Lisístrata a la africana

Isabel GarcíaIsabel García

Existen protestas de muy diferentes tipos… huelgas de hambre, cortes de calle, piquetes en las puertas de las empresas concentración e, incluso, gente que se muestra como su mamá los trajo al mundo en un espacio público para generar un impacto visual. Sin embargo, lo que ha ocurrido en los últimos días en Togo tiene pocos antecedentes aunque, eso sí, para encontrar el primero de ellos habría que viajar en el tiempo hasta llegar a hace más de 2.400 años y recordar el clásico griego ‘Lisístrata’, escrito por Aristófanes. Recordar la historia de esta ateniense que, harta de la interminable guerra del Peloponeso, convence a las mujeres de Grecia para que no mantengan relaciones sexuales con los hombres hasta que se firme la paz; atenienses y espartanos, desesperados por las privaciones impuestas, reúnen a sus delegados y encuentran rápidamente la manera de reconciliarse. Y recordar es lo que hicieron el pasado mes de agosto las mujeres del país africano Togo, que decidieron no entrar en sus dormitorios durante una semana para tratar de movilizar a sus parejas a que lleven a cabo más acciones para provocar la salida del presidente Faure Gnassingbé del poder. Sin embargo no es la primera vez que se recuerda a Lisístrata ya que este tipo de protestas se ha convertido en un arma recurrente en sociedades en las que la mujer no cuenta con los recursos políticos y las libertades suficientes para hacer oír su voz al nivel de sus compañeros masculinos. En 2003, las activistas liberianas comenzaron una huelga de sexo para presionar a las dos facciones de la guerra que asolaba el país a firmar la paz. En 2009, la misma medida fue tomada en Kenia para obligar a los funcionarios de la administración a poner fin a las disputas del gobierno de coalición. Y en 2011, un grupo de mujeres de una pequeña isla de Filipinas contribuyó a poner fin a la violencia entre clanes en su zona negando las relaciones sexuales a los hombres.
 
Funcione o no esta utilización del sexo como arma de batalla para alcanzar un cambio político, lo que no hay duda es que han conseguido que la atención internacional se centre en su causa. Y es que… ¿quién sabía que la familia Gnassingbe lleva en el poder desde hace 40 años, y que la situación no tiene visos de cambiar en las elecciones que tendrán lugar el próximo otoño, ya que revalidarán una vez más la presidencia del hijo del que fuera presidente del país durante treinta y ocho años, Gnassingbé Eyadéma? ¿Serán las togolesas capaces de hacer algo parecido a Lisístrata?
 
Isabel García
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