Mi mundo se para…
En el número anterior de esta revista, me refería a las buenas intenciones de nuestros políticos en las sucesivas campañas electorales y a la esperanza de que éstas se lleguen a convertir en buenas realidades. Me refería al trabajo autónomo que, como saben, es mi mundo, pero esta reflexión es extensible a cualquier aspecto de nuestra sociedad. Me resultaba difícil realizar una previsión concreta ante la situación socio política que estamos viviendo y decía, será determinante quien se ponga al frente del gobierno. A mi parecer, tener que acudir a nuevas elecciones sería un fracaso de la política que, como decía aquel, debe ser “el arte de hacer posible, lo imposible”.
Fracaso, por las nefastas consecuencias que nos puede conllevar. Necesitamos estabilidad, pero no sólo en el sentido en el que lo expresan nuestros representantes, que es la parte política del discurso. Me refiero a la estabilidad de la administración, la que necesita el aparato de las instituciones para poder funcionar con normalidad. Aún más cuando son tantas las necesidades y los problemas a los que hacer frente.
En Andalucía lo estamos sufriendo; el parón, digo. Prácticamente desde que se convocaran las elecciones autonómicas y debido a los sucesivos procesos electorales posteriores, se produjo un importante retraso en la conformación del Gobierno andaluz y todo “echó a andar” mucho más tarde de lo esperado y de lo deseable. Y la situación a nivel nacional, se parece mucho a aquella.
En mi mundo, ese parón ha provocado que a la fecha en la que escribo este artículo (mediados de enero de 2016) las ayudas convocadas para trabajadores autónomos andaluces en marzo, a través del Decreto 2/2015, aún no tengan Resolución Definitiva. Este Decreto, que ya es Ley, recogía una serie de planes de choque para el empleo, entre los que se encuentra el de Fomento y Promoción del Trabajo Autónomo, al que concurrieron autónomos y autónomas solicitando las ayudas contempladas y que, no es que no hayan sido abonadas, sino que ni siquiera se han resuelto de forma definitiva.
No puedo decir que no se haya hecho nada; no sería cierto. Se ha hecho mucho, a nivel político, eso sí. Pero casi nada a nivel real. Y en mi mundo hace falta hacer muchas cosas reales. Sigo sabiendo de autónomos y autónomas que tienen que cerrar por no poder aguantar; que hacen frente a cuotas a la Seguridad Social por encima de sus ingresos, incluso en meses en los que tienen ninguno, pero que sí trabajan. Casos en los que tienen que pagar sus impuestos aún cuando no han cobrado lo facturado. Y otros muchos dramas que necesitan respuesta inmediata. Pero no la que se ofrece como titular de una noticia, sino respuestas reales y efectivas. Y depende de nuestros representantes hacer que sus políticas se apliquen de forma real para que sus soluciones lleguen lo antes posible a quienes tienen que llegar.
Por eso, reclamamos verdaderas medidas que ayuden a la consolidación del colectivo: sin una seria inversión en trabajo autónomo no alcanzaremos la verdadera recuperación. El cambio de modelo productivo que necesitamos tiene que contar con el trabajo autónomo, porque las nuevas formas de trabajo tienen en él a su mayor aliado. Pero, para ello, hay que realizar una apuesta firme que comience por dignificarlo y lo convierta en una verdadera alternativa al trabajo por cuenta ajena.
Pero no podemos hacerlo solos. Requiere que lo decidido, lo acordado, lo prometido, se cumpla en los plazos establecidos. Aplicando lo presupuestado, ejecutando lo comprometido, pagando lo adeudado. Por eso, es tan necesaria la estabilidad administrativa. Y si para ello tienen que dialogar, dialoguen. Si tienen que negociar, negocien. Y si tienen que ceder, cedan. Pero no permitan que se pare el mundo mientras lo intentan.
Inés Mazuela Rosado
Secretaria General de UPTA-A
@InesMazuelaRo