Una emprendedora dispuesta a revolucionar la perfumería
MARINA GARCÍA GUTIERREZ. MAAR
Aún resulta extraño que por estos tiempos que corren, tengamos que decir que somos cada vez más las mujeres las que nos animamos a emprender. No debería ser un dato a destacar, sino parte de nuestra realidad. También es cierto que, aunque a paso lento, este escenario va cambiando y no tengo dudas de que se debe a nuestro incansable trabajo para lograrlo.
El mundo del emprendimiento está cambiando de la mano de mujeres que buscan romper los techos de cristal que muchas veces se les imponen y se animan a crear negocios, a ser fuente de inspiración para otras que todavía no se animaron, a ayudar a otras a dar ese paso que les falta. Y es que la sororidad, esta palabra tan de moda por estos días, no es más que una realidad. Para ayudar a una mujer, qué mejor que otra.
El estereotipo común suele hacernos ver a la mujer como compradora. Convertirse en emprendedora empodera y le da la vuelta a esta premisa. Las mujeres españolas somos un gran ejemplo de ello. Según el proyecto Global Entrepreneuship Monitor (GEM), la participación de hombres en la creación de nuevos negocios aún supera a la femenina en España (53,1% frente 46,9%), sin embargo, la brecha de género a la hora de emprender ha disminuido por sexto año consecutivo. En concreto, por cada diez hombres españoles que deciden emprender, hay ocho mujeres que también lo hacen. Un dato muy destacable puesto que esta cifra se encuentra por encima de la media europea, donde solo son seis las mujeres por cada diez hombres.
Emprender puede resultar una gran invitación a superar nuestras propias limitaciones, a desafiarnos, a ir más allá. Desde el momento en el que lo decidimos y hasta que lo volvemos tangible, asociarse con alguien, conseguir el primer cliente, poner un local, definir un nombre, un logo, cambiarlo, dudar, seguir. Atravesar todo ese proceso supone un gran crecimiento profesional, pero también personal.
Cuando decidí crear MAAR, la primera línea de perfumería natural, vegana y sostenible de España, lo hice convencida. Sabía que podía y que me había estado preparando todos estos años para hacerlo. Al principio tuve miedo, claro. Pero, ¿quién no siente esa sensación de adrenalina cuando está comenzando un proyecto nuevo? En este caso, era el proyecto de mi vida. Y, aunque con la incertidumbre de no saber si iba a funcionar o no, nunca dudé. Sabía que era lo que había estado buscando durante mucho tiempo y que, gracias a mi trabajo y a todo el esfuerzo que puse en ello, estaba a punto de conseguirlo.
Hoy estoy orgullosa de promover, además del emprendimiento femenino, una forma de hacer un negocio sostenible, con proveedores locales y de proximidad, sin dañar al medioambiente y en donde los ingredientes naturales de cada fragancia son los protagonistas. En definitiva, una perfumería alejada de los estereotipos de la mujer perfecta, una perfumería que busca descubrir los secretos de la elaboración de las fragancias al consumidor.
Una perfumería dirigida a todos aquellos concienciados con el cuidado del Planeta y, a su vez, también quería aportar mi granito de arena al mundo, y ayudar a que este sea un mejor lugar para vivir. Para los animales, para la naturaleza, para las mujeres. Para todos.
Marina García Gutierrez
Founder y CEO de MAAR

