La receta de Turquía para superar la crisis financiera

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Turquía ha logrado superar la crisis financiera mundial mejor que muchos países europeos. ¿Cómo lo hizo?
Con una contracción del PIB de casi 5 por ciento en 2009 y una tasa de desempleo del 14 por ciento, Turquía se vio gravemente afectada por la crisis financiera mundial. Pero a diferencia de muchos países europeos, Turquía ha logrado recuperarse relativamente bien. Para los primeros meses de 2011, la tasa de desempleo había vuelto a situarse en los niveles anteriores a la crisis, disminuyendo hasta poco menos de 11 por ciento en marzo 2011. ¿Qué tipo de políticas hicieron que esto fuera posible? Además de las políticas macroeconómicas dirigidas a recuperar estabilidad, el gobierno adoptó medidas para reducir los costos del trabajo no relacionados con el salario. Como resultado, las empresas fueron estimuladas a contratar trabajadores en vez que reducir los empleos. Además, disminuyó el trabajo informal. Las medidas comprendieron una reducción general de las contribuciones de seguridad social; incentivos para la contratación de jóvenes, mujeres y desempleados por largo tiempo; la promoción de la formación; así como reducciones significativas de los impuestos para las empresas que invierten en las regiones menos desarrolladas. Por ejemplo, en octubre 2008, las contribuciones a la seguridad social por discapacidad, ancianidad y muerte fueron reducidas de 19,5 por ciento a 14,5 por ciento del salario bruto. Estas contribuciones fueron compensadas por transferencias públicas a las instituciones de seguridad social. Gracias a esta medida, fueron creados más de 61.000 empleos en 2009, y más de 63.000 en 2010. Además, los empleadores que ofrecieron formación profesional a su personal se beneficiaron de menores cotizaciones a la seguridad social, y los empleadores que contrataron trabajadores en el área de la tecnología, la investigación y el desarrollo fueron reembolsados con la mitad de sus contribuciones a la seguridad social por cinco años. Esta medida no sólo impulsó la tasa de empleo del país, sino también las calificaciones de su fuerza de trabajo. Para las mujeres y los jóvenes en particular, el gobierno decidió cubrir la cuota de las contribuciones de seguridad social de los empleadores durante un período de cinco años para aquellos que fueron contratados entre mayo 2008 y mayo 2010.
Atención especial para las regiones menos desarrolladas
A partir de 2007, se establecieron incentivos para las regiones menos desarrolladas en todos los sectores y dejó de ser necesario el traslado desde regiones más desarrolladas. Estas medidas, programadas en un primer momento para ser reducidas progresivamente en 2009, fueron extendidas hasta 2010. El gobierno se hizo cargo de las contribuciones de seguridad social para los trabajadores empleados y los recién contratados por un período promedio de cinco años, mientras que los impuestos de las empresas disminuyeron de 20 por ciento a 5 por ciento durante el mismo período. Las tasas de interés sobre los préstamos también fueron subsidiadas y las empresas recibieron exenciones de los impuestos por valor añadido y de las tarifas arancelarias por la adquisición de maquinarias y equipos. Un total de 730.000 trabajadores, que representan 17 por ciento del total del empleo en la industria manufacturera en Turquía, fueron empleados gracias a estos incentivos regionales durante los primeros meses de 2011. Además, la creación de empleo para las mujeres superó en promedio la de los hombres. El empleo informal, definido como empleo de trabajadores no registrado en ninguna institución de seguridad social, disminuyó de 53 por ciento del total del empleo en 2001 a menos de 45 por ciento en 2010.
Todavía hay desafíos
El subsidio de las contribuciones de los empleadores a la seguridad social plantea, sin embargo, diversos desafíos. Primero, incrementa la deuda pública. Segundo, el estímulo al empleo puede no perdurar si posteriormente se aumentan los impuestos para cubrir los costos asociados. Por último, pero no por ello menos importante, la sustitución de impuestos sobre el trabajo (formal) por impuestos sobre el consumidor también puede suscitar cuestiones de equidad, en especial en países con un alto nivel de informalidad. Además, financiar la seguridad social a través de los ingresos generales en vez que mediante las contribuciones no ofrece una fuente estable de ingresos para la protección social ni, por consiguiente, para el sistema de pensiones. Por lo tanto, la disminución de las contribuciones de la seguridad social es un medio aceptable para estimular el empleo a corto plazo, pero no necesariamente durante un período de tiempo más largo. No obstante, en el contexto de la crisis, el sistema generó empleo para nuevas categorías de trabajadores. Debemos además tener presente que el crecimiento del empleo en Turquía también es impulsado por otros factores, incluyendo un gran número de empleos creados en las regiones menos desarrolladas, eludiendo así las reglamentaciones del mercado laboral, y la proximidad geográfica con mercados de exportación en Europa y Oriente Medio.
(Por Catherine Saget, economista principal del Departamento de Análisis de los Mercados Económicos y Laborales de la OIT)

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