La UPNA edita un libro sobre la presencia de la mujer en el espacio público

UPNA

La Universidad Pública de Navarra ha editado un libro en el que se analiza la evolución de la presencia de las mujeres navarras en el espacio público desde finales del siglo XIX hasta las elecciones municipales de 1933, en las que pudieron votar por primera vez una parte de este colectivo en España.
 
“El voto femenino y las elecciones municipales de 1933 en Navarra” es obra de Ángel García-Sanz Marcotegui, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad Pública de Navarra y autor de numerosos trabajos de investigación sobre la Comunidad Foral en los siglos XVIII, XIX y XX. El libro ha salido a la venta a un precio de 15 euros.Esta publicación ha sido presentada hoy en una rueda de prensa en la que ha participado su autor, Ángel García-Sanz Marcotegui, y la directora gerente del Instituto Navarro de la Igualdad del Gobierno de Navarra, Sara Ibarrola Inchusta.La obra de García-Sanz estudia la presencia de las mujeres navarras en el espacio público desde finales del siglo XIX y los cambios que se produjeron desde la segunda década del XX con la creciente atención prestada a “la cuestión femenina” y, en particular, a la acción social dirigida a las trabajadoras. En concreto, hace un relato del proceso de concienciación y movilización política de la mujer propiciado por las izquierdas y por los defensores del nuevo feminismo católico, que favorecieron así la legitimación de roles distintos a los domésticos de madre y esposa.La evolución de la postura de los partidos políticos navarros respecto al reconocimiento del derecho de las mujeres al voto tuvo una evolución similar a la que se produjo en el resto de España, según describe García-Sanz. Los tradicionalistas, que se oponían frontalmente a al liberalismo y a la democracia, consideraron que el sufragio universal femenino ponía en peligro la familia y la dedicación de las madres a la educación cristiana de sus hijos.  
Participación femenina del 57,4%
La publicación dedica también un extenso apartado a las elecciones municipales parciales de 1933, en las que mujeres, sobre todo de zonas rurales del interior, pudieron votar por primera vez. En el caso de Navarra se renovaron 148 de sus 267 ayuntamientos, casi todos ellos situados en la Montaña y la Zona Media, donde la población estaba dispersa y eran pocas las localidades que rebasaban los mil habitantes. El trabajo proporciona también materiales imprescindibles para valorar las posturas de los distintos partidos navarros en torno a la incorporación de la mujer a la vida política activa y pone de relieve la inflexión que se produjo al respecto tras la proclamación de la II República. Asimismo, da cuenta pormenorizada de la campaña electoral, y, a partir del cotejo de diferentes fuentes, realiza un análisis de los índices de participación y resultados.La participación en estas elecciones se situó en el 66,7%, aunque las diferencias entre sexos fueron importantes. Así, la masculina llegó hasta el 74,6%, mientras que la femenina se quedó en el 57,4%. García-Sanz considera que este porcentaje es elevado, sobre todo si se tiene en cuenta las dificultades que tenían para votar por su dispersión y por el hecho de que era la primera vez que ejercían este derecho. La participación fue muy desigual y mucho más elevada en la Zona Media que en la Montaña. En todo caso, la orientación del voto de las mujeres siguió las mismas pautas que la de los hombres y no influyó en los resultados, que arrojaron un triunfo arrollador de las derechas.

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