Nazarenas de sí o sí
Surrealista, pero cierto. Tan surrealista como cierto que en pleno año 2011 todavía se forme la que se forme porque la igualdad de sexos en las cofradías sevillanas haya conquistado con las nazarenas uno de los últimos bastiones de sensatez. Que sí, que mejor tarde que nunca pero… ¡qué tarde! Y es que no nos engañemos, que el ya famosísimo decreto del arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, por el que ordena a las hermandades de la capital hispalense a aceptar a mujeres en la estación de penitencia y que se ha vendido como el gran elefante blanco, no es más que un decreto light, que en mi opinión tenía que haber llegado hace ya muchos años, y que ha sido pedido por los tres hermanos mayores de las cofradías implicadas ante la vergüenza de enfrentarse a un nuevo “no” en una votación en sus cabildos. Y no me extraña, a mi también me daría vergüenza, y mucha.
Como vergüenza me da, y cada vez más, de presumir de una Semana Santa tan grande como la de mi ciudad en la que la igualdad brilla por su ausencia. Porque aunque dicho decreto al determinar la “plena igualdad de derechos” deja la puerta abierta para que las hermanas también puedan desempeñar, tanto en los cultos internos como en la estación de penitencia otros cargos (gracias, por cierto…), mucho tendremos que ver llover para que eso sea verdad. Porque… si un hermano tiene derecho a salir de costalero, una hermana también; si un hermano tiene derecho a salir de acólito, una hermana también; si un hermano tiene derecho a salir de ‘armao’, una hermana, ¿por qué no? A ver, que esto es como todo, mientras las Juntas de Gobierno estén copadas por hombres que recelan de la presencia femenina (no hay una hermana mayor en las 60 hermandades que desfilan en la Semana Santa sevillana) poco avanzaremos.
Isabel García