
“El aeronáutico es de los de pocos sectores que ha resistido bien la crisis”
Hablamos con la directora general de la empresa andaluza Grabysur, especializada en paneles de visión nocturna para aeronaves militares y único fabricante español de esta tecnología
¿Cómo valoraría la “salud” del sector aeronáutico andaluz?
La industria aeroespacial, tanto a nivel andaluz como a nivel español y europeo, goza de buena salud. En Andalucía, este sector ha logrado un notable crecimiento en los últimos años, lo que nos está permitiendo tomar protagonismo en los principales programas aeronáuticos europeos, comenzar a tomar posiciones en otros mercados exteriores e incluso empezar a jugar un papel relevante en las nuevas áreas llamadas a marcar el futuro de la aviación. En 2013, el sector alcanzó su cifra récord de facturación, con más de 2.000 millones de euros, y empleó a más de 11.600 personas. Además, registró nuevos incrementos en la productividad y en las ventas internacionales, lo que quiere decir que ha tenido un crecimiento no sólo cuantitativo, sino también cualitativo. Tanto en el caso de las grandes empresas tractoras presentes en nuestra comunidad, como Airbus, como en las empresas auxiliares que participan en su cadena de suministro, entre las que está Grabysur. Además, las previsiones de cara a los próximos años es mantener este crecimiento sostenido e incluso aumentarlo gracias al incremento del ritmo en la fabricación y montaje de grandes aviones como el A400M y otros modelos comerciales como el A350, en los que participan muchas empresas andaluzas.
¿Cuáles diría que son sus principales oportunidades y debilidades?
Como oportunidades, destacaría la importancia de seguir diversificando la cartera de clientes y productos, y apostar por la I+D y las áreas que presentan mayor valor añadido y conocimiento en el sector, como la electrónica, la aviónica, la ingeniería o los aviones no tripulados (UAS). Esto es fundamental si queremos competir con otros mercados en los que los costes de producción son más bajos que en España y Europa. Asimismo, si queremos que el crecimiento del sector sea más competitivo, debemos continuar incrementando la presencia en los mercados internacionales; aumentar nuestra capacidad productiva, empresarial y financiera para optar a los nuevos contratos de los grandes fabricantes; y mejorar la productividad e innovación en las áreas que somos fuertes. Hasta hace poco, el sector andaluz, a pesar de ser una industria centenaria, se había centrado y especializado en campos como las aeroestructuras o el montaje, pero la situación ha cambiado y debemos continuar creciendo en otros aspectos si queremos garantizar la supervivencia de nuestras empresas.
¿Cómo ha afectado el actual contexto económico internacional al sector aeronáutico?
Nuestro sector es uno de los pocos sectores productivos que ha resistido bien la crisis económica, no sólo a nivel nacional sino también a nivel internacional. Y eso es porque se trata de un sector con características especiales, ya que hablamos de una industria global, que se rige más bien por periodos cíclicos y con proyectos de larga duración e inversiones a plazo largo, y que, por tanto, no se ve tan afectado por las crisis financieras que puedan producirse en una u otra parte del mundo. Esas situaciones de crisis se ven corregidas, por ejemplo, con la bonanza de otras áreas geográficas o el auge de las economías de otros países emergentes, que están precisamente impulsando el mercado aeronáutico de cara a los próximos años. Es el caso de zonas como la región Asia-Pacífico (China, India), Oriente Medio, o países como Brasil, Rusia o México.
“La clave del éxito de Gravusyr es mucho trabajo, un poco de intuición para emprender en un producto nuevo, y un aderezo fundamental: la apuesta por la I+D+i”
¿Cómo se pasa de un taller de grabados a convertirse en el único fabricante español de paneles de visión nocturna para aeronaves militares?
Con mucho trabajo y mucho esfuerzo, pero sobre todo teniendo visión de futuro y las ideas claras para apostar por nuevas actividades y productos innovadores dotados de la tecnología que requieren y necesitan los grandes actores del mercado aeronáutico. Nuestra empresa procede originariamente del sector del grabado industrial, mecanizado y fabricación de moldes, y esta experiencia fue la que hizo que nuestro presidente y fundador, Fernando Besa, viera la oportunidad que el mercado aeroespacial ofrecía para especializarnos y realizar un producto diferenciado: los paneles iluminados para cabinas de aeronaves. Tras varios años de investigación y de superar los exigentes requisitos de calidad que impone la industria aeroespacial y de defensa, logramos nuestros primeros pedidos en 2001. Desde entonces hemos ido creciendo poco a poco, aunque desde una manera más rápida a partir de 2004, cuando Airbus nos mostró su confianza ante el cumplimiento estricto que siempre teníamos en plazos y condiciones de entrega, algo muy valorado en este ámbito.
En apenas una década ha logrado convertirse en Tier One de Airbus Defense & Space fabricando paneles de visión nocturna para aeronaves militares. ¿Cuál es la clave del éxito?
La clave es mucho trabajo, un poco de intuición empresarial o iniciativa para emprender en un producto nuevo, y un aderezo fundamental: la apuesta por la I+D+i. Sin este último aspecto hubiera sido imposible llegar donde hemos llegado y convertirnos en una compañía altamente especializada en un producto muy crítico dentro del sector aeronáutico, uno de los que se encuentran a la vanguardia en el campo tecnológico. Eso unido a nuestra capacidad de ofrecer flexibilidad y capacidad de adaptación a los requerimientos de nuestros clientes, a través de la incorporación de diversos aspectos al saber hacer de la empresa que son claves hoy día en su funcionamiento, como el diseño y la ingeniería.
¿Cuáles son las cifras actuales de Grabysur?
Grabysur cuenta con una facturación superior al millón de euros y una plantilla de 14 personas muy cualificadas en sus diferentes áreas. Somos una empresa pequeña y familiar, pero que hemos alcanzado un notable crecimiento en los últimos años. En concreto, nuestras ventas aumentaron un 230% en algo más de un lustro. Gracias a la ampliación de nuestras instalaciones y nuestra capacidad de producción con la nueva planta en Aerópolis, esperamos mantener este crecimiento y llegar a duplicar la facturación en 2016. A ello vendrá unido la incorporación de más de una decena de personas, principalmente en puestos de ingeniería, producción y control de producción. En cuanto a nuestros clientes, destaca Airbus Defence & Space, o la antigua Cassidian (hoy integrada también dentro de Airbus Defence & Space), pero además trabajamos para otras importantes empresas e instituciones nacionales e internacionales como Indra, General Dynamics, MDU, Navair, Sintersa, el Ejército del Aire, Navantia, Tecnobit o Elimco.
La compañía se ha trasladado ahora a una nueva sede más amplia en Aerópolis, el Parque Tecnológico Aeroespacial de Andalucía. ¿Qué significa este paso para la empresa?
Significa un paso adelante en nuestro objetivo de consolidar nuestra actividad y seguir creciendo en el sector aeroespacial andaluz, nacional e internacional. Aerópolis es actualmente el único recinto tecnológico y empresarial de Europa destinado en exclusiva al sector aeroespacial, y reúne a las principales empresas tractoras, proveedores de primer nivel y firmas auxiliares que participan en los grandes programas aeronáuticos de Airbus, y también de otros fabricantes mundiales. Todo ello supone un gran valor añadido. Para Grabysur, además de acercarnos físicamente a nuestro principal cliente, Airbus, nos da la oportunidad de estrechar lazos con el sector, analizar posibilidades de colaboración con otras empresas que están a una calle de distancia y que pueden complementar nuestra actividad, o establecer alianzas de tipo tecnológico o empresarial para diversificar nuestra cartera de negocio y productos, sobre todo en el mercado internacional.
¿Por dónde pasan los planes de futuro de la compañía?
Nuestra idea de negocio es seguir desarrollando capacidades únicas o muy poco ofertadas en el mercado, diversificando nuestras líneas de actividad, pero siempre desde la especialización, con la mentalidad de ofrecer productos que muy pocos son capaces de industrializar. Actualmente somos el único fabricante español y uno de los pocos en Europa especializados en el diseño y fabricación de paneles iluminados para aeronaves militares, así como para equipos navales y terrestres con este tipo de tecnología, pero eso no nos asegura e futuro. Por eso estamos trabajando en nuevos desarrollos de I+D y nuevas líneas de negocio basadas en el conocimiento acumulado en los paneles y equipos de visión nocturna. Esto reforzará nuestro posicionamiento como empresa de alta tecnología con una fuerte especialización en nichos muy concretos de mercado donde existen pocos competidores.
¿Cómo definiría la presencia de la mujer en el sector aeronáutico?
El sector aeronáutico es una industria eminentemente masculina, tradicionalmente ha sido así en España y Andalucía, y por eso la presencia de la mujer en este sector, aunque ha crecido en los últimos años, sigue siendo baja. Donde más se aprecia es en las áreas relacionadas con la producción, vinculadas a las plantas de fabricación de las aeronaves y en la que predominan los hombres. Sin embargo, cada vez se ve más claro que la mujer poco a poco ha ido ganando terreno en esta industria, de manera especial en otras áreas importantes dentro de las compañías, como I+D, ingeniería, gestión, marketing, calidad, administración, etc. El caso de Grabysur es precisamente un caso opuesto, ya que el 60% de su plantilla está compuesta por mujeres, todas altamente cualificadas y que desarrollan una gran labor para la empresa.
¿Es difícil abrirse paso en este sector para la mujer?
En mi caso no ha sido así, creo que no he tenido mayores dificultades que si trabajara o me hubiera dedicado a otro sector de actividad. Y creo que por norma general es así, no pienso que sea más difícil abrirse paso en esta industria que en otras, ni que existan dificultades especiales que impida su acceso al mercado aeronáutico, más allá de las que puedan derivarse por la falta de conciliación laboral y familiar, algo común al resto de sectores y oficios. No obstante, creo que se deben seguir impulsando políticas y planes que contribuyan a aumentar la participación de la mujer dentro del sector aeronáutico, y lo digo no porque sea una cuestión de equidad o aumento de las cuotas de participación, sino porque creo que estamos plenamente capacitadas para desarrollar cualquier tipo de tarea en el sector, siempre bajo el criterio de la capacitación y el desempeño profesional que se le exige a cualquier persona.
Isabel García