Las mujeres somos terrenales
Han pasado algunos años desde que Ortega y Gasset no está entre nosotros, pero afortunadamente nos dejó algunos señuelos de herencia que cobran especial actualidad en los tiempos que corren.
A mí siempre me ha llamado la atención su simplificación conceptual entre ideas y creencias. Sin tratar de banalizar para nada las ideas, Ortega afirmaba que éstas simplemente se tienen, lo que equivale a afirmar que cualquiera puede tenerlas, pero en las creencias, según afirmaba el que probablemente haya sido nuestro mayor filósofo del pasado siglo, “en las creencias se está”. Vamos que hace falta comprometerse y eso ya es otra cosa. Y lo digo por la forma en que algunos están tratando este momento crítico que nos asola y a la vez causa desolación en muchas familias.
Es evidente que hay crisis para rato y también para todos y todas, y que todo el mundo va a salir cambiado de esta situación que para muchos está resultando la peor que les ha tocado vivir. Por suerte, las mujeres siempre estamos mejor preparadas para estas situaciones, sobre todo las que hemos sido madres, porque no hay vida sin sufrimiento.
Volviendo al maestro Ortega, él afirmaba, creo que con razón, que en el hombre se valora mucho más lo que hace, o incluso cuenta en la medida en que hace cosas. Éste necesita sentirse vivo, y probablemente el reconocimiento y la valoración de su mérito dan sentido a su existencia. Mientras, las mujeres estamos más aferradas a la vida, somos más terrenales, quizás más realistas. Para las mujeres existe una mayor consciencia de nuestro ser, porque la mujer simplemente “es”, estamos allí cuando hace falta, no sé si protegiendo, aliviando, escuchando, creando o compartiendo, pero siempre “estamos”.
Pues bien, parece que ahora “tocan bastos” y debemos ser capaces de acunar nuestras empresas y descubrir también nuevas oportunidades. La verdad es que la mayoría de empresarias y directivas que conozco están lidiando la actual situación con todo el coraje del que son capaces, insuflando ilusión a cada momento y muy dispuestas a sacrificar lo necesario, especialmente el tiempo para tirar adelante, pero además cohesionando a los equipos humanos.
¿Sabéis lo mejor de las crisis? Que siempre te sirven para saber donde estás y con quienes cuentas de verdad y eso lo descubres cuando van mal dadas porque, hasta “las ratas” se esconden.
No resolveremos este ciclo negativo con buenas palabras, sino trabajando un poquito más y sin esperar recompensas a corto plazo. Tampoco hay que perder demasiado tiempo en las causas, que si la burbuja inmobiliaria, los bancos, el precio de las hipotecas, el alto coste de la gasolina, o el “interbancario”, pues casi todo se ha regularizado, la gasolina ha bajado casi un 30%, los pisos un 23% de promedio, las hipotecas han vuelto a valores de antaño, pero el problema sigue porque falta confianza.
Y creo que la mayor fuente de confianza es el trabajo, porque estar muy ocupado pagando deudas, intentando vender evitando morosidad, pagar la nómina a final de mes y encima “pintarse” una sonrisa todas las mañanas, para hacer todo eso, sólo hace falta creérselo.