Jerez, el destino navideño perfecto para los amantes del vino

Viajes. Jerez (viña con caminos)

Con la llegada del invierno, muchas regiones vitivinícolas reciben con recogimiento la reposada crianza de la cosecha reciente. Mientras tanto, Jerez de la Frontera se transforma en un hervidero de celebraciones autóctonas y singulares que tienen a sus reputados vinos como indiscutibles protagonistas. Un destino navideño único en el que convergen enología y las más arraigadas tradiciones.
 
 
El vino representa el elemento central de las más importantes fiestas y manifestaciones culturales de Jerez de la Frontera. Una ciudad que constituye un destino enoturístico de primer orden, donde cada año se suceden festejos tan célebres como la Feria del Caballo o las Fiestas de la Vendimia.
 
Más allá de estas manifestaciones de calado internacional, la llegada del invierno nos trae un Jerez bullicioso, auténtico, festivo y campechano, donde la cultura del vino impregna calles y hogares, en una Navidad entre las más singulares y celebradas del mundo. Sus conocidas zambombas, sus rutas del mosto, sus dulces tradicionales… son muestra de una idiosincrasia genuina, cimentada en el amor al vino, y principales atractivos de una Navidad que sólo puede vivirse y beberse en Jerez.
 
Las zambombas jerezanas: raza, flamenco y vino
Con la llegada de la Navidad jerezanos y jerezanas dispuestos a festejar las vísperas de la Nochebuena se reúnen en calles, peñas o casas de hermandad rodeados de familiares y visitantes para celebrar las tradicionales zambombas. Esta fiesta, cuyos orígenes se remontan al s.XVIII, tiene a los gitanos como protagonistas y precursores, por lo que su arte constituye uno de los ingredientes clave. En compañía de una buena copa de vino o de Brandy de Jerez, y alrededor de improvisadas hogueras, el baile y el cante flamenco toman la escena hasta la madrugada. Un encuentro de tintes familiares, abierto y acogedor, en el que todo el mundo participa. Los asistentes, formando un inmenso círculo, cantan y bailan al son de villancicos que no cesan, como preámbulo del cante jerezano por antonomasia, la bulería, que pone siempre el punto final al encuentro.
 
Son cientos las zambombas que se organizan en Jerez, la mayoría de ellas arrancan al mediodía y se prolongan hasta bien entrada la noche. Muchas surgen de forma espontánea, en reuniones de familiares y amigos, otras son organizadas en bares y restaurantes o en peñas y hermandades, y algunas de ellas siguen teniendo lugar año tras año en las calles y plazas de Jerez.
 
A esta tradición zambombera se han venido sumando en los últimos años numerosas bodegas jerezanas. Estas catedrales del vino, parada obligada para adentrase en el universo del jerez, ofrecen al enoturista navideño, además de los incontables atractivos y tesoros enológicos que encierran sus muros, el lujo exclusivo de poder disfrutar de una zambomba entre barricas.
 
Existe un programa de zambombas a disposición del visitante, con los horarios y lugares de celebración de aquellas más relevantes, que puede consultarse en la web de Turismo del Ayuntamiento de Jerez (www.turismojerez.com)
 
En el corazón de la viña
La Navidad en Jerez es, sin duda, una ocasión única para disfrutar de la gastronomía de la tierra de la mano de su vitivinicultura. En este sentido, no hay que perder la ocasión de adentrarse en un viñedo jerezano para disfrutar de un almuerzo tradicional acompañado del vino joven del año –o mosto como se lo denomina en esta tierra-. En esta fechas es tradición popular, y deleite de locales y visitantes, comer en las llamadas casas de viñas para probar el primer vino -o mosto- de la última vendimia; aquel vino que no ha pasado aún por el reposo en las bodegas y el peculiar sistema de crianza de soleras y criaderas. Junto a él se pueden saborear cualquiera de los platos jerezanos por excelencia, propios de los cortijos y del personal que acudía a trabajar a la vendimia, como el ajo campero, las tradicionales papas aliñás o la berza.
 
Es por ello que, desde final de noviembre, los accesos a las viñas jerezanas comienzan a lucir una bandera roja que indica que el mosto ya está disponible y los caminos y carreteras secundarias se llenan de visitantes en busca del mejor vino del año.
 
 
Gastronomía al servicio del vino
Otra forma de disfrutar de la gastronomía y de los vinos jerezanos es a través de los maridajes especiales que muchos restaurantes incorporan a su oferta en estas fechas, especialmente aquellos que forman parte de la denominada Ruta del Vino y del Brandy de Jerez. Platos tradicionalmente navideños, como el cochinillo o el cordero asado, acompañados de Olorosos y Amontillados, o propuestas más innovadoras, plantean un delicioso recorrido por diferentes tipologías de vinos del Marco y una oportunidad inigualable de explorar la riqueza enológica de la región.
 
Los jerezanos más dulces
Entre las diferentes tipologías de vino de Jerez, los llamados dulces naturales y dulces de licor ocupan un lugar más que destacado en las fiestas navideñas. Y no sólo en Jerez, sino en todo el mundo. De hecho, la campaña de Navidad es la más importante del año para las bodegas jerezanas, ya que representa un 50% de sus ventas. Variedades como el Cream no pueden faltar en las mesas navideñas de muchos países, especialmente en el Reino Unido, principal mercado de los vinos de Jerez. En España, por su parte, la hegemonía del Pedro Ximénez como vino de postre se intensifica en estas fechas.
 
 
Un recorrido gastronómico por la Navidad jerezana no puede, por tanto, prescindir de su lado más dulce. Y la mejor forma de disfrutarlo es acompañando estos vinos con el tradicional pestiño jerezano. El pestiño es el dulce navideño de Jerez por excelencia, que se toma maridado con los vinos de la tierra y en el que estos constituyen, además, uno de los ingredientes fundamentales para su elaboración. Una exquisita forma de preparar el cuerpo para una larga noche de cante y baile.
 
Como no puede ser de otro modo en una región vitivinícola con más de 3.000 de historia, celebración y gastronomía se unen de manera indisoluble al mundo del vino. Ese Jerez con alma de vino se muestra en manifestaciones únicas, ligadas a sus gentes y costumbres.
 
Una tierra que en Navidad sigue ofreciendo al turista toda la riqueza de una cultura enológica milenaria, pero enriquecida por el sabor ancestral de las fiestas más populares.

Tags:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Periodismo
Constructivo