Los hombres protagonizan el aumento del paro en Andalucía durante la crisis
Durante la crisis, el colectivo masculino ha aportado el 60% del desempleo, mientras que el femenino lo ha generado el 40% restante. Esta dinámica constituye un cambio estructural muy relevante en el funcionamiento del mercado de trabajo andaluz, donde tradicionalmente eran las mujeres las que absorbían el grueso de los aumentos del paro.
Esta es una de la principales conclusiones de la 37ª edición del Índice Laboral Manpower “El mercado de trabajo en los trimestres centrales de 2010 y el impacto de la crisis en las CCAA”. Esta edición del estudio continúa con el análisis de la evolución del mercado de trabajo español en los dos últimos semestres (abril-septiembre 2010) e incluye un monográfico en el que se analiza el mercado laboral en cinco Comunidades Autónomas.
De esta forma, en el tercer trimestre de 2010, la tasa de desempleo de las mujeres se sitúa en el 30,9%, frente al 27% masculino. Cabe destacar que, a pesar de ese avance menor del paro femenino en Andalucía, el resultado final, con ese casi 31% de tasa de desempleo, es un tercio superior a la media española, del 20,5%. Ello refleja la elevada tasa de desempleo de las mujeres andaluzas antes de comenzar la crisis, en el 17,4% el tercer trimestre de 2007 (frente al 10,6% de media española).
Continúa el avance de los activos en la crisis
Una de las características a destacar del mercado de trabajo andaluz es el continuado aumento de la tasa de actividad. Esta, históricamente, se ha situado por debajo de la media española, fundamentalmente por una menor presencia femenina en el mercado laboral. Los cambios operados desde mediado de los ochenta han significado un continuado ascenso: 57,3% de la población de 16 a 64 años en el mercado de trabajo en 1992 (60,9% español), 67,7% en 2007 (72,6% promedio) y, finalmente, 71,1% en el segundo trimestre de 2010, a comparar con el 74,5% español. Este crecimiento de la tasa de actividad, sumado al avance de la población potencialmente activa (de unos 150.000 nuevos efectivos) se ha traducido en un aumento próximo a los 300.000 individuos en el mercado de trabajo en plena crisis.
Este aumento conlleva que en cerca del 40% del nuevo desempleo generado en la crisis proceda de la incorporación de nuevos activos (por encima del 30% de media española). De los 665.000 nuevos parados, 264.000 provienen de la incorporación de activos y 401.000 (el 60%) provienen de la destrucción de ocupación. De esta forma, Andalucía ha pasado de los 3,7 millones de activos al principio de la crisis a casi 4 millones (un avance del 7,2%, muy por encima del 3,7% español). La destrucción de ocupación, por su lado, ha sido superior a la media española.
En definitiva, en Andalucía durante la crisis se produce un aumento en la población activa más importante que en España (7,2% frente al 3,7%), así como una mayor pérdida de empleo (-12,5% frente a -9,7%), que se han traducido en un elevado avance del paro (del 143%).
El incremento del paro en los inmigrantes
El paro inmigrante crece más en Andalucía que en España (un 208% frente al 193%), muy por encima del 134% nativo. De todas formas, el bajo desempleo relativo con el que partía al principio de la crisis, explica que, pese a un incremento mayor, al final de estos tres años su aportación al desempleo continúe muy alejada de la media de España (un 16,1% frente al 27,4%). En cifras totales, los nativos aumentan el desempleo en 542.000 personas y los inmigrantes en otros 123.000. Sin embargo, en el tercer trimestre de 2010, mientras que en España los inmigrantes suponen un 19% de los activos pero pesan un 27% en el total del desempleo, en Andalucía su peso en la población activa, un 13%, se corresponde aproximadamente con su peso en el desempleo, de un 16%.
Esta distinta evolución, ha situado las tasas de paro inmigrantes en valores muy superiores: en el tercer trimestre de 2010, los nativos presentaban una tasa de paro del 27,7% y los inmigrantes de un 35,1%, las cuales no distan tanto entre sí como las del conjunto español, donde los nativos tienen una tasa de paro del 17,9% frente al 28,3% de los inmigrantes.
La construcción en el mercado laboral andaluz
Entre los particulares sesgos productivos del mercado de trabajo en Andalucía destaca el elevado peso del empleo en la construcción, que se situó en el tercer trimestre de 2007 en el 15,4%, muy por encima del elevado valor medio español (del 13,3%). Esta aportación supera largamente la media histórica del peso del empleo en la construcción en el total de la ocupación andaluza, aunque siempre ha superado al promedio español. Junto a este aspecto, otro que situaba al mercado de trabajo andaluz en posiciones más precarias al inicio de la crisis, era el de la aportación del empleo en servicios directa o indirectamente vinculados a la actividad turística, como los comerciales o los hosteleros, que aportaban, en el tercer trimestre de 2007, el 24,7% de todo el empleo andaluz, una cifra superior al 23,0% de promedio español.
Al analizar la destrucción de ocupación por sectores en la crisis, destaca la muy intensa pérdida en la construcción, cuyo empleo retrocede un 50,7%, un porcentaje notablemente superior al 39,6% de la media española. En estos tres años, la pérdida del sector lo ha conducido a un peso similar en Andalucía y España, cercano al 9% en ambos casos. No obstante, dado que en Andalucía ese sector ha tendido a pesar más que en España, el reajuste del empleo en la construcción está siendo mucho más severo, acercándose al punto más bajo jamás alcanzado, a mediados de 1984. Además, dados los problemas de la obra pública y los más generales de financiación exterior de España, no puede descartarse pérdidas de peso superiores. De esta forma, del total de 401.000 empleos perdidos en los últimos tres años, 251.000, un 63% del total, provienen del sector de la construcción, mientras que en España, la media es de un también elevado, pero más moderado, 54%.
¿Final del ajuste en el mercado de trabajo español?
Por primera vez desde el inicio de la crisis, entre abril y septiembre de 2010 se produce en España una creación neta de empleo. Esto se debe a que la población activa ha mantenido en este periodo su lenta recuperación (+113.000 nuevos activos) y a una mayor creación de empleo (+151.000), lo que se ha traducido en una moderada disminución del paro (-39.000).
Cabe destacar algunas tendencias de fondo que sugieren cambios de cierta importancia. Entre ellas, las más relevantes pueden ser la importante pérdida acumulada por la ocupación en la construcción, la modesta recuperación de la población activa, la recuperación de la actividad en la industria y, por tanto, en los servicios a ella vinculados, así como unos mejores resultados turísticos en este pasado verano de 2010. Este conjunto de elementos parecen sugerir que España está muy cerca ya del final del proceso de ajuste laboral, aunque en los próximos trimestres todavía cabe esperar una cierta pérdida de empleo, pero de menor intensidad a la observada en los mismos períodos de los años anteriores. En este contexto algo más positivo, no sorprende que la tasa de paro se haya reducido ligeramente en el tercer trimestre de 2010. Por otra parte, el repunte de la población activa aparece como un factor novedoso, ya que desde el segundo trimestre de 2009 la mano de obra había presentado el proceso contrario, reduciendo sus efectivos, lo que contribuyó a la estabilización del desempleo.