Los otros
Hay personas en nuestra vida que han marcado un antes y un después. Son personas que suelen llegar por casualidad y muchas veces se van como han venido, sin armar mucho lío y por la puerta de atrás.
Muchas veces no nos damos cuenta de lo importante que son para nosotros hasta que desaparecen y sólo entonces somos conscientes de cuanto nos han marcado. Y hay una infinidad de razones para que hayan vuelto nuestra vida del revés. A veces nos han ayudado en un momento en el que lo necesitábamos realmente, otras veces nos abren los ojos sobre algo que solos no habíamos podido ver. De vez en cuando es gente que nos hace daño, pero de esos que, además de doler, nos ayudan a crecer y a madurar.
Sea como sea, nuestra perspectiva del mundo, nuestros gustos, nuestra manera de pensar cambia irremediablemente después del encuentro con ciertas personas.
Y la razón de que esto ocurra es que somos seres sociales, que necesitamos a los demás casi tanto como el respirar. Tener personas a nuestro alrededor nos proporciona cariño y afecto, nos da información sobre nosotros mismos y sobre el mundo y representa una gran ayuda para un sinfín de situaciones.
La pena es que cada vez más nuestro mundo se está volviendo más y más individualista. Estamos centrados en nosotros mismos, nuestras necesidades, nuestras prioridades y nuestro punto de vista. En muchos casos hemos perdido la capacidad de escuchar. Y no una escucha educada y atenta, sino una escucha activa, en la que intentamos sacar el máximo partido del discurso del otro.
Otros tipos de interacciones y de diversiones se están apropiando de nuestro tiempo libre. Pensad en cuántas familias son incapaces de cenar sin el sonido de la televisión de fondo, en cuántos niños prefieren quedarse jugando a juegos donde ellos son los únicos participantes en lugar de buscar a más compañeros de juego, cuántas veces la gente prefiere relacionarse a través de redes sociales de internet antes que tener encuentros cara a cara.Pero yo creo que todo eso es un error. No podemos ser realmente felices si no hay personas a nuestro alrededor con quien compartir esa felicidad.
Buscad a personas sabias, personas que sean capaces de aportaros otro punto de vista diferente al vuestro, personas con las que discutir y con las que llegar a conclusiones más interesantes y complejas a las que nunca habríais podido llegar vosotras solas. Todo el mundo tiene una historia interesante que contar, una experiencia que compartir o una idea creativa y diferente que aportar. No perdáis nunca la oportunidad de descubrir qué es lo que tienen de especial las personas que os rodean.
Gloria Bellido