Maureen Booth. El Gallinero
UN ESCONDITE PARA ARTISTAS Y ESCRITORES
Ubicado en la falda de Sierra Nevada, encima del Río Genil, se emplaza El Gallinero, nueva opción de alojamiento en Granada ideada por esta emprendedora para artistas y escritores.
¿Busca un sitio idóneo donde le dejen en paz para crear? ¿Un rincón que le inspire a descansar, pensar y trabajar? ¿Un lugar en el que escuchar el canto de los ruiseñores de día y de noche? ¿Una estufa de leña en invierno y un ventilador que gira perezosamente en verano? Sí la respuesta a estas cuatro preguntas es afirmativa, le invitamos a que cruce el umbral de El Gallinero, una nueva opción de alojamiento en Granada, la ciudad de García Lorca y Andrés Segovia, creada especialmente para artistas y escritores. La pintora y artista gráfica Maureen Booth es la promotora de esta suite rústica emplazada en una cabaña colgada en una ladera por encima del río Genil, una mujer que un buen día se propuso inventar un ambiente ideal para la creación artística, tanto en su vertiente plástica como literaria, y que ahora con El Gallinero ve cómo ese ‘invento’ se ha hecho realidad.
“Un refugio para artistas y escritores”. Así llama Maureen a este escondite a nueve kilómetros de la ciudad cuyo encanto reside para los creativos en sus despejados espacios interiores, sus techos altos con vigas de madera, sus restauradoras vistas de montaña y su banco de trabajo de cinco metros de largo. Todo diseñado para poder pensar y trabajar sin ningún turista a la vista. Y es que esta artista nacida en Manchester, que ya ha expuesto sus trabajos por todo el mundo, siempre ha sentido una profunda satisfacción por la coyuntura de las circunstancias que conducen al trabajo creativo: “Esas circunstancias son el ‘motive’ por el cual me vine a España a vivir, y por el cual me decidí a cambiar mi nacionalidad a la española”. Dice que “no veía la posibilidad” de desenvolverse como pintora en el norte de Inglaterra: “Era demasiado frío, demasiado gris, y con demasiadas distracciones banales. Necesitaba un sitio especial para poder trabajar, un sitio aparte, tiempo para mí misma, algo de tranquilidad y un poco de mágica. Andalucía me ha proporcionado todos estos elementos y más, y por eso estoy eternamente agradecida”.
Con el tiempo Maureen empezó a preguntarse si su “receta de creatividad” se podría reproducir para otros artistas. Y fue entonces cuando se decidió a poner su fórmula a prueba. Ella misma nos relata cómo fue el nacimiento de El Gallinero: “Mi marido y yo apostamos por renovar y agrandar mi estudio original de pintura, que había sido relegado a trastero durante años. Empezamos con un plano de planta esbozado sobre el dorso de un sobre, y desde el mismo principio El Gallinero empezó a asumir vida propia. Sabíamos que queríamos espacios abiertos y mucha luz, grandes superficies de trabajo, terrazas y jardines, además de arte original y decoración creativa. Los duendes y un brillante equipo de jóvenes constructores locales se encargaron del resto”.
Lo que sí tiene claro esta emprendedora inglesa afincada en Granada es que El Gallinero no es para todo el mundo. Porque aunque cuenta con una conexión a Internet de banda ancha, un sistema MP3 de sonido, y una impresora, no tiene televisión. “La mayoría de visitantes a la ciudad no vienen a trabajar”, dice Maureen, aunque explica que sí hay unos cuantos que encuentran su inspiración trabajando en Granada. Estos están encantados con El Gallinero”.
Pero, ¿está funcionando el invento? Los primeros huéspedes de El Gallinero están todos de acuerdo en que, además de su encanto innegable, su ambiente inspira al trabajo, como si dijera: “No más excusas. Ahora puedes ponerte a trabajar en serio”.
Isabel García