París se reinventa a sí misma
La Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, el Louvre, Nôtre Dame, la Ópera… Todo sigue allí, claro. Los monumentos, los símbolos que han convertido a esta ciudad en algo único siguen mostrando su esplendor y belleza. Todo lo que ha hecho de la capital francesa un ejemplo de “grandeur”, romanticismo, cultura y ambiente sigue exhibiéndose orgulloso, incluso con nuevos bríos, haciendo de París una de las ciudades más visitadas del mundo. La diversidad de aspectos de esta ciudad la convierten en una de las capitales del mundo preferida de todos los viajeros. Una ciudad en la que cada uno de los rincones de sus calles, cada esquina de sus edificios, cada iglesia, plaza o museo son dignos de admiración. Pero a pesar de su apariencia clásica y antigua, y como consecuencia de su animada vida cultural y de ser una ciudad cosmopolita, París es ante todo una ciudad moderna y dinámica. Como toda ciudad viva (y París es muy viva), es también cambiante, acomodaticia, inconformista. Por eso nunca deja de inventarse, creando cada poco tiempo “un nuevo París” formado por barrios emergentes, zonas de moda, nuevos museos y monumentos, arquitectura de vanguardia… Por eso, siempre hay una buena razón para volver a París, para rememorar los escenarios conocidos y para descubrir otros nuevos.
Pero antes de hacer un recorrido por ese nuevo París, tal vez valga la pena echar un vistazo al París de siempre, aunque desde una nueva perspectiva. Por ejemplo, no está mal tener una visión global de la ciudad desde alguna de sus alturas. La más evidente, claro, es la Torre Eiffel y puede resultar una tentación hacerlo mientras se come algo en Le Jules Verne, restaurante gastronómico situado en la segunda planta de la torre que tiene acceso directo por ascensor privado desde el suelo, pero una opción atractiva es la planta 56 de la Torre Montparnasse.
Si lo que se busca es curiosear por el París secreto, no hay que perderse, por ejemplo, alguno de las docenas de pasajes comerciales del siglo XIX, cada uno con su ambiente particular. El de Véro – Dodat de 1826 frente al Metro Palais Royal, o el del Grand Cerf cerca de la rue St. Denis, de 1825, son quizás los mejor conservados. También cada uno de los cementerios de Paris merece una visita aunque ninguno puede competir con el del Père Lachaise donde todavía se rinde homenaje a personajes como Chopin, Jim Morrison, Visconti, Moliere u Oscar Wilde. Y ya que estamos en el mundo oscuro, existen más de 250 kilómetros de galerías subterráneas debajo de la ciudad incluyendo un conjunto de catacumbas, escondites, y espectaculares alcantarillas que se pueden visitar. Hay rutas organizadas.
Pero el nuevo París ofrece sus propias tentaciones. Desde el moderno y cosmopolita canal Saint-Martín, navegable y en cuyos alrededores se está creando un barrio muy animado, o la zona de Bercy donde por ejemplo, los antiguos almacenes fluviales se han convertido en un parque temático dedicado al vino, hasta la arquitectura vanguardista del distrito 13. Tanto París como la región Île-de-France ofrecen numerosas posibilidades para disfrutar de sus diferentes y a menudo sorprendentes facetas. En la Villette y sus alrededores los visitantes serán recibidos por un espacio de enormes dimensiones en el que cohabitan cultura, descanso y un ambiente amigable y familiar; el MaC/VaL acoge en su programación lo mejor del arte contemporáneo a las puertas de París; en las calles de la zona alta del Marais, a tan sólo unos pasos de los numerosos cafés y comercios de la rue Montorgueil, los diseñadores franceses más importantes dan a conocer sus últimas creaciones… Con un registro más intimista, numerosos restaurantes han reabierto sus puertas al público tras haberse renovado siguiendo las consignas de los diseñadotes franceses más importantes. Y lo mismo sucede con los bares y discotecas de Belleville o Montreuil, hitos nocturnos de la vida parisina.
