La ética y la vida

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Debo confesar que soy especialmente sensible con aquellas personas que colocan la ética por delante de sus vidas. Cuando alguien te dice que “lo más interesante que existe en la vida es construir la propia bondad” se te escapa una sonrisa y no tanto por la ingenuidad de la frase, que por cierto es de Javier Sádaba, sino porque hoy “ser bueno” no está de moda.
 
Parece que en nuestro entorno sólo triunfe lo contrario, o sea el escándalo, la mezquindad, el terror… Y sólo se rinda culto a todo lo que afea nuestra sociedad, sólo hace falta atender las noticias o asomarse al televisor para comprobar que triunfan la violencia y el materialismo por doquier, las películas que más se ven son thrillers, las noticias que venden son las que hablan de desgracias ajenas o de la vida estúpida de algunos “famosillos” que es casi lo mismo.
 
Por eso, cuando alguien habla de lo bueno que existe en todos nosotros, vale la pena escucharlo. Hace un par de semanas fallecía en la India uno de los miles de hombres buenos que nos dejan todos los días, mi paisano Vicente Ferrer, que se ha pasado la vida en Anantapur (India) ayudando a sociedades pobres para que puedan desarrollarse y mejorar su dignidad,  casi ningún político de mi comunidad fue al funeral, ni tampoco se sortearon entradas para acompañarle, porque la noticia ya estaba “vendida” y no podía obtenerse mayor rentabilidad.
 
La verdad es que no se notó demasiado porque asistieron unas 200.000 personas anónimas para los medios, pero con mayor identidad personal que la mayoría de los que salen en ellos.
 
Las mujeres seguimos pensando desde aquí, en la India o en cualquier lugar del mundo, que no existe mayor compromiso que atender y sobre todo escuchar a la gente de nuestro lado, ya sea en el ámbito profesional, familiar o social; a nosotras no nos gustan las guerras, porque sólo con vivir tratando de ser feliz y mejorar el entorno ya representa suficiente conflicto, y no digamos tratar de explicar durante siglos a la sociedad empresarial que el talento no entiende de sexos y que no necesitamos cuota de igualdad, simplemente respeto y el derecho a ser tratadas igualmente en la carrera del talento, la promoción o la armonización salarial.
 
Seguramente el mayor reto al que deberemos enfrentarnos en estos meses venideros, al despertar de la somnolencia estival, sea volver a pelearnos con la crisis, yo sólo conozco un camino y tiene que ver con el trabajo. Pues me han enseñado que todo aquello que realmente vale la pena debe ganarse con cierto sudor, de la misma forma que hay que consumir de forma responsable, hay que aprender a desaprender y eliminar los falsos hábitos, olvidarse de lo superfluo, cuidar más la salud y sacarse de la cabeza “la vida fácil” porque nunca lo ha sido gratuitamente, pues siempre ha habido alguien sacrificado para que otros estén mejor y no sólo es cuestión de bondad sino de amor y compromiso.
 
No es nada agradable que casi cada familia española tenga un parado, pero al final, todos estaremos de acuerdo en que la felicidad igual que el talento hay que currárselo cada día.

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