Expertos señalan que los Estados no favorecen las uniones familiares mixtas
Málaga. Personas expertas de diversos países europeos reunidos en la Universidad de Málaga en el ‘II Seminario Transnacional de Familias Interculturales’ organizado por la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) señalaron que la burocracia y la jurisdicción europea no favorecen las uniones familiares mixtas.
Más de 120 estudiantes y profesionales acudieron a este encuentro, organizado por UNAF gracias al apoyo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y en colaboración con la Universidad de Málaga, la Asociación Salud y Familia y la Coordinadora Europea por el Derecho de los Extranjeros a Vivir en Familia.
“Cada año se celebran en España 35.000 nuevos matrimonios mixtos y nacen 40.000 niños y niñas de parejas mixtas, lo que refleja la realidad intercultural de nuestro país”, señaló Félix Barajas, director de Familia del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, durante la inauguración del seminario.
En este sentido, instó a “no centrarnos en los aspectos problemáticos de la interculturalidad sino en lo que puede suponer como innovación y riqueza» y manifestó que “debemos partir de una perspectiva de igualdad de derechos y obligaciones, de ciudadanía y respeto a los derechos humanos”.
La presidenta de UNAF, Julia Pérez Correa, se refirió a la interculturalidad como “un fenómeno cada vez más presente en unas sociedades globalizadas y en permanente diálogo más allá de las fronteras nacionales” y reivindicó los derechos de las familias interculturales en el contexto de la diversidad familiar.
Antonio Alaminos, catedrático de Sociología de la Universidad de Alicante, señaló que “dentro del fenómeno de las familias interculturales no se siempre se da la interacción mixta plena, ya que en ocasiones existen asimetrías culturales que producen efectos en los comportamientos familiares y de pareja, sobre todo en lo relativo a la formalización del matrimonio o la educación de los hijos e hijas”.
En cuanto a la situación de las familias interculturales en Europa, Paola Panzeri, responsable de Políticas Sociales de COFACE (Confederación de Organizaciones de Familia de la Unión Europea), criticó “la alta discrecionalidad de los estados miembros en el reconocimiento de derechos y la lentitud y coste de los procedimientos, que pueden conducir a la discriminación de estas familias”.
Expedientes lentos
Igualmente crítico se mostró en el caso español Juan Antonio Domínguez, técnico estadístico de IESA-CSIC. “Las familias binacionales se enfrentan a dos problemas jurídicos que perturban su vida familiar: los reglamentos para aplicar la ley se redactan incluso años después de la ley y los funcionarios ralentizan expedientes por la ausencia de estos reglamentos, por la incertidumbre cuando se anuncian cambios o por la formación autodidacta del funcionario para aplicar la normativa”, argumentó.
Por su parte, Elvira Méndez, directora de la Asociación Salud y Familia, señaló que “en las familias mixtas el desarrollo de competencias interculturales supone retos y oportunidades insólitas para superar el etnocentrismo” y defendió “una perspectiva pluralista que apueste por la tolerancia, el reconocimiento y el respeto entre iguales”.
El seminario contó con dos mesas de expertos y expertas que debatieron sobre la evolución de la situación jurídica y los aspectos psicosociales de las familias interculturales. En la primera, Elena Fiorini, Pauline Rai e Isabelle Doyen, juristas y responsables de diversas asociaciones de inmigrantes y familias mixtas, coincidieron en señalar las resistencias al reconocimiento de los derechos de unión y las dificultades que encuentran dichas familias para el reagrupamiento y la vida familiar en Italia, Francia y Bélgica, respectivamente.
En relación a los aspectos psicosociales, Beate Collet, Profesora del Instituto de Ciencias Humanas Aplicadas de la Universidad de la Sorbona (París), se refirió al “amor confiscado” de las familias interculturales, que “deben enfrentarse a innumerables cortapisas jurídicas para poder vivir juntos”, y denunció que “los Estados crean unas condiciones que contribuyen a malograr las experiencias conyugales mixtas”.