Es difícil elegir, pero por algún sitio hay que comenzar. Por ejemplo, por los nuevos museos y centros de creación, como CentQuatre (metro: Crimée; 104, rue d’Aubervilliers), inaugurado en octubre del 2008, es un lugar de creación y producción artísticas único en el mundo, abierto a todas las artes (artes plásticas, música, danza, teatro, moda, diseño…) con una superficie de 39.000 metros cuadrados. El Museo de las Artes Decorativas (metros: Palais-Royal, Pyramides, Tuileries), situado muy cerca del Museo del Louvre y del Jardín de las Tuileries, totalmente renovado desde finales 2006, presenta un testimonio único del arte de vivir francés desde la Edad Media hasta hoy en día. Reúne producciones ejemplares de las más grandes manufacturas de artistas, artesanos y creadores (ebanistas, plateros, ceramistas, vidrieros o diseñadores). Todas las corrientes están representadas, del gótico al estilo Luis XVI, del Directorio al “art Nouveau”, del “art Déco” al diseño. También el Museo Quai Branly (metros: Alma- Marceau, Iéna), situado a los pies de la Torre Eiffel y diseñado por el arquitecto Jean Nouvel de fama internacional, presenta una colección dedicada a las Artes y Civilizaciones de África, Asia, Oceanía y las Américas.
El Palacio de Tokio (metros: Iéna, Alma-Marceau), situado en el corazón de París, entre la Torre Eiffel y los Campos Elíseos, es a la vez un sitio de creación contemporánea y un lugar de experimentación y de innovación. Y en la Plaza de Trocadero, se sitúa dentro del Palacio Chaillot, frente a la Torre Eiffel, la Cité de l’Architecture & du Patrimoine (metros: Trocadéro, Iéna; 1, place du Trocadéro), que une sutilmente patrimonio y modernidad, donde se presentan colecciones únicas de moldes, pinturas murales y vidrieras a tamaño real, maquetas, dibujos y videos que hacen viajar a través del tiempo y conocer los tesoros de la arquitectura, desde la Edad Media hasta nuestros días. Y, entre las novedades fuera de ciudad, en el Castillo de Veraalles, su Galería de los Espejos, sala maestra del palacio diseñada por Jules Hardouin-Mansart, vuelve a lucir en todo su esplendor.
Pero como no sólo de cultura vive el hombre, hay que dejar tiempo para descubrir también los nuevos lugares de moda en la capital. Para comer algo a mediodía, por ejemplo, Le Roland Garros (2, avenue Gordon-Bennett),en pleno corazón del mítico recinto deportivo. Sus vidrieras, su magnífico asador, su terraza y su chimenea, convierten a este restaurante en un refugio ideal y acogedor frente a la Pista Central. Le Jardin du Petit Palais (5, avenue Dutuit) es el nuevo restaurante del museo con su encantador jardín interior, con sus estanques decorados con mosaicos y sus columnas, sobre el que se abre un café-restaurante muy agradable. Le 51, en la Filmoteca (51 rue de Bercy), en el nuevo barrio de moda de Bercy, es una original propuesta, con un restaurante gastronómico con platos muy sorprendentes, pero con un menú asequible para todos. Y si uno quiere darse un capricho, dos recomendaciones: La Table de Joel Robouchon (16, avenue Bugeaud), un clásico imprescindible para amantes de la buena mesa y bolsillos sin problemas. En este nuevo restaurante del “mago” de la cocina francesa se sirven novedades realmente originales; y, un clásico, Alain Ducasse-Plaza Athénée (25, Avenue Montaigne), una de las cumbres de la cocina francesa, con tres estrellas Michelin.
Y en la noche, París duplica sus ofertas, desde el minimalismo de cualquier café recóndito hasta el jazz cubano, tomar una copa en decorados de los mejores diseñadores mundiales o codearte con celebridades y la gente guapa de la ciudad. Algunas ideas: Café Costes (239 rue Saint Honoré), un clásico entre los cafés restaurantes de diseño con el sello de Jacques García en su vertiente más barroca, es perfecto para tomar una copa antes de cenar; Satelit’ Cafe (44, rue de la Folie-Méricourt), con buen ambiente y mejor música, pero siempre abarrotado; La Java (105, rue du Feaubourg du Temple) local con mucha historia ahora especializado en ritmos latinos; Flêche d’Or café (120, rue de Bagnolet), antigua estación de tren reconvertida en sala de conciertos.
CÓMO IR:Viajes El Corte Inglés, en colaboración con el Comité Regional de Turismo Paris Ile-de-France y Maison de la France, ha lanzado un programa que presenta un nuevo concepto de París, la cara más desconocida y atractiva de la capital del Sena a precios muy especiales. El paquete que incluye vuelos de la compañía Vueling desde Madrid o Barcelona, traslados del aeropuerto al hotel y viceversa y dos noches de hotel y desayuno, cuesta en julio y agosto, 425 euros por persona; en junio, septiembre y octubre, 438. Además se incluyen entradas para la Cité de l´Architecture & du Patrimoine.
MÁS INFORMACIÓN:Viajes El Corte Inglés
Tel.. 902 400 454
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