
María Bellido, heroína casi ignorada por la historia
Acaban de cumplirse los doscientos años de aquel acontecimiento. Las tropas españolas se enfrentaban a las napoleónicas del general Dupont en Bailén. En aquel campo de batalla se forjó este símbolo de la resistencia popular: María Bellido. Fue uno de los claros ejemplos de una impronta que incluso -en el caso concreto de los hechos referidos a María Bellido- quedaron plasmados para la posteridad en el propio escudo de la ciudad de Bailén.
Corría el mes de julio del año 1808. En la primera quincena de este mes se preparaban los ejércitos españoles, al mando del General Castaños, para luchar contra los ejércitos franceses que habían invadido nuestro país. Se inicia así lo que había de llamarse la Batalla de Bailén. Allí hay una mujer que es casi ignorada por la historia, pero que estuvo ligada a esta guerra. Su nombre completo era María Inés Juliana Bellido Vallejo. Nació en Porcuna el día 28 de enero de 1755. Su familia era de humilde condición, y numerosa, pues estaba formada por nueve hijos, todos ellos nacidos y bautizados en Porcuna. Casada con uno de Bailén se trasladó a vivir allí y allí le cogió la decisiva batalla para la Historia de España.
Cuando al anochecer del día 18 de julio de 1808 el Pueblo de Bailén se ve envuelto en las escaramuzas que anuncian la definitiva batalla, nuestra heroína, que habría de formar parte de ella, cuenta con 53 años de edad. Es lógico que desarrollándose el combate en las cercanías de Bailén los vecinos de esta villa tomaran parte activa, desde su inicio, en la batalla. Los hombres se unieron directamente a las tropas; los ancianos prestaron servicios de avituallamiento y sanidad, y los niños y mujeres contribuyeron con el elemento que se hacía más necesario en el campo de batalla, el agua. Tal era la necesidad del agua, y tan primordial su obtención, que hubo momentos en que la lucha se concentró en la posesión de las fuentes de aprovisionamiento de ésta. La misión de obtención, transporte y abastecimiento de esta agua tan necesaria, correspondió principalmente a las mujeres y niños de la población, que con desprecio del peligro tanto contribuyeron a la victoria de las tropas españolas.
Pérez Galdós en su Episodio Nacional «Bailén», escribe: «Es verdad que de Bailén salían en bandadas multitud de mujeres con cántaros de agua para refrescarnos… Más de una vez, aquellas valerosas mujeres se expusieron al fuego, penetrando en sitios de mayor peligro». Destaca el historiador Manuel López Pérez, tomando datos de otras fuentes históricas, el auxilio oportuno que prestaron algunas heroicas mujeres destacando entre ellas una, llamada María Bellido, que llegando hasta el puesto de mando y «dirigiéndose directamente al General Reding, ofreció agua al General, y en el momento en que elevaba la vasija, una bala rompió el cantarillo. La mujer no se inmutó. Recogió el tiesto donde había quedado un poco de agua, y lo ofreció al General, que alabó su labor y ofreció premiarla».
Una mujer andaluza, valiente, que realizó una labor poniendo en riesgo su vida, en pleno combate y en el lugar más abatido por la artillería enemiga. Esto hizo de María Bellido una heroína. Pero lo más significativo de esta heroica mujer fue, que, tras la victoria de las tropas españolas, pasó al más completo olvido. Tan es así que durante algún tiempo se creyó que este personaje era producto de la imaginación popular, o la creación de unos vencedores que necesitaban héroes para resaltar sus victorias. Investigaciones posteriores han hecho a los historiadores llegar a la conclusión de que María Bellido existió, que nació en Porcuna, que casó con Luis Domingo Cobo, y que este hecho es realmente un hecho histórico.