
Hafsa bint al-Hayy al-Rukuniyya, poetisa del siglo XII, denominada 'maestra'
Tenía una esmerada educación, era culta y muy hermosa, pertenecía a una noble familia granadina, tenía un singular arte para versificar, conocía los metros y la música árabe y sus biógrafos la denominan maestra, es decir ustâda.
Nacida alrededor del año 1135, ocupó un lugar relevante en la corte almorávide de Granada, allí desarrolló una intensa labor literaria y no sólo se hizo famosa por esto, sino también por su labor educativa a la que se dedicó con mayor intensidad después de unos avatares amorosos que la hicieron decidir dejar la poesía; amores, que también fueron famosos en su época. Su nombre completo: Hafsa bint Al-Hâyy al-Rakûniyya.
Conoció al también poeta granadino Abu Ya’far Ahmad ben Abd al-Malik Ibn Sa’id. Ambos se enamoran e inician una relación que será fructífera literariamente, pues son muchos los poemas que se intercambian declarándose su amor, y que afortunadamente se conservan. Hay que tener en cuenta que de las 39 poetisas andalusíes de las que se conserva memoria, Hafsa es aquella de la que más poemas se conservan. Al-Maqqari llegará a decir que «la superioridad literaria en Al-Andalus es como el instinto y la poseen hasta las mujeres y los niños».
Los amores entre ella y Abù Ya’far están llenos de pasión, de altibajos, de reproches, de contradicciones, que se expresan en poemas intercambiados entre ambos artistas. «Te encontrarás a salvo de la sed / y del ardor del sol / cuando me des la bienvenida: / mis labios son aguada dulce y fresca, / y dan las ramas de mis trenzas densa sombra», le escribe Hafsa a su amado. Éste es nombrado secretario del gobernador de Granada. Éste termina por enamorarse de Hafsa, que acepta el cortejo de ambos amantes. No podía acabar bien esta historia, que termina por romperse del lado del poeta. Abû Sa’id Utman, celoso, manda matar al poeta. Y, a pesar de todo, en contra del parecer general y de la provocación que esto podía suponer, la poetisa guardó luto por él. «Por vestirme de luto me amenazan -escribe- /por un amado que me han muerto con la espada».
Termina dedicándose a la enseñanza y dejando la poesía. Se exilia de Granada y va a residir a Marrakech, allí enseña a las princesas almohades. Muere en esta ciudad, lejos de su Granada natal.