India: más de 400 niñas podrán seguir sus estudios “sobre ruedas”

© Olga Sarrado/FVF

A pesar de que en la India la educación es obligatoria y gratuita hasta los 14 años, muchos niños y, sobre todo, niñas, abandonan sus estudios por la imposibilidad de desplazarse hasta las escuelas más cercanas a sus aldeas. Para garantizar el acceso a la educación secundaria de las adolescentes, desde hace cinco años la Fundación Vicente Ferrer (FVF) entrega bicicletas a las alumnas del distrito de Anantapur. Hasta la fecha ya se han repartido más de 7.200 bicis. A esta cifra se le sumarán las 447 que se han conseguido con la campaña “Bicis que cambian vidas”, impulsada durante la Vuelta ciclista a España, y que ha conseguido doblar el objetivo inicial.
 
Jyosna estudia octavo curso y cada mañana recorre cuatro kilómetros hasta el instituto. Antes tenía que caminar una hora para llegar a clase, pero con su bicicleta invierte la mitad de tiempo. “Me dolía mucho la espalda porque nuestras mochilas pesan mucho”, ha comentado la joven. Sus padres son jornaleros, como los de sus compañeras, y no pueden comprar una bicicleta ni pagar un rickshaw diario. “Mi hija siempre tenía dolores en las piernas, así que se quedaba dos o tres días en casa, pero ahora nunca falta a clase”, ha explicado Lakshmidevi, madre de otra de las niñas del pueblo.
 
“Nuestro objetivo es que las niñas lleguen al instituto de manera segura y que no pierdan horas de clase por llegar tarde y cansadas a la escuela”, ha añadido Chandra, director de Educación de la FVF. Desde hace un año, 41 de las alumnas del colegio de secundaria de Pollepalli van a la escuela en bicicleta. “Los resultados académicos de las chicas han mejorado notablemente. Ahora llegan a tiempo y están más concentradas en los estudios”, ha apuntado Anjanadevi, profesora de biología del centro.
 
Las bicicletas ahorran tiempo
Además del abandono de los estudios, las jóvenes sufrían otros problemas asociados al hecho de ir andando al colegio. “Antes volvíamos a casa corriendo porque oscurecía y teníamos miedo de los animales y las sombras que proyectaban los árboles en la carretera”, ha explicado Jyosna. “Y durante el monzón perdíamos muchas clases porque con la lluvia no podíamos caminar una hora. Si empezaba a llover por el camino, los libros se mojaban”, ha precisado Drakshaini.
 
Antes, cuando las chicas terminaban la educación primaria, se quedaban en casa ayudando en las tareas del hogar. Era el final de su educación. “Ahora los padres saben que las chicas pueden estudiar y aspirar a un futuro mejor. Además, las niñas regresan antes de la escuela y pueden ayudar a sus padres”, ha explicado Anjanadevi. Pero las bicicletas no son sólo un medio de transporte. “Cuando tenemos fiesta en la escuela, voy de paseo con mis amigas. Es muy divertido”, ha añadido la joven Manjula, que aprendió a montar en bici con su padre. Ahora es ella quien enseña a sus hermanos a mantener el equilibrio mientras pedalean.
 
Fuente:
Fundación Vicente Ferrer

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