Mujeres con poder, mujeres empoderadas

¿Está dispuesta la élite económica y política a democratizar el manejo y uso del poder?, ¿a democratizarlo teniendo en cuenta el acceso al mismo en igualdad de condiciones de mujeres y hombres? Esta élite se ha perpetuado como si de una línea sucesoria masculina se tratara, y sólo, en raras ocasiones, se produce una pequeña fisura para dar protagonismo a una mujer.

Cuando divisamos el escenario político vemos a mujeres en primera línea, pero pocas con un discurso verdaderamente de género, un discurso que llevado a la práctica sea capaz de modificar el escenario social donde los roles y estereotipos de género continúan reproduciendo un mar de desigualdades.

Mujeres con poder, que llegan porque valen, porque están bien formadas, por imperativo de cuotas, por clientelismo como tantos hombres, porque salvan obstáculos insalvables, porque renuncian a una vida familiar, por otras razones; mujeres, muchas, con poder prestado, que en tantas ocasiones representan el statu quo dominante, bien por falta de identidad de género, bien por ser eliminadas de la primera línea cuando son políticamente incorrectas, o bien porque el mandato patriarcal dicta que las mujeres en el poder sean rápidamente intercambiables.

Mujeres empoderadas, conscientes de la complejidad del poder que ostentan, que lo detentan con ánimo no sólo de representar, sino de otorgarle un sentido real, que se desgrane en acciones y medidas tangibles, palpables para mujeres y hombres, capaces de modificar el statu quo vigente. Mujeres que han hecho Historia por sus grandes hazañas, pero también por provocar un impacto en la sociedad que aminore el grado de desigualdad de las mujeres respecto de los hombres.

Estas mujeres empoderadas nos enseñan que el poder no nos viene a modo de ofrecimiento, sino que hay que conquistarlo, y en los momentos actuales, incluso, que es necesario reconquistar algunas de las parcelas de las que nos están privando, aún siendo exclusivamente nuestras.

La igualdad de derechos entre los sexos ha de trasladarse al día a día de las mujeres, en las distintas esferas de la vida, la política, la sociedad, la economía,  el trabajo, y no puede estar siendo objeto del boicoteo continuo, de la indiferencia, de su ignorancia, o de la soberbia de su no cumplimiento.

El empoderamiento es un proceso personal y a la vez colectivo que han protagonizado algunas mujeres, y que podemos protagonizar todas. Empieza por la toma de conciencia del papel que desempeñamos las mujeres en la sociedad, y de cuál nos corresponde si hacemos uso de nuestra libertad, despojándonos de los moldes y mirándonos en nuestros propios espejos, y no en aquellos que reflejan la imagen de los hombres, en los que aparecemos empequeñecidas o adoptando sus propios patrones de comportamientos.

Las mujeres empoderadas son aquellas capaces de trasladar sus logros personales al plano colectivo, propiciando un nuevo avance en la igualdad de oportunidades de mujeres y hombres, y un entorno social donde los intereses de ambos sexos no sean necesariamente contradictorios.

La Secretaría de la Mujer de UGT Andalucía tiene entre sus premisas fundamentales aumentar la participación y la representación de las mujeres en la Organización, como afiliadas y delegadas sindicales, pero también en los cargos de dirección del sindicato, mujeres que pongan voz y defiendan las demandas y reivindicaciones de todas las trabajadoras andaluzas.

 Equipo de la Secretaría de la Mujer de UGT Andalucía

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