Karen Gajate, presidenta de ATAE Andalucía
LA VOZ DE LAS AUTÓNOMAS ANDALUZAS
Con la presidenta de ATAE Andalucía y secretaria de Políticas de Igualdad de UPTA España abordamos las quietudes e inquietudes de un sector como el de las autónomas, el único colectivo de mujeres que ha crecido en afiliación a la Seguridad Social durante 2010
Mujeremprendedora: ¿Qué es y cómo surge ATAE Andalucía? Karen Gajate: La Asociación de Trabajadoras Autónomas y Emprendedoras de Andalucía (ATAE Andalucía) es una organización, sin ánimo de lucro, que defiende los intereses específicos de las trabajadoras autónomas andaluzas que, además de afrontar los problemas propios de las emprendedoras, deben asumir los derivados de su condición de mujeres, como son los de la conciliación de la vida familiar y profesional, la falta de formación, la financiación y la escasa aceptación, todavía en la sociedad, de su facultad para organizar y dirigir actividades empresariales. ATAE Andalucía nace, en el año 2006, por iniciativa de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de Andalucía (UPTA), y se constituye con la firme intención de asistir, representar y atender los intereses de las profesionales y trabajadoras autónomas en todos los ámbitos de la sociedad, con el fin de dar un paso adelante en la consolidación de este colectivo en el tejido económico y social andaluz. Como asociación integrada en UPTA Andalucía, las autónomas asociadas pueden beneficiarse de los servicios y prestaciones que se ofrecen desde la organización regional; igualmente, pueden favorecerse de los programas y convenios promovidos desde nuestra entidad matriz a nivel nacional.
ME.: La mejoría de la afiliación autónoma femenina se ha consolidado en el primer semestre del este año. Entre enero y junio, la subida en términos absolutos es de 2.500 trabajadoras. ¿Cuántas autónomas hay en Andalucía y cuáles son los sectores con mayor número de mujeres autónomas?
K.G.: Actualmente hay 470.333 trabajadores y trabajadoras autónomas dadas de alta en el RETA, alrededor de un 33% son mujeres. En cuanto a los sectores, podemos destacar la presencia de mujeres autónomas en el sector servicios y en el comercio minorista. Entre julio del 2009 y julio del 2010, ha habido un descenso aproximado de 7.000 hombres, frente a 1.260 mujeres en Andalucía; se destaca las bajas de autónomos en las provincias de Málaga y Almería con más de 1.500 hombres menos, mientras que las mujeres disminuyen en más de 400 en Almería y unas 200 en Málaga. En términos absolutos los sectores de actividad más afectados son el del comercio y el de la construcción. También aquellos autónomos o autónomas, cuya cifra de negocios es menor, presentan una mayor sensibilidad a la crisis, de forma que según aumenta los ingresos la proporción de afectados es menor. Sobre esto, tan sólo tengo que añadir que cerca del 90% de las trabajadoras autónomas dadas de alta, no tiene personal a su cargo, debido a que su volumen de negocio no les permite la contratación de personal.
ME.: Pregunta obligada dada la coyuntura económica actual: ¿de qué manera está afectando la crisis a las mujeres autónomas?
K.G.: La falta de financiación y la morosidad son los principales problemas que afectan al desarrollo de su actividad profesional como trabajadoras por cuenta propia. El hecho de que las y los autónomos tengan muy complicado el acceso al crédito, impide el circulante necesario para que puedan realizar el día a día de su trabajo. Del mismo modo, el impago y morosidad ha sido el causante de ceses de actividad de muchísimas autónomas, sobre todo porque los problemas para cobrar se suelen alargar en el tiempo. En los momentos iniciales de puesta en marcha de sus negocios, un mayor porcentaje de mujeres tiene problemas financieros, mientras que las principales dificultades para los hombres son la contratación de personal adecuado y su relación con los clientes. Superado el momento de puesta en marcha, las mujeres no tienen más dificultades financieras que los hombres, pero, en cambio, estos siguen teniendo más dificultades para encontrar personal y socios adecuados, en su relación con los clientes y siguen reflejando una mayor falta de clientes. Tenemos que optar por fórmulas que mejoren esta situación de manera real, haciendo llegar de manera efectiva el dinero a las y los autónomos, aplicando las leyes que tenemos en vigor además de regular otras materias, como puede ser la fiscalidad en el trabajo autónomo.
ME.: Pese a todo, las autónomas son el único colectivo de mujeres que crece en afiliación a la Seguridad Social durante 2010. ¿Resisten mejor las autónomas que los autónomos esta crisis?
K.G.: El 88,6% de los autónomos se han visto afectados por la crisis económica que comenzó en el año 2008, y a más de la mitad de estos en un grado alto o muy alto. Los datos demuestran un alto nivel de resistencia y mantenimiento del empleo autónomo entre las mujeres, así como una mayor incorporación de nuevas mujeres a la Seguridad Social, especialmente entre las trabajadoras inmigrantes, que se expanden en los nuevos sectores económicos de servicios personales y a las familias. Las mujeres están apostando, cada día más, por una mayor formación y capacitación, accediendo a información relativa a nuestra actividad y a nuestra condición de trabajadora por cuenta propia. El hecho de asociarnos y estar unidas a organizaciones que representan nuestros derechos y que luchan por disminuir los obstáculos que nos encontramos, es de gran importancia. Las mujeres estamos acostumbradas a trabajar en red y eso nos aporta gran resistencia ante las dificultades y barreras con las que nos topamos en nuestro camino, ayudándonos a consolidarnos en un mercado de trabajo tan variable como el actual. Podemos resumir, que la apuesta de las mujeres por mejorar su formación y su gran esfuerzo por trabajar en red, les proporciona un valor añadido a la hora de competir en los mercados, haciéndolas más resistentes y perseverantes.
ME.: Según un reciente estudio, el 94,5% las mujeres autónomas realiza tareas domésticas en el hogar además de su trabajo por cuenta propia, frente al 56,6% de los varones que se encuentran en esta misma situación, ¿hasta cuándo la doble jornada de la mujer?
K.G.: Una de las principales consecuencias del cambio que ha producido la incorporación de la mujer a la vida laboral es el conflicto trabajo-familia, entendiéndolo como conflicto de tiempo y conflicto de roles. Hay datos que nos desvelan que las mujeres autónomas trabajan más de 18 horas al día, teniendo en cuenta el alto porcentaje de presencia de autónomas en el sector comercio y servicios, donde las jornadas laborales son de 12 horas. Por ello, para que la mujer autónoma pueda realizar su trabajo profesional en cualquier sector de manera exitosa, es fundamental apoyarlas en dos líneas principalmente: gestión del tiempo y formación, acciones que les permitan consolidar y desarrollar al máximo su actividad. Es necesario establecer medidas que permitan mantener la actividad profesional durante los periodos en los que la familia requiere mayor atención y que pueda compatibilizar con una formación continuada para profesionalizarse y ser más competitivas. Si tenemos que responder concretamente a la pregunta; “¿hasta cuándo la doble jornada de la mujer?, ¿hasta cuándo?”,… pues hasta que dejen de considerarse los ingresos de una mujer como “complementarios”, hasta que se considere su aporte como vital o de la misma importancia relativa que el recurso monetario del hombre, hasta que desaparezca el mito de que a los hijos y las hijas nadie los puede educar como una mujer, o que la cocina es ámbito femenino. Dicha concepción estereotipada provoca el fenómeno de la doble jornada. Debemos trabajar para que la ciudadanía entienda, de manera igual, el concepto de igualdad para hombres y mujeres. El problema no es fácil de resolver especialmente en el contexto de ideas sociales y culturales sin arraigo lógico, pero institucionalizadas. La educación es una herramienta útil de cambio, que nos permite mostrar otro modelo de convivencia, basado en la equidad y la cooperación. La educación en igualdad, tanto a nivel familiar como docente, es fundamental para que sea la sociedad la que ayude y no dificulte a la mujer a conciliar su vida personal con su vida profesional.
ME.: Sin embargo dicen que establecer un equilibrio entre la vida laboral y familiar es mucho más fácil para el sector de los autónomos…
K.G.: Como hemos señalado anteriormente, uno de los principales obstáculos que se encuentran las trabajadoras autónomas es el tiempo, un bien escaso que nos lleva a replantearnos las estructuras de trabajo y la necesidad de ayudas económicas dirigidas a la sustitución en el plano familiar o profesional. Dependiendo de los sectores a los que se dedique la mujer autónoma podemos hablar de mayor o menor equilibrio a la hora de conciliar. Por ejemplo, si hablamos de comercio, la competencia para la atención al público, potencia que las jornadas laborales sean muy largas, y se tenga que renunciar a días de descanso y vacaciones para poder realizar ventas, impidiendo, en la mayoría de los casos, la posibilidad de conciliar. Si además, en el núcleo familiar hay personas a las que atender, las dificultades se incrementan exponencialmente. Si comparamos la gestión del tiempo con otros sectores, como pueden ser las tecnologías aplicadas a la vida diaria, servicios profesionales independientes, turismo, etc., la posibilidad de conciliar pasa por depender de las cargas de trabajo y las demandas de los clientes, en muchos casos obedecen a las campañas promocionales o temporadas vacacionales. En definitiva todavía existen muchos tópicos relacionados con la mujer y el mercado laboral. La sociedad en muchos casos presiona a la mujer en este sentido, creándole situaciones personales y profesionales complicadas por el conflicto de roles que le produce el esquema de maternidad tradicional con su ambición profesional, y esta problemática se ve acrecentada cuando se trata de una mujer que decide iniciar su propio negocio.
ME.: ¿Qué espera ATAE Andalucía de la futura Ley del Trabajo Autónomo en Andalucía y qué opinión le merece la reciente aprobada Ley de Protección por Cese de Actividad?
K.G.: Desde nuestra organización, y como autónomas que somos, esperamos que la redacción de la futura Ley respete las previsiones establecidas en la ya aprobada Ley del Estatuto del Trabajo Autónomo a nivel nacional, así como el contenido de sus artículos, siendo consultado con las asociaciones representativas de trabajadores/as de autónomos, con el fin de lograr una equiparación de derechos sociales con el resto de trabajadoras. En relación a la aprobada Ley de protección por cese de actividad, expresamos una opinión positiva sobre su contenido. Consideramos que el texto supone el reconocimiento de una de las grandes reivindicaciones del colectivo y que no hubiera sido posible sin el trabajo conjunto de todos los implicados. Que estaremos protegidos ante las situaciones de cese de actividad ya es un hecho; además, es un hecho histórico, aunque es cierto que la prestación resulta limitada en cuanto a su duración, lo que esperamos se modifique en tiempos posteriores. Así, tanto ATAE como UPTA, con carácter general, nos sentimos satisfechos con esta ley, ya que supone un gran paso adelante en el camino emprendido, hace ya algunos años, hacia el reconocimiento de los derechos de este colectivo tan significativo, no sólo desde el punto de vista cuantitativo sino también cualitativo, en la economía andaluza y española.
Isabel García