Cree que están consiguiendo su fin?
Cuando una sociedad como la nuestra es tan reacia, hay que meter un pequeño correctivo. Pero esto es un poco como un calzador en el zapato, simplemente hay que ponerlo para obligarle a entrar pero no hay que dejarlo puesto. Hay que saber poner el calzado en un momento dado y retirarlo. De todas formas el tener que elegir entre cuotas sí o cuotas no se convierte siempre en una trampa porque permite dividir a las mujeres en las que están a favor y en contra. Mientras las mujeres se dividan en este sentido ganará el que está. Es un sistema que permite afianzar al que está en el poder mientras enfrenta a las mujeres en lugar de conseguir que cada vez más vayan en común hacia esa línea de enriquecimiento de complementariedad del poder.
 
¿Cuales son los principales retos con los que se encuentran las directivas hoy?
No caer en la trampa a pesar de que son muchas las presiones de poner el estilo existente de competitividad en vez de competencia, de agresividad, de corto plazo, eso que puede parecer que en un primer momento genera resultados es el gran destructor a continuación. El saber poner aspectos que hoy están fallando, como ese ámbito emocional. Es desde el corto dar cabido al medio y al largo. Son retos que las mujeres tienen que abordar si quieren de alguna manera llegar y permanecer. No se trata sólo de llegar, sino también de permanecer para cambiar desde dentro las cosas.
 
Como presidenta de honor de FEDEPE, ¿qué le ha supuesto su presencia en este tipo de redes empresariales femeninas?
Toda la vida he estado en movimientos asociativos porque creo que el equipo está por encima del individuo, y que la mejor manera de cambiar las cosas y de acceder a una mayor realidad es con los demás. Uno sólo por muy potente e inteligente que sea, siempre tendrá una cuota muy limitada. ¿Cómo puede crecer permanentemente? Con otros. Lo que hay es que buscar aquellas entidades en las que nos vemos más implicados, más reflejados, y participar en ellas en el nivel que corresponda en cada momento. En la Federación me toco dar un impulso en un momento distinto al de ahora, cuando el objetivo pasaba por la incorporación de la mujer al mercado laboral. Hoy en día, además de consolidar ese aspecto, la lucha va mucho más allá y llega a los puestos de dirección y a los Consejos de Administración. Por eso hoy creo que es más rentable mi postura como presidenta de honor más que en la brecha en directo, ya que te permite una distancia que te hace mucho más eficaz.
 
Isabel García
 
 
PERFIL
Licenciada en Sociología y en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid y Master en Recursos Humanos y Dirección de Empresas en el Centro Internacional de Dirección de Empresas, Pilar Gómez-Acebo es consejera de Conecta, vicepresidenta del Club de Consejeros, presidenta de honor de la Federación Española de Mujeres Directivas y Empresarias (FEDEPE) e integrante del equipo fundador de International Women Forum (IWF), presidenta de la Comisión Ética y Social del Directivo de la Confederación Española de Directivos de Empresa (CEDE), y miembro de la Junta Directiva del Club Financiero Génova.

Entrevista. Pilar Gómez-Acebo

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