Justine Triet y Teona Strugar Mitevska, dos miradas al empoderamiento femenino en SEFF 2019

El Festival acoge el estreno de Dios existe, su nombre es Petrunya’ y ‘El reflejo de Sibyl’ dentro de la Sección Oficial

Dos directoras europeas han coincidido en la jornada de este martes presentando sus películas a competición en la Sección Oficial del 16 Festival de Sevilla, que se celebra hasta el próximo sábado, 16 de noviembre. La macedonia Teona Strugar Mitevska estrena en España Dios existe, su nombre es Petrunya, una historia que parte de un hecho real ocurrido en 2014, y que comienza en un pueblo de Los Balcanes donde un sacerdote ortodoxo arroja una cruz al río. El hombre que la recoja gozará de buena suerte todo el año. Solo que esta vez quien la encuentra primero es una mujer, Petrunya.

La insólita premisa, aunque basada en hechos reales, sirve a la autora para tejer un relato sobre la rebeldía y la capacidad de resistencia contra la tradición. “Cuando descubrí cómo habían tratado los medios la noticia me resultó muy decepcionante porque solo se había quedado en la anécdota, cuando realmente su significado era enorme”, ha relatado la cineasta durante su encuentro con la prensa en el 16 Festival de Sevilla.

Strugar sintió entonces la necesidad de contar aquello que había quedado en el olvido. “En Los Balcanes existe una cultura muy machista y tradicional”, ha explicado. En la película y en la realidad, “la cruz es la tradición, la historia, una rémora muy pesada”, algo que “no debe de desaparecer para entender de dónde venimos, pero que es necesario superar para poder crear un mundo más justo”.

La directora balcánica, que ha recordado que esta es la primera película de Macedonia estrenada en España en 27 años, ha sufrido también la losa de su sociedad, sobre todo en los comienzos: “Desde hace cinco años las cosas han empezado a cambiar, pero cuando yo empecé, hace 17 años, era como un extraterrestre en los rodajes, gastaba más energía en demostrar mi parte masculina para ser aceptada que en hacer mi propio trabajo”. Aunque tuve que luchar mucho por mi derecho a dirigir y el hecho de autodenominarme directora”.

Trasladada a la pantalla, esa lucha la protagoniza Petrunya, interpretada por Zorica Nusheva, actriz educada sobre todo en el teatro que se ha estrenado en el mundo del cine con este filme. “Con todo, al final, gracias a la educación, Petrunya es la ganadora porque consigue librarse de esa cárcel que la sociedad ha creado y donde los otros personajes se quedan encerrados”.

Strugar Mitevska compitió con este largometraje por el Oso de Oro en la Berlinale, donde ganó los Premios Guild y del Jurado Ecuménico, y ha destacado además como productora de largometrajes tan aclamados como ‘El peral salvaje’, de Nuri Bilge Ceylan, y ‘Sierranevada’, de Cristi Puiu.

Un juego psicológico donde brillan Adèle Exarchopoulos y Virginie Efira

También es estreno en España El reflejo de Sibyl, con la que la directora Justine Triet (París, 1978) vuelve al Festival de Sevilla tras proyección de sus anteriores filmes, ‘Los casos de Victoria’ y ‘La batalla de Solferino’. Esta vez compite en Sección Oficial con esta historia sobre una psicoanalista que regresa a su vocación primera, la escritura. “El argumento se acerca a un personaje que más que víctima de sus problemas, es alguien que los resuelve metiéndose en ellos”. Esa idea de resistencia es la que alberga la esperanza, porque lo complicado es “mantenerse en pie cuando todo se desmorona”, ha indicado la directora francesa.

Adèle Exarchopoulos (protagonista de ‘La vida de Adèle’) interpreta en este caso a una actriz desesperada cuya vida es, a ojos de su terapeuta (Virginie Efira), maná para la literatura. El encuentro entre estas dos mujeres pone a circular en pantalla cuestiones como los enredos sentimentales, la psicología, la ficción y el cine. En ese proceso de autosanación, la protagonista tiene que acudir a su pasado, pero Triet asegura que no se trata de flashbacks porque “aunque hay un odio de sí misma hacia su pasado, no está recordándolo sino descubriéndolo, lo que supone para ella una revelación”.

‘El reflejo de Sibyl’ es una película cinéfila que afrancesa al mejor Woody Allen, invoca a ‘Eva al desnudo’ y se recrea en ‘Stromboli’, poniendo en jaque como la manipulación y la traición. Para la autora, estos términos “no tienen siempre que valorarse desde el punto de visto moral, sino que en el cine se pueden tener en cuenta otras representaciones, como su sentido lúdico o de juego para sorprender al espectador”, porque “cuando pienso en mí como público lo que más me gusta es que me sorprendan”, ha concluido Triet.

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