España necesita un mayor crecimiento de la formación continua de trabajadores

Recurso. Formación profesora y alumna

La participación de empresas privadas en programas de formación continua ronda en España el 22,6%, mientras que la media europea se sitúa en el 50%. Las empresas españolas con al menos un empleado disponen de un crédito anual para financiar los cursos de sus trabajadores. Pese a ello, solo el 22% de los empleados del sector privado recibieron en 2011 algún tipo de formación bonificada, una práctica más extendida en el resto de Europa. En Alemania, por ejemplo, se benefician de ello el 52% de los trabajadores, mientras que en los países nórdicos la media es del 70%.
 
Reciente tendencia al alza
Con todo, la tendencia de los últimos años evidencia un importante crecimiento de los esfuerzos en ese sentido. En 2008, 201.000 empresas tomaron parte en cursos de Formación de Demanda, un 47% más que el año anterior. En 2009 el incremento fue del 46%, para sumar un total de 300.000 empresas, en 2010 esa cifra se disparó hasta 390.000. Y en 2011 las empresas que toman parte en estos cursos superan 465.000. Unas cuotas de crecimiento que constatan el empeño por situarse a la altura de las empresas europeas en el ámbito de la formación a empleados.
 
Podemos considerar un éxito el sistema de bonificaciones, ya que ha conseguido que las empresas apuesten por la formación bonificada como elemento de diferenciación estratégica, pero no debemos olvidar que casi un 80 % de Micropymes y casi un 50% de pequeñas y medianas empresas, están perdiendo esta oportunidad.
 
«Los empleados valoran de un modo positivo la formación»
Según Trabajando.com, los empleados valoran positivamente que las empresas inviertan en la formación. Un 61% de los encuestados contestaron que su empresa no invierte en formación dirigida a sus trabajadores, mientras que un 39% aseguró lo contrario. De todos aquellos que recibieron la formación, el 50% dice haber realizado dicha formación en su tiempo libre; el 44%, en horario de trabajo y el 6%  fines de semanas.
 
Para el 49% de los encuestados, recibir la ayuda de la empresa para formarse mejora la productividad de la organización; para el 32%, mejora el clima laboral de la empresa y para el 19% restante sólo mejora las capacidades de los trabajadores, pero no influye en la empresa. De este modo, queda reflejado que más del 80% ve positiva esta tendencia, ya que, además, las empresas se benefician de ello.
 
Desde el punto de vista de las áreas más importantes para reforzar los conocimientos y aptitudes, el 51% creen que el área más importante a potenciar es el de las capacidades personales. El 34% se inclina a favor de los conocimientos técnicos (comunicación, gestión, conflicto …) y, finalmente, el 15% asegura que deberían ser los idiomas.
 
«La formación es el principal trampolín para igualarnos a Europa en competitividad»
El V Congreso Nacional de Formación Continua Bonificada que organiza AENOA es el mayor punto de encuentro de proveedores de formación y empresas. En él se perfilarán las nuevas líneas estratégicas para seguir creciendo con la intención de situar a España a la altura de sus vecinos europeos. Enrique Dans (Profesor de Sistemas de Información en IE Business School), Pilar Jericó (Doctora en Organización de Empresas y Licenciada en Ciencias Económicas), y Pau Garcia-Mila (fundador junto con Marc Cercós de eyeOS) serán algunos de los ponentes en un congreso que pretende dar las claves para aumentar la competitividad de nuestras empresas a través del aprendizaje. No en vano, según José Luis Salguero, «la formación continua es el principal trampolín dentro de las políticas activas de empleo para disminuir el diferencial de productividad y competitividad con el resto de Europa».
 
«La teoría dice que la formación continua está diseñada con acciones formativas que buscan la adquisición y mejoras de competencias profesionales de los trabajadores», explica el presidente de AENOA. «Este principio se cumple con la Formación Bonificada, ya que permite a los trabajadores aumentar su cualificación, su capacidad productiva y ser más eficientes, lo que repercute en que las empresas sean más competitivas y rentables», añade.

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