
Cuando nos sentimos obligados a emprender
El emprendimiento se entiende habitualmente como un acto de iniciativa empresarial que se desarrolla en la vida adulta con unos objetivos claros y formados como proyecto de vida.
Permitirme en este artículo expresar algunas ideas sobre el emprendimiento de tu vida, cuando te ves obligado a ello, en el momento que debes reestructurar tu camino y tomar iniciativas que estaban fuera de tus primeros objetivos en la vida personal y/o académica.
Quiero hacer referencia a muchos jóvenes que el pasado junio tuvieron que orientar sus caminos condicionados por una nota tras el examen de Selectividad, momento muy reciente que se repite en todas las generaciones y que nos muestra cómo, en numerosos casos, ven truncadas sus ilusiones porque no han conseguido la nota necesaria para iniciar la carrera o estudios que tenían como ideal para formar su proyecto académico como puerta al futuro laboral.
Este tipo de emprendimiento, en muchas ocasiones, se deja olvidado como proceso. Es el más difícil a la vez que importante, ya que debes reorientar tus objetivos para que tu vida siga por un camino lo más próximo al soñado, aunque tus sueños en esta ocasión debas ir formándolos paso a paso. Es un momento determinante porque debes tomar decisiones en muy poco tiempo -e incluso en ocasiones con pocas opciones- sabiendo que deben ser meditadas para evitar errores que cierren tu camino definitivamente.
Este modo de emprender supone poner en práctica muchas habilidades personales para las que debemos estar entrenados:
1.- La frustración, entender el fracaso como parte de nuestro aprendizaje, no es una razón de abandono. Esperábamos un camino y nos obligan a modificarlo cuando, muchas veces, hemos luchado por conseguirlo.
2.- La adaptación positiva al nuevo itinerario. No como resignación, sino como creación de una ilusión que no teníamos presente y que puede llegar a ser una oportunidad en nuestra vida. Adaptarnos a emprender nuevos caminos desconocidos pero no exentos de alegría e ilusión.
3.-El esfuerzo que no debe desaparecer de nuestra lucha. Seguir esforzándonos posibilitará conocer otras opciones que sin ser esperadas pueden suponer la apertura a nuestro futuro.
4.- Autoconocimiento. Conocer nuestras fortalezas y debilidades para afrontar el nuevo camino será la base para emprender con éxito.
5.- La satisfacción. Sentirnos bien con nosotros mismos es una aptitud valiosa en nuestra vida.
Enorgullecernos de lo que debemos hacer aunque estuviera en principio fuera de lo que teníamos como ideal es un fin en sí mismo.
Espero que con estas palabras haya ayudado a reflexionar sobre una forma de emprendimiento que muchos de nosotros hemos debido llevar a cabo en muchas ocasiones. Nuestro presente ha sido formado por esa iniciativa que, en un momento determinado tuvimos que tomar, porque el camino prefijado cerró una puerta obligándonos a abrir una ventana.
¡Haced memoria!
María Cristina Hernández
Psychologist of Secondary and High School
Brains International School