
El verano, un aliado de la fertilidad
Los niveles de estrés se reducen durante las vacaciones y los tratamientos de reproducción asistida se toleran mejor
Cuando termine el verano. Esa es la fecha que muchas parejas escogen para acudir a una clínica de reproducción asistida e iniciar su tratamiento de fertilidad. Algunos pensarán que se trata de una decisión que se toma por azar. En absoluto. Y es que diversos estudios concluyen que tras una etapa de calma y desconexión como la que se vive en verano, el cuerpo está más preparado para la concepción.
Además, una investigación realizada por la Universidad de Liverpool sostiene que ante situaciones estresantes, el cuerpo de la mujer produce más adrenalina y, en consecuencia, retrasa o directamente detiene la producción de la horma liberadora de gonadotropina (GnRH), fundamental en la ovulación y en el ciclo reproductivo. Por este motivo, los tratamientos de reproducción asistida tienen mayores tasas de éxito cuando las emociones se relajan y son más positivas.
Este no es el único estudio que vincula la mente con el organismo. Recientemente, otra investigación llevada a cabo por la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) concluye que el estrés, la depresión y otros trastornos mentales pueden alterar el funcionamiento de nuestro cuerpo, también de la fertilidad.
Septiembre no solo es el mes de la vuelta a la rutina. Es, sobre todo, una oportunidad para enfrentarse a nuevos proyectos con la máxima ilusión, especialmente si se trata de un tratamiento de fertilidad. Las personas que toman esta decisión se merecen disfrutar de una etapa única como es la concepción y, por ello, deben prepararse física y mentalmente, explica Marta Antich, embrióloga y fundadora de Fertilab Institut Català de la Fertilitat